Uno de los muchos hábitos que cambió la pandemia del Covid fue un uso cada vez mayor de la tarjeta y el teléfono móvil para los pagos en comercios, además de un impulso de las compras online. Pese a todo, el efectivo sigue siendo el medio de pago más utilizado en España, según corrobora un estudio publicado por el Banco de España. Tres de cada cinco encuestados dice utilizar el dinero en metálico a diario, así que no está tan cerca de caer en desuso como vaticinaban muchos expertos. En cualquier caso, sí es cierto que su uso varía mucho en función de la edad, el sexo y el nivel de estudios.
Hombres, personas de 45 años y más y con estudios básicos son los más proclives a usar el efectivo a diario. La comodidad y su mayor vinculación con el control de los gastos son las razones que esgrimen para seguir prefiriendo esta modalidad de pago. Según el estudio, el uso a diario del efectivo aumenta a medida que aumenta la edad, pasando de un 43% entre los más jóvenes a un 71% para los mayores de 54 años.
En cuanto al efectivo que se guarda en casa, seis de cada diez personas dicen tener solo el indispensable para los gastos cotidianos. Y nuevamente no encontramos con el factor generacional. Los mayores de 64 años son los que más reservan una cantidad de dinero en metálico para cubrir imprevistos, mientras que grupo de entre 55 y 64 años es el que más guarda efectivo como sistema de ahorro.
El estudio refleja también que el número de pagos en efectivo sigue superando al de pagos con tarjeta, ya que el 70% de los preguntados declararon haber realizado algún pago en metálico, frente al 45% que dice haber pagado con tarjeta. Sin embargo, los métodos digitales ganan relevancia: el 44% de la población ya tiene Bizum y el 36% ha hecho un pago a través de esta aplicación en el último año, porcentaje equiparable al uso de las transferencias bancarias (37%). Además, casi un español de cada cinco tiene Paypal (18%).
En el pequeño comercio y la hostelería, la mayoría de los cobros (un 46% del total) se realizaron en metálico en el último año. El porcentaje se eleva hasta el 56% en los establecimientos situados en municipios sin oficina bancaria. Sin embargo, en las grandes superficies predominan las operaciones realizadas con tarjeta o u otros medios de pago diferentes del efectivo, aunque este sigue suponiendo un 40% del importe de sus ventas.
La adopción actual de los métodos de pago digitales, reforzada por el auge del comercio electrónico "hace evidente la necesidad de establecer entornos de pago seguros e invertir en la tecnología que ofrezca experiencias de pago sin fricciones y escalables", explica Nicolas Fournié, Country Manager para España de MANGOPAY. "La digitalización de la economía abre un mundo de posibilidades tanto para empresas como consumidores, y no solo en términos de oferta y demanda: simplifica las transacciones, disminuye costes y ayuda a escalar negocios", añade.
Uno de los apartados más interesantes del estudio es el referente al euro digital, la futura moneda virtual que emitirá el Banco Central Europeo para la eurozona. Más de un tercio de los españoles (35%) estaría dispuesto a usarlo. Fournié asegura que "no es ninguna sorpresa que las generaciones más jóvenes estén más abiertas a los nuevos pagos digitales". El 57% de los encuestados entre 18 y 24 años asegura que haría uso del euro digital, mientras que en el caso de los mayores de 64 años este porcentaje desciende al 14%. Es más, el 76% afirma categóricamente que no utilizaría este método de pago. "Esta diferencia entre los segmentos de edad muestra que la tendencia hacia la digitalización del pago está a unas generaciones de hacerse realidad", explica el experto.
Con todo, el 82% de los españoles rechaza la desaparición del efectivo, que tiene mayor respaldo a medida que aumenta la edad. Un 88% de los encuestados considera útiles las monedas, si bien este porcentaje se eleva hasta el 93% en el pequeño comercio y la hostelería. Aunque muchos expertos creen que los billetes y las monedas desaparecerán antes de 2030, el dinero en metálico seguirá siendo una opción a la que recurrirán en los próximos años las generaciones más maduras, mientras que el pago digital continuará creciendo, especialmente entre los más jóvenes.