La verdad sobre el 'fin de semana perdido' de John Lennon: cuando Yoko le obligó a tener una amante de 22 años

  • El romance, según la cinta, habría sido orquestado nada menos que por la propia esposa del músico, Yoko Ono

  • Un documental arroja nuevas luces sobre la relación de John Lennon con su asistente May Pang

  • Yolo Ono ha sido una reconocida artista conceptual durante décadas y en la actualidad vive un semi retiro desde 2021

El destino, a veces tan parecido al marketing, parece cruzar sus caminos de tanto en tanto. 'One to one: John & Yoko' es un nuevo documental (sí, uno más) sobre la relación entre el ex Beatle y la artista conceptual japonesa y su estreno llega poco después de que se estrene en plataformas 'The Lost Wekend: a love story' sobre la menos conocida relación de 19 meses que mantuvo Lennon con May Pang, la joven de 22 años que fuera asistente personal de la pareja, y a cuyo periodo el músico se refirió alguna vez de manera supuestamente despectiva como su 'fin de semana perdido'.

Para empezar, queda claro que el principal objetivo de este último, es el de dejar claro que de 'fin de semana perdido' nada: durante 97 minutos, los realizadores se encargan de constatar que el año 1974 -en el que se desarrollo la mayor parte de la relación entre John y May- no solo fue uno de los más productivos en la carrera de Lennon, sino uno de los más felices. Parece mucho decir para una relación que fue, como es bien sabido, orquestada por la propio Yoko Ono cuando Lennon empezó a dejar ver que quería tener otras amantes (y según explica el documental, ella misma estaba interesada en agenciarse alguno), pero el hecho concreto es que Lennon grabó tres álbumes, vivió una fiesta infinita en Los Angeles (con más de un exceso violento) y hasta se reencontró con su hijo Julian, a quien no había visto en tres años. Gestos y actitudes en los que May Pang habría tenido mucho que ver.

¿Quién es esa chica?

May tenían apenas 20 años cuando entró en contacto por primera vez con los Lennon. Hija de inmigrantes chinos asentados en un barrio latino de Nueva York -"yo escuchaba a los Beatles mientras mis amigos escuchaban a Tito Puente"- la joven May tenía claro que quería salir del barrio antes que seguir con el negocio de su madre, propietaria de una lavandería. Armada de valor y sin tener idea de la industria de la música se plantó un día en las oficinas de Apple a los 19 años y gracias a su carisma (y a inventarse algunas habilidades) terminó como asistente de Alan Klein, que en ese entonces aún gestionaba la carrera de los ex Beatles.

Pronto May pasaría de secretaria a asistente de producción en algunos videos de los Lennon y poco después se convertiría en asistente personal de la pareja. Aunque en ese momento nada hacía suponer a la joven la 'tarea' que le encomendaría su jefa, Yoko Ono.

Oh Yoko

Vamos a decirlo claramente: Yoko Ono no queda precisamente bien parada en este documental estrenado originalmente en 2022. No solo es retratada como una mujer controladora y egoísta - la típica imagen proyectada por los creadores de 'Yoko separó a los Beatles'- sino que da un paso más y revela que, según May, habría sido la causante directa de la infame distancia que tomó el músico con su propio hijo, Julian, a quien prácticamente abandonó durante aquellos años. Especialmente doloroso es el momento en que May relata como Yoko niega a Julian (de nueve años) la posibilidad de hablar con su padre.

La cereza que hará la delicia de los haters de Yoko es, sin embargo, la propia orquestación de la relación de John con la joven asistente. "Un día me llamó y me dijo que no estaba bien con John, que este quería tener otras amantes y que estaría bien que yo tuviera una relación con él", cuenta May. "Yo estaba en shock y le dije que no podía tener una relación con mi jefe, que además era su marido, pero ella me dijo 'oh, sí, lo harás'".

El documental abunda en detalles sobre ese 'fin de semana' de 19 meses presentando con lenguaje cercano al videoclip tanto las luces (el reencuentro con Julian, que participa en el documental) y las sombras (los excesos violentos y las gamberradas de estudio propiciadas por el alcohol y las drogas) en lo que termina siendo una cinta que intenta posicionar un único mensaje: en el multiverso beatlemanico en el que John se queda con May, todo habría sido más amable, John habría vuelto a acercarse a Paul, habría recuperado y profundizado su relación con Julian e incluso se habría salvado de morir, ya que él y May iban a comprarse una casa fuera de la ciudad.

Lamentablemente en esta fantasía algo naif, reapareció 'la bruja mala del este', Yoko, para recuperar a su marido y acrecentar su leyenda de pincha globos.