Día triste para la música hispano-italiana. El compositor, cantante y director de cine Franco Battiato ha fallecido a los 76 años. El artista, que llevaba un largo período alejado de la escena a consecuencia de una enfermedad, está considerado como uno de los más relevantes de la escena italiana, y en España triunfó con éxitos como un 'Centro de gravedad permanente', 'La cura', 'Yo quiero verte danzar' o 'El animal que llevo dentro'. Repasamos la intrahistoria de algunos de sus grandes éxitos como homenaje a quien, en una entrevista con Jotdown se dijo a sí mismo: "Una nariz como la mía o la aceptas o te pegas un tiro".
Rodeado siempre de un fuerte misticismo y un gran universo interior, Battiato recogía las influencias de grandes pensadores que iban moldeando las letras de sus canciones, pero también su propia forma de ser, de vivir. Y de morir. Tal es así, que en la entrevista con Jotdown contaba los detalles sobre cómo querría que fuera su muerte. "Estoy en silencio, apartado, precisamente porque he decidido una vía mística y sé lo que sucede después de la muerte (...) Cuando uno muere la tierra se disuelve en el agua, el agua se disuelve en el fuego, el fuego en el aire, el aire en el espacio y en el espacio llega la consciencia, nuestra consciencia".
Uno de los pensadores que más impacto tuvo a lo largo de su carrera fue el maestro armenio George Gurdjieff, considerado como un "maestro de danzas". Una de la teorías de este pensador era que el hombre necesitaba "abandonar el mundo" para poder recorrer su propio camino, porque todos los demás caminos artificiales existentes en Occidente no llevaban a ninguna parte.
Battiato acogió las ideas de Gurdjieff como propias y fruto de ello llegaría la letra de la canción 'Centro de gravedad permanente', donde el compositor italiano hablaba de la armonización de los centros emocional, corporal e intelectual escritos en las teorías de Gurdjieff y que el propio pensador había denominado los "centros de gravedad". De esa manera, el hombre ordinario podría reorganizar su fragmentada y caótica personalidad en una renovada y más pura.
Tal fue el enraizamiento de Gurdjieff en el interior de Battiato, que en la entrevista con Jotdown reconocía incluso haber cambiado su signo zodiacal: "Después del sufismo encontré el sistema de Gurdjieff, que fueron siete años maravillosos, en el que estudias, te preparas, cambias… Cambias hasta tu signo zodiacal. Yo lo cambié: antes era aries", dice.
Una vieja de Madrid con un sombrero,
Un paraguas de papel de arroz y caña de bambú.
Capitanes valerosos, listos contrabandistas noctámbulos.
Jesuitas en acción vestidos como unos bonzos
En antiguas cortes con emperadores de la dinastía Ming
Busco un centro de gravedad permanente
Que no varíe lo que ahora pienso de las cosas, de la gente,
Yo necesito un... cerco un centro di gravità permanente
Che non mi faccia mai cambiare idea sulle cose, sulla gente.
Over and over again.
En las calles era Mayo y caminábamos juntos
Cortando entre bromas manojos de ortigas.
No soporto ciertas modas,
La falsa música rock, la new wave española,
El free jazz, punkie inglés, ni la monserga africana.
Busco un centro de gravedad permanente,
Que no varíe lo que ahora pienso de las cosas, de la gente,
Yo necesito un...
Cerco un centro di gravità permanente
Che non mi faccia mai cambiare idea sulle cose, sulla gente.
Over and over again.
La mística de Battiato no se iba a quedar solo en una canción. Impregna toda su obra y su vida. Incluso cuando decidió lanzarse al mundo político y salió escabullido tras una agria polémica en la que se refirió así a la clase política italiana: "esas putas que se encuentran en el Parlamento serían capaces de cualquier cosa. Los políticos italianos harían mejor abriendo un prostíbulo", dijo.
En 'Yo quiero verte danzar', quizá la canción más conocida en España, Battiato hace un viaje interior hacia las danzas sagradas de cientos de personas girando su propio eje, sobre su propio dios, como acto de meditación. La llamada 'danse derviche tourneur', en la que los rumíes bailan en homenaje a Yalal ad-Din Muhammad Rumi.
Este tipo de bailes son una ceremonia a través de la cual los derviches pretenden llegar a la fuente de toda perfección. Esto se busca soltando los propios egos o deseos personales, escuchando música, enfocándose en dios e imprimiendo el movimiento corporal en círculos repetitivos. Lo que se considera una imitación simbólica de los planetas del sistema solar que orbitan alrededor del sol.
Yo quiero verte danzar como los cíngaros del desierto
Con candelabros encima
O como los Barineses en días de fiesta
Yo quiero verte danzar come derviche tourne que giran
Sobre la espina dorsal al son de los cascabeles del catacari
Y gira todo en torno a la estancia mientras se danza, danza
Y gira todo en torno a la estancia mientras se danza
Y radio tirana transmite música balcánica
Mientras bailarines búlgaros
Descalzos sobre braseros ardientes
En Irlanda del Norte, en verbenas de verano
La gente anciana que baila a ritmo de siete octavas
Y gira todo en torno a la estancia mientras se danza, danza
Y gira todo en torno a la estancia mientras se danza
En el ritmo obsesivo la clave de ritos tribales
Reinos de hechizos y de los músicos gitanos rebeldes
En la baja Padana en verbenas de verano
La gente anciana que baila, viejos bailes vieneses
En 2016, el filósofo Óscar Carrera, hablaba así del pasaje que había llevado a Battiato a cuidar de su madre: "El músico siempre estuvo muy apegado a su señora madre, haciéndose cargo de ella según los modos ancestrales sicilianos. Al morir la madre, se retiró a la falda del monte Etna, donde lleva una vida eremítica".
Siempre rodeado por el misterio, lo divino y esa tercera dimensión, Battiato, que hoy nos ha dejado, tenía claro lo que poseía y lo que le faltaba. Así se lo dijo a El País en una entrevista. "Tengo un ángel que cuida de mí. Cuando falleció mi padre, yo tenía unos exámenes. Solo pude estudiar a Spinoza, para la asignatura de Filosofía, y Virgilio, para la traducción del latín. ¿Sabes lo que me tocó?", y reconoció lo que le faltaba por hacer en la vida: "Lo único que me falta es un buen pasaje. Una buena muerte". Esperamos que haya cumplido su último deseo.