Ricky Martin, la niña, el perro y la mermelada. Con estos elementos se incubó uno de los grandes momentazos de la televisión española. Ocurrió el 5 de febrero de 1999, inmediatamente después de la emisión de 'Sorpresa, sorpresa', un programa dirigido por Giorgio Aresu. Nadie sabe ni cómo, ni quién, ni cuándo empezó la historia. De repente, todo el mundo hablaba de la sorpresa fallida que tuvo lugar en el dormitorio de una adolescente.
Según el relato difundido, los padres y el novio de la menor formalizaron con el programa la preparación de una sorpresa en la que se presentaría su ídolo, el cantante Ricky Martin. Antena 3 Televisión habría desplegado sus habituales medios técnicos colocando una microcámara en la estancia de la joven y en un momento determinado el puertorriqueño saldría del ropero de la habitación en la que permanecía oculto. La cámara oculta permitiría ver en directo la escena del encuentro de la niña con su ídolo.
Inesperadamente, la menor, siguiendo con esta narrativa, se despojó de su ropa, se embadurnó sus partes íntimas con mermelada y llamó a su perro Ricky para que lamiera la confitura. Alguna versión cambió la mermelada por foie-gras y otra por crema de chocolate.
Nada de esto sucedió, pero a la mañana siguiente la escena estaba en boca de todos. Era un rumor que en siete horas se había expandido por todo el país. No necesitamos redes sociales para que la imagen del perro se inoculara en nuestras cabezas. En el instituto, en la cola del supermercado, en las aulas universitarias, en las oficinas… Todo el mundo hablaba de lo mismo.
Cada uno tenía un familiar, una amiga o un vecino que aseguraban haberlo visto o que decían tenerlo grabado, a pesar de que la cinta nunca aparecía. Concha Velasco, que confesó años después que se enteró del revuelo causado al día siguiente en la peluquería, salió a desmentir: "Hemos sido víctimas de un bulo. Nos han atacado en una especie de locura colectiva. Un ataque en el que se hablaba de algo que nunca ocurrió y de protagonistas que nunca han existido. Todo es mentira".
Se especuló con la idea de que hubiese alguna agencia de marketing detrás interesada en expandir el nombre de Ricky Martin. ¿Necesitaba este bulo para disparar su popularidad? El cantante puertorriqueño tenía 28 años. Era nuestro 'latin lover', el rey del pop latino. Sexy, romántico y guapo. Estaba a punto de lanzar 'Ricky Martin', su álbum más vendido y el que consolidó su éxito a nivel internacional, consiguiendo el gusto anglosajón por lo latino. Arrasó especialmente con el primer sencillo de este disco, 'Livin la vida loca', uno de los más vendidos de la historia, con más de ocho millones de copias. No parece que necesitase el empujón de una mentira tan burda.
Su discográfica, Columbia Records, se pronunció mediante un comunicado en el que aseguraba que el artista no había pisado nuestro país desde hacía tiempo y, por tanto, nada sabía del bulo. Había participado en el programa con una sorpresa en el camerino a una señora a la que cantó su éxito 'María', pero mucho antes de que todo esto sucediese.
La popularidad del puertorriqueño fue subiendo con los años. El 29 de marzo de 2010 hizo pública su homosexualidad a través de Twitter. "Hoy acepto mi homosexualidad como un regalo que me da la vida", escribió. Era la primera estrella latina en salir del armario. Dos años antes habían nacido sus hijos gemelos, Valentino y Matteo, concebidos mediante gestación subrogada. Su vida parece demasiado alejada de estas tretas para creer que su entorno hubiese podido intervenir.
El bulo coincidió con una caída de la audiencia del programa, que hasta entonces había presentado por Isabel Gemio. A cargo de Concha Velasco, pasó de ser uno de los espacios más vistos a ocupar el número 20. Según contó la actriz Gracia Olayo en marzo de 2021, que trabajó como azafata en este espacio, el origen pudo estar en la necesidad de aumentar las cifras.
