Por extraño que parezca, hay superricos que no sienten la necesidad de ser tan ricos. Para ellos se trata de justicia, y por eso reclaman una una mayor redistribución de su propia riqueza. Conforman el movimiento 'Taxmenow' y defienden que las personas que ganen más dinero paguen también más impuestos.
Marlene Engelhorn, de 29 años, se hizo famosa cuando confesó que quería regalar el 90% de su herencia como una medida de "justicia distributiva". En cifras, la austroalemana, heredará una parte de los 4.040 millones de euros de la fortuna de su abuelo Friedrich Engelhorn, fundador de BASF, la mayor empresa química y farmacéutica del mundo, quien falleció en 1902.
"No he trabajado ni un día por mi herencia y no pago ni un centavo por ella. Ya es hora de que me hagan pagar impuestos", señaló hace casi un año la también nieta de Traudl Engelhorn-Vechiatto, que se encuentra en el puesto número 687 de las personas más ricas del mundo, según Forbes.
"No es que no quiera ser rica, es que no quiero ser tan rica", ha alegado la joven austroalemana. "No puede ser que en una democracia se desarrollen élites autoproclamadas. Para mí no es una cuestión de por qué lo regalo o no. Es una barbaridad que no se grave y se ponga a disposición del erario público", declaró a Frankfurter Rundschau.
“No debería ser mi decisión qué hacer con el dinero de mi familia, por el cual no trabajé yo. No se trata de una cuestión de voluntad, sino de equidad. No he hecho nada para recibir este legado. Esto es pura suerte en la lotería del nacimiento y pura coincidencia”, asegura una Marlene muy consciente de su posición privilegiada. Además, "gestionar ese patrimonio conlleva mucho tiempo. No es ese mi proyecto de vida", reconoce.
Bajo ese pensamiento, Engelhorn cofundó en febrero de 2021 la iniciativa Taxmenow, una asociación alemana de personas adineradas que exige que los gobiernos se queden con una parte mucho mayor de su patrimonio heredado, argumentando que estas fortunas no ganadas deberían ser asignadas democráticamente por el Estado.
"Somos ricos y abogamos por una mayor tributación de la riqueza para permitir más oportunidades, participación e inversiones futuras para todos. Ya sea que nos hayamos enriquecido a través del trabajo, la herencia, el espíritu empresarial o la inversión", manifiesta en su página web el movimiento, mediante un documento sobre la apelación de impuestos.
Entre las misiones de la asociación que se destacan, está la de recoger firmas para una petición que permita mejorar la "justicia fiscal". De momento tienen 80.000 firmas, 62 de las cuales proceden de millonarios.
Entre otras cosas, solicita la reintroducción del impuesto sobre el patrimonio para activos valorados en millones y miles de millones de euros, limitación de las exenciones de los activos empresariales y otras normas especiales en los impuestos sobre sucesiones y donaciones, así como tipos impositivos progresivos en lugar de un tipo único para el impuesto sobre las plusvalías.