Los consumidores son duros de pelar. Se acomodan a una rutina, a unos pasos o a un proceso y les cuesta un triunfo aceptar cualquier modificación, aunque sea para bien. En este caso afecta a los envases de los lácteos y en Uppers nos preguntamos por qué han cambiado los tapones de los briks de leche, ya que en algunos de ellos su sistema de apertura ya no es el de siempre.
En concreto, se trata de la marca Central Lechera Asturiana que en marzo pasado lanzó al mercado toda su gama de leche en un nuevo envase cuyo tapón está unido al brik. La finalidad no es fastidiar al consumidor, que ya estaba acostumbradísimo a la apertura de rosca de su tapón y a reciclarlo, se supone, en el contenedor de los plásticos o a reservarlo para su entrega a organizaciones solidarias. La intención de la marca es fomentar la economía circular y adelantarse a la nueva Ley de Residuos que en julio de 2024 va a entrar en vigor en Europa. En esta fecha todos los tapones deben ir unidos obligatoriamente a los envases de un solo uso para favorecer su proceso de reciclaje. Hasta ahora un gran número de estos tapones no se reciclan como corresponde y acaban en otros contenedores o contaminando el medio ambiente.
Según informa la marca, gracias a la incorporación de este tapón que va unido al brik de leche se ha logrado reducir en un 13% la cantidad de plástico que se emplea en su fabricación con respecto al anterior. Además, esta menor cantidad de plástico implica una disminución del impacto de los envases de un solo uso en el entorno y de las emisiones, una reducción del residuo y principalmente facilita el reciclaje para los consumidores; en una sola acción reciclan tapón y brik a diferencia de los otros envases donde siempre cabía la posibilidad de que el tapón no se reciclara.
Además, esta marca de leche informa de que su nuevo brik es neutro en carbono y está certificado por AENOR, “asumiendo el compromiso de compensar las emisiones que no se han podido evitar”. Para reducir la huella de carbono del envase de la leche han implementado medidas como la “incorporación de energías renovables, tecnologías más eficientes y materiales más sostenibles en los procesos y productos”.
En 2022 se han producido el doble de residuos plásticos que hace dos décadas, unas 460 toneladas al año, tal como detalla la OCDE. El problema es que el 50% de estos residuos acaba en el vertedero, un 19% se incinera, un 22% se filtra en el medio ambiente y un escaso 9% se recicla exitosamente. La UE es donde más se recicla en comparación con el resto del mundo, pero también donde más residuos plásticos se generan.
De este modo, la Ley de Residuos de la Unión Europea responde a esta realidad y pretende “prevenir y reducir el impacto medioambiental de los productos de plástico para fomentar la transición hacia una economía circular”. Se centra en que los recipientes de bebidas de un solo uso ya no podrán incorporar un tapón independiente, sino que recipiente y tapón deben ser un mismo producto, tal como han llamado unidad de envase, para favorecer y facilitar el reciclaje de todo el conjunto.
La norma afecta igualmente al resto de fabricantes de refrescos, agua o bebidas diversas, que se comercializan en plástico, no solo a los productores de leche. Además, la Directiva (UE) 2019/904 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 de junio de 2019, relativa a la reducción del impacto de determinados productos de plástico en el medio ambiente dice: “Los Estados miembros velarán por que los productos de plástico de un solo uso… (recipientes para bebidas de hasta tres litros de capacidad que tengan tapas y tapones de plástico, salvo los que en su cuerpo sean de vidrio o metal y ciertos productos médicos) solo puedan introducirse en el mercado si las tapas y los tapones permanecen unidos al recipiente durante la fase de utilización prevista de dicho producto".
Lo cierto es que el lanzamiento del brik con tapón incorporado de Central Lechera Asturiana ha venido acompañado de quejas por parte de los usuarios. En redes sociales han mostrado su enfado con el nuevo sistema por no saber abrir el envase correctamente o porque se desprende el tapón y ya es imposible guardar la leche en la nevera cerrando a rosca su tapa como se venía haciendo. Desde la compañía han reforzado su campaña de comunicación sobre el nuevo envase con distintos vídeos que muestran el funcionamiento y explican que el cambio se corresponde con la nueva futura norma y al objetivo de reducir el impacto de su envase en el medio ambiente.
En breve, el consumidor se irá acostumbrando al nuevo sistema como ha venido haciendo con muchas otras iniciativas. Un ejemplo es cuando se obligó por ley a cobrar las bolsas de plástico en los comercios para evitar su uso indiscriminado y concienciar de la necesidad de utilizar bolsas de materiales duraderos. Tal vez, en este caso influye que la leche se consume en gran medida para desayunar. El usuario se acaba de levantar, está todavía dormido y con poca paciencia: no es el mejor momento para “pegarse” con el tapón del brik. Sin embargo, acabará incorporándolo a su rutina como viene haciendo desde siempre.