"Creo que esto se lo inventó... y no te voy a decir la persona, pero creo que se lo inventó alguien para darle más publicidad al tema. Eso fue una estrategia comercial, fíjate lo que te digo. Pero bueno, es mi opinión. Me dio el pálpito. Pero nadie demostró nada", dijo en su podcast 'Sesión Golfa'.
Una semana después, la asociación Pro Derechos del Niño y la Niña (Prodeni) presentó una denuncia para que la Fiscalía del Menor investigase los hechos, dejando claro que el único fundamento de la demanda era un rumor. Por su parte, la cadena emitió un comunicado desmintiendo el rumor y poniendo a su disposición todo el material grabado.
Proyectó ante los periodistas una copia oficial del programa emitido en el que, efectivamente, se comprobó que no había ninguna niña en las condiciones descritas por el denunciante. Tampoco Ricky Martin aparecía por ningún lado. Antena 3 indicó además que estudiaría emprender acciones legales contra las entidades y medios de comunicación que se habían hecho eco de la denuncia sobre "supuestas imágenes morbosas emitidas en el programa".
Se llegó a decir que la grabación existió, pero no se emitió y acabó destruida. En este caso, habrían sido los propios trabajadores los que esparcieron el rumor. La adolescente podría ser hija de algún personaje poderoso y, según esta misma teoría, habría pagado para que el vídeo nunca viese la luz. Aresu ofreció un millón de pesetas (6.000 euros) a quien le llevase la cinta que ese contenido.
Con los años, internet rescató el bulo y se abrieron foros en los que cada uno vertió su opinión. Ha pasado casi un cuarto de siglo y el episodio vuelve cada año por estas fechas a las tertulias radiofónicas y televisivas, a los diarios y a las conversaciones de los ciudadanos. Como entonces, pero aún más amplificado por las redes sociales.
Quien lo planificase hizo diana porque la noticia corrió como la pólvora, cuando ni siquiera habíamos inaugurado la era de la inmediatez y la sofisticada expansión de falsedades que permite ahora la tecnología. Hoy sabemos que una de cada diez personas no se siente segura de que la información que recibe sea veraz, según el observatorio de medios digitales de España y Portugal, Iberifier.
El porcentaje se duplica cuando la gente tiene estudios primarios o menos. En el caso de las personas mayores, la dificultad para evaluar la veracidad de lo que les llega al móvil es mayor y, por tanto, están más expuestas a la desinformación.
Las fake news siempre han existido. A veces son muy simples, casi infantiles; otras están muy elaboradas y tienen una clara intención desestabilizadora, sobre todo si la probabilidad de que sea cierto es alta. La mente humana tiende a repetir una idea, aunque tenga por costumbre no creer nada de lo que escucha y de lo que ve, solo la mitad. Si además el protagonista tiene tirón, el engaño se desboca.
El bulo de 'Sorpresa, sorpresa' resultó ser una variante de otro que circulaba por Estados Unidos con un perro, a veces llamado Rex. En esa misma época, el profesor de la Universidad de Utah Harold Brunvand, conocido por sus trabajos sobre bulos y folclore moderno, publicaba 'El fabuloso libro de las leyendas urbanas: Demasiado bueno para ser cierto'. En sus páginas recogía la noticia de cómo un grupo de amigas había organizado un cumpleaños sorpresa escondidas en el sótano. El final de la historia era similar. En este caso el perro era un gran danés y en lugar de mermelada, crema de cacahuete.
Recordemos cómo el mentalista Uri Geller consiguió engatusar a millones de personas con sus cucharas dobladas en la televisión española de 1975, con José María Íñigo, o cuántas veces nos contaron que a Ana Obregón le explotó un pecho en pleno vuelo. ¿Y la falsa muerte de un famoso? Sin ir más, lejos Volodímir Zelenski. La guerra de Ucrania, él y también su esposa son objeto de bulos que saltan de móvil a móvil y desatan la histeria en todo el mundo.