Cuando se trata de la Lotería de Navidad toda superstición es poca. Al fin y al cabo, la suerte hay que buscarla, porque que te toque el 'Gordo' no es nada sencillo. Hay una posibilidad entre 100.000 de salir agraciado con el premio máximo que se pone en juego cada 22 de diciembre. No es extraño que muchos recurran a todo tipo de rituales, trucos, hábitos o tácticas para atraer a la fortuna.
Desde comprar un décimo en una zona en crisis con la esperanza de que después de la desgracia llegue la alegría a elegir números de acuerdo a fechas importantes en sus vidas, pasando por jugar año tras año con la misma combinación, son muchas las tradiciones para aumentar las probabilidades de ganar que sigue la gente a la hora de jugar en en la Lotería de Navidad. Una de las más arraigadas es la de frotar el billete, ya sea en la barriga de una embarazada, en la espalda de un jorobado, en el lomo de un gato negro o en la cabeza de un calvo.
El origen de las supersticiones de frote como imán para la buena fortuna no está muy claro, aunque, según ciertas creencias antiguas, a las mujeres gestantes se les atribuyen ciertos poderes porque están creando una nueva vida y eso es símbolo de dicha. Sin embargo, pasar el décimo por la cabeza de un calvo no tiene un germen tan específico. En muchas culturas se asocia la suerte y el tacto, de modo que tocar objetos o partes del cuerpo consideradas "especiales" -como la chepa de un jorobado- puede atraer la buena ventura. En este sentido, una cabeza sin pelo, al ser lisa y brillante, es un símbolo singular que puede dar buena suerte al frotarla.
Pero esa tradición también podría haberse reforzado en tiempos más recientes gracias a que durante unos años fue un calvo, popularmente conocido como 'el calvo de la Lotería', quien repartía suerte en una recordada publicidad del sorteo. Se trataba de un actor llamado Clive Arrindell que hoy tiene 74 años y que irónicamente no era realmente calvo, sino que se rapaba el pelo para el spot. Así lo hizo de 1998 a 2005, año en el que dejó de protagonizar el anuncio porque su imagen opacaba a a la marca, es decir, al propio sorteo de la Lotería.
Otra razón por la que se ha popularizado esta tradición es el componente jocoso que tiene el gesto, especialmente en un país como España, donde el sorteo de Navidad genera un ambiente de celebración y desenfado, en el que cualquier ritual medianamente peculiar para atraer la suerte es bienvenido.
A pesar de la popularidad de esta superstición, conviene advertir de que su práctica no tiene ninguna base científica ni garantiza el éxito. Y no está de más recordar que a muchos calvos no les hace ninguna gracia que les toquen la cabeza. Así que no olviden preguntar antes de frotar.