Los imanes son uno de los adornos más populares que podemos poner en la nevera. Ya sea los que nos compramos nosotros mismos en un viaje, los que nos traen amigos y conocidos de una escapada o, simplemente, los que nos entregan con alguna compra o pedido, todos tenemos algún que otro imán pegado a la nevera. A algunos les damos uso, los utilizamos para colgar algún documento o ticket importante, pero otros, en cambio, actúan como meros elementos decorativos.
En los últimos tiempos, han surgido ciertos rumores alrededor de estos imanes y de sus posibles consecuencias en la factura eléctrica de nuestro hogar. Desde el inicio de la crisis energética, que disparó el precio de la luz hasta cerrar el ejercicio de 2022 con un coste récord de, según FACUA, 1.538,53 euros para el usuario medio, multitud de familias han empezado a medir al máximo sus gastos y a preocuparse por esos pequeños detalles que podrían elevar sus facturas.
Esta preocupación ha llevado a muchos a preguntarse si pegar imanes en la nevera puede afectar en algo al consumo eléctrico de la vivienda. Pero ¿hay motivos para preocuparse?
Aunque existen rumores que afirman que colocar imanes en la nevera puede reflejarse en las facturas eléctricas, la realidad es que estos adornos no tienen ningún tipo de efecto sobre el consumo de electricidad de un hogar. Así lo desmintió Endesa hace años, en un texto publicado en junio de 2019 en su página web.
En este post, que actualmente aún puede encontrarse en la red, la compañía señala que toda esta creencia y los supuestos argumentos y estudios que la defienden son completamente falsos. “Todo es un mito, incluyendo los estudios científicos que cita y la posibilidad de que estos mismos imanes sean perjudiciales para la comida que guardas en el frigo”, afirman.
Tal y como defiende la compañía, colocar imanes en la nevera no afecta a la factura eléctrica ni a los alimentos y productos contenidos dentro de este electrodoméstico, ya que sus campos magnéticos “son tan insignificantes que ni siquiera atraviesan la puerta de la nevera”.
Tener imanes en la nevera, por tanto, no tiene ningún tipo de efecto ni en nuestra salud ni en nuestra economía. Por el contrario, lo que sí puede afectar a nuestros gastos y aumentar nuestro consumo energético es abrir y cerrar las puertas de la nevera con frecuencia, ya que, al hacerlo, la nevera debe generar más energía para volver a enfriar su interior, por lo que se recomienda evitar este gesto. Además, de cara a mejorar el ahorro energético de la vivienda, es aconsejable utilizar el modo ecológico de los electrodomésticos que lo incorporen, como la lavadora o el lavavajillas.