La ruptura del acuerdo de cooperación y amistad que Argelia mantenía con España por su postura sobre el Sáhara Occidental puede tener algunas consecuencias que se dejarán notar en nuestro bolsillo, a pesar de que el Gobierno de Pedro Sánchez apuesta por la tranquilidad y dar una respuesta "serena y firme" para defender los intereses españoles. La reacción unilateral de Argel puede afectar principalmente al suministro de gas en pleno alza de precios, así como al control de la inmigración.
Argelia ha sido, hasta este año, el principal proveedor de gas a España y ya hace unos meses anunció que iba a revisar los precios de venta a nuestro país mientras aseguró que mantendría el mismo precio al resto de países. Actualmente, Argelia nos vende el equivalente a algo menos del 30% del gas que consumimos. Sin embargo, este gas es más barato que el que llega en barco de Estados Unidos, ya que no tiene que someterse al proceso de licuefacción y regasificación que requiere el gas licuado. Ese suministro lo tenemos garantizado. El contrato que la estatal argelina Sonatrach mantiene con Naturgy garantiza que el gas seguirá llegando en la misma proporción hasta 2032, según informa El Economista.
Si Argel decidiera romper de forma unilateral el contrato o las condiciones de compra impuestas imposibilitaran la firma de un acuerdo, el contrato establece que el conflicto se tendría que resolver mediante un arbitraje internacional. En Naturgy hay confianza total en que pese a la tensión política el gas siga suministrándose con normalidad, sin ningún tipo de problema.
Por otra parte, el Gobierno español ha recibido con sorpresa la noticia de que la Asociación de Bancos y Entidades Financieras (Abef) de Argelia había enviado una instrucción a los bancos de su país comunicándoles la congelación de las domiciliaciones bancarias de las operaciones de comercio exterior de productos dirigidos o procedentes de España. Cree que este tipo de represalias comerciales de Argel vulneran el Acuerdo Euromediterráneo de 2005 y no descarta denunciar ante la UE.
España y Argelia mantienen, en cualquier caso, una intensa relación comercial desde hace décadas. Según datos de la Secretaría de Estado de Comercio, nuestro país exportó a Argelia por valor de 1.242 millones de euros entre enero y agosto de 2021, (1.916 en todo 2020) mientras que importó de dicho país por 2.556 millones (2.511 el año anterior), en su mayor parte hidrocarburos. Por tanto, la balanza comercial patria se resentirá.
Las empresas de nuestro país venden, sobre todo, industria en suelo argelino. El 8 %, concretamente, es fundición, hierro y acero; mismo porcentaje que el que suponen las máquinas y aparatos mecánicos. Por otra parte, un 7 % de lo que exportamos a este país es papel y cartón, pero también otras materias primas como carbón o plásticos.
El otro aspecto en el que nos puede afectar la ruptura de relaciones es en la colaboración para el control de los flujos migratorios y la lucha contra el tráfico de seres humanos, es decir, evitando que de las costas argelinas salgan pateras hacia nuestro país. Según El País, al Ministerio del Interior le preocupa cómo va a impactar esto en el número de llegadas de inmigrantes por la llamada ruta argelina, que conecta la costa del país magrebí con Almería, Murcia, Baleares y Alicante. Especialmente inquietan las islas, en plena temporada de verano y con menos infraestructura para custodiar y gestionar el flujo irregular de personas.
Incluso antes de la crisis diplomática el número de pateras e inmigrantes llegados a la costa española desde Argelia venía en aumento. En 2021, se contabilizó la entrada irregular de 11.330 argelinos, según datos de la Policía Nacional. En los cinco primeros meses de este año se han registrado 1.156. Con todo, las cifras siguen estando muy por debajo de las de Marruecos. Argelia no ha utilizado hasta ahora la inmigración como instrumento de presión, pero desde que retiró a su embajador en Madrid, Said Moussi, el pasado mes de marzo, las repatriaciones de inmigrantes irregulares que se realizaban semanalmente en ferri quedaron suspendidas.