Hace tiempo que el dinero en efectivo ocupa una posición marginal a la hora de hacer nuestras compras. Y, aunque todavía está lejos el momento en el que ya no utilizaremos monedas y billetes, las tarjetas de crédito y débito son hoy el método preferido de pago preferido por los españoles. Según un estudio de UniversalPay, el 82% de la población afirma realizar diariamente sus operaciones a través de esta modalidad. Debido a su masividad, las entidades siguen intensificando las medidas de seguridad para protegernos de fraudes y estafas. En ese sentido, las tarjetas van a sufrir en unos meses unos cambios drásticos que transformarán su uso para siempre.
Los expertos prevén que en 2024 ya empiecen a llegar estas modificaciones que aumentarán la seguridad en los pagos con tarjetas de crédito. En concreto, se va a llevar a cabo la eliminación de la banda magnética que, todavía hoy, llevan todas. Este método se implementó a principios de los años 60 con el objetivo de codificar la información y facilitar el uso y cobro mediante tarjetas. Pero actualmente ya está obsoleto. Hace tiempo que no deslizamos la tarjeta por la ranura lateral del datáfono. Solo recurríamos a ello en caso de que el chip de la tarjeta no fuese legible o no funcionara por algún motivo.
Así pues, en 2024 todas las tarjetas de crédito y débito que se emitan en el país prescindirán de estas bandas. Para el 2033, ninguna tarjeta en circulación podrá tenerla. El pago electrónico y los chips inteligentes ofrecen actualmente más seguridad y autorización en tiempo real, además de que permiten la aceptación de distintos tamaños. De esta manera, también cambiará la estética de las propias tarjetas y físicamente serán radicalmente distintas.
Por otro lado, se eliminará el PIN, esa combinación de números que hay que memorizar y que en algún momento le hemos facilitado a algún allegado en alguna situación de emergencia. En su lugar habrá un sistema de biometría, que combina un chip electrónico y la huella dactilar del propietario de la cuenta. De este modo, el titular podrá realizar los pagos con su huella, para verificar la identidad y confirmar el pago, un método que nos proporciona más seguridad en cualquier compra o transacción.
Los bancos aseguran que las nuevas tarjetas biométricas suponen un incremento en la seguridad. El tener a nuestra disposición este tipo de elementos nos permitirá resolver cualquier problema en caso de que nos roben la tarjeta porque nadie la podrá usar. En caso de pérdida o sustracción solo tendremos que darla de baja, sabiendo que no le servirá de nada a quien la encuentre o la haya robado.