A la hora de planear una salida al aire libre pensamos en muchos detalles, como no olvidarnos de la sombrilla, las chanclas, un buen mantel de picnic y el protector solar. Pero a menudo pasamos por alto algo tan importante como mantener nuestros alimentos y bebidas en perfectas condiciones, bajo el calor abrasador de los soleados días de verano.
Una nevera portátil puede ser tu mejor aliada si no quieres acabar bebiéndote un desagradable brebaje caliente, acompañado de un bocadillo con un extraño sabor a vinagre, consecuencia de que el calor ha hecho de las suyas. Tanto por seguridad alimentaria (mantener los alimentos frescos es importante) como para tener las bebidas frescas, las neveras portátiles son casi imprescindibles en excursiones, salidas a la playa o piscina, etc..
Hay neveras de muchos tipos: con o sin motor refrigerante, de bolsa o de cesta, con o sin ruedas... Las posibilidades son muy extensas, así como extenso es también el listado de cosas que podemos llevar en su interior. En este caso, en Uppers, nos vamos a centrar en el punto contrario: te contamos qué no debes meter bajo ninguna circunstancia en una nevera.
Son conservas, como su nombre bien indica. O sea, la elaboración de estos productos ya ha sido realizada para que se mantengan en perfecto estado sin necesidad de meterlos en el frigorífico. Ya sean latas de atún, de sardinillas o frascos de garbanzos, entre muchos otros, debes almacenarlos en un sitio seco, oscuro y fresco.
No todas las frutas aguantan de igual modo el frío y los cítricos son algunas de esas que no debes guardar en la nevera. Y es que la humedad que hay en el frigorífico provoca que naranjas, limones y mandarinas se pudran con facilidad. Mejor déjalas fuera en un lugar aireado, seco y alejado de la luz solar.
Al igual que los cítricos, las frutas tropicales debes mantenerlas alejadas de la nevera. Ya sean aguacates, mangos, piñas, melocotones o plátanos, todas esas frutas de zonas cálidas maduran con la luz y el calor, además de aguantar altas temperaturas, todo lo contrario, al frío. Si las introduces en frío solo conseguirás que pierdan muchos de sus nutrientes.
Aunque es cierto que los tomates aguantan más en la nevera y no se estropean, las bajas temperaturas impiden que maduren. También pierden sabor y textura.
Es lógico pensar que al guardar el pan en la nevera conseguiremos que dure más tiempo, pero la realidad es totalmente distinta. La baja temperatura hará que el interior esponjoso se seque y el pan se eche a perder más rápidamente.
Manzanas, peras, melones o sandías son frutas que ganan sabor estando fuera de la nevera. Como en otros ejemplos vistos, el frío acelera el proceso de maduración y se lleva propiedades como el olor o la textura, además del sabor. Especialmente delicada es la piel de las peras. En el caso del melón y la sandía será pertinente conservarla en frío una vez abierta, por ello es recomendable comprarlas en piezas. La fruta fresca en verano es un placer, pero el mejor placer está en su auténtico sabor.
Aunque las neveras portátiles están diseñadas para mantener el frío en su interior, hay algunos trucos o consejos que se puedes seguir para aumentar su eficiencia.