Octubre de 2018. Off White y Converse sacan a la venta un par de zapatillas exclusivas con un stock muy limitado. El precio de salida es de 130 euros. Los más rápidos, como suele ser en estos casos, se harán con ellas muy pronto, en una cruