El verano es sinónimo de una gran variedad de frutas. De las de siempre pasamos a darle color al frutero de nuestra cocina, aunque hay dos que son las grandes reinas de la temporada, la sandía y el melón. Dos frutas de temporada de las más consumidas a lo largo de estos meses que, en este año, estamos echando de menos. Primero porque la producción ha bajado y, segundo, porque al haber menos producto, su precio se ha encarecido respecto a años anteriores.
La climatología adversa del último año, originanda por el cambio climático que ha traído más calor y lluvias torrenciales, ha provocado que en varias zonas de España su recolecta se tuviese que adelantar, mientras que, en otras, la sequía ha hecho que gran parte de la producción se perdiese. También las granizadas que llegaron durante el mes de mayo afectaron gravemente a cosechas como las de Murcia, que han llegado a producir hasta un 70% menos que otros años.
¿El resultado? Menos sandías y melones en los supermercados, algo de lo que ya venían avisando los agricultores desde hace meses, viendo la sequía en la que estaban sumidos y un clima tan cambiante.
Todo esto ha provocado un alza en los precios de la sandía y del melón en el mercado. Si hasta ahora estábamos acostumbrados a comprarlas a un precio que rondaba los 0’50 céntimos y 1 euro, la falta de producción ha hecho que los supermercados el kilo salga entre los 2 y los 3 euros. Es decir, si queremos hacernos con una pieza entera de, por ejemplo, una sandía, podríamos pagar alrededor de unos 10 euros por ella.
Ante el desabastecimiento, los supermercados han decidido subir los precios de tan codiciadas frutas durante estas semanas. La baja oferta, provocada por los problemas en la producción de este año, ha hecho que comernos una rodaja de sandía o melón bien fresquita, como siempre, se convierta en algo complicado o en un varapalo para nuestro bolsillo.