Comenzó grabando en el baño y terminó alcanzando a más de 150.000 oyentes. Como tantos otros, Lidia García García (Montealegre del Castillo, Albacete, 1979) se lanzó a la aventura del pódcast durante el confinamiento en plena pandemia, pero su propuesta tenía algo especial. '¡Ay, Campaneras!' era un refugio que invitaba a dar "un paseo muy personal por la música que sirvió de banda sonora a la vida de nuestras abuelas, por coplas, cuplés y zarzuelas y las historias detrás de estas canciones". Secretos y anécdotas vinculadas a estos géneros desgranados sin ningún tipo de perjuicio y desde una perspectiva feminista. El pódcast, claro, fue todo un éxito.
Ahora '¡Ay, campaneras!' da el salto al papel, reconvertido en un libro editado por Plan B con el subtítulo 'Canciones para seguir adelante' que surge "como una oportunidad de tratar con más profundidad los temas de los que había hablado a lo largo de la primera temporada y explorar otros nuevos". La albaceteña reivindica un pasado no tan lejano en el que la canción popular española ayudaba a nuestros padres y abuelos a sobrellevar la vida. De hecho, Lidia comenzó a interesarse por estas tonadas y a aprendérselas porque se las oía cantar a su madre mientras "cocinaba, fregaba y tendía". De puentes generacionales, educación sentimental y folclóricas charlamos con ella.
¿Cómo se conjuga 'La Zarzamora' con bailar a las Spice Girls como hizo tu generación?
Como la cosa más natural del mundo: yo creo que los referentes culturales diversos se conjugan muchas veces con más naturalidad de la que pensamos…y más cuando eres pequeño.
¿Cómo es eso de que querías defender la alegría?
Esta músicas de las que hablo llevaron alegría a la vida de la gente en momentos muy complicados y me gustaría continuar de alguna manera esa estela: mi intención es que, tanto leyendo el libro como escuchando el podcast, la gente pase fundamentalmente un buen rato…¡buena falta nos hace!
¿Estas canciones ayudaban a sobrellevar una vida dura?
Desde luego, funcionaban como alivio de faenas, acompañamiento del trabajo y a la vez se canalizaban a través de ellas muchas cosas que difícilmente podían expresarse de otra manera.
¿Fueron la verdadera educación emocional de dos generaciones prácticamente analfabetas?
Tuvieron un papel fundamental en la educación sentimental de varias generaciones: esto es algo que tanto Vázquez Montalbán en sus textos como Martirio en sus conferencias han destacado con frecuencia.
¿Cómo es esa escena en la que tu madre oyó cantar 'Campaneras' a tu abuelo por primera vez?
Mi abuelo, como toda mi familia hasta llegar a mi generación, trabajaba en el campo. Nunca cantaba delante de nadie porque le daba vergüenza pero una vez mi madre llegó por casualidad a la viña donde él estaba trabajando y le escuchó cantar a voz en grito porque pensaba que nadie podía escucharle. Cantaba “Campanera”. Por eso el podcast y el libro se llaman así: en homenaje a mi madre y mi abuelo.
¿Escribir este libro es un modo de estar más cerca de ellos?
Sí: el libro comienza y acaba en mi pueblo, en mi calle. Es también un intento de entenderlos a ellos, de ver que en el fondo no somos tan distintos.
Aquellos cupletistas y bandoleros, ¿están en un pasado muy lejano o aquí mismo?
No tan lejanos como parece: ni nos separa tanto tiempo de ellos ni son tan remotos, de hecho podemos continuar aprendiendo muchísimo de la manera en que la cultura popular contó y cantó sus experiencias.
¿Hay un camino aún por hacer para reivindicar la cultura de la clase popular?
Afortunadamente cada vez se hacen más esfuerzos en ese sentido, pero continúa camino por andar, sí.
Lola, Rocío, Marujita, Marifé, Pantoja... ¿cuál es tu favorita?
Me resulta complicadísimo elegir a una, pero le tengo especial querencia a Concha Piquer.
¿Qué tres cosas te gustan de las folclóricas?
El tronío, la teatralidad y la autenticidad. Estas dos últimas cosas parecen contradictorias, pero ellas conseguían que no lo fueran…ahí estaba la magia.
¿Y la copla-cuplé-zarzuela canción de todos los tiempos que te hace disfrutar los entresijos?
Muchísimas de ellas: tanto en el libro como en el podcast hablo de cientos de canciones…¡me es imposible elegir solo una!
¿Una película en este sentido que te haya marcado?
La película que más me ha marcado ha sido sin duda 'El último cuplé'.
Tres versos de tres canciones que te encanten
Me gusta mucho el desenfado de la ruptura de 'Como dos barquitos', eso de "adiós con el pañolito nos decimos al pasar" que cantaba Juanita Reina. También de Juana el desparpajo cómico (y a la vez reivindicativo porque no dejaba se funcionar como un cuestionamiento velado de la obligatoriedad del matrimonio) de "yo estoy compuesta y sin novia porque tengo mis razones".
Y me parece tremendo cuando Concha Piquer canta en 'Arrieros somos' eso de "permita Dios que te vea ir de cancela en zaguán y que nadie te socorra con un cachito de pan". Desgarro coplero en estado puro.
Tres cosas que hayas descubierto al escribir el libro que te hayan llamado mucho la atención
Muchas, pero ahora mismo me viene a la cabeza la carta de Nietzsche diciendo que lo más fuerte que había escuchado en su vida era una zarzuela de Chueca, los textos de las parodias pornográficas de zarzuelas del siglo XIX de los que hablo también en el libro y el origen de la expresión 'a la lima y al limón'.
¿Estos géneros van a ir desapareciendo o vivirán un repunte con las nuevas generaciones?
Creo que siempre serán interesantes porque, además de la calidad de muchas de las canciones, son testimonios de una época.
Hagan sus apuestas: ¿Qué tres canciones pop de las actuales pasarán a la posteridad del imaginario colectivo popular como lo hizo 'La Zarzamora'?
No tengo ni idea, me da apuro reconocerlo…¡pero controlo tan poco de música actual que no me aventuro a hacer ninguna apuesta!
¿Cómo crees que será vista la copla en 30 años?
Como un legado cultural que, además de su calidad musical y poética, encapsula la sentimentalidad de toda una generación.
Un deseo futuro para estas canciones
Que las sigamos disfrutando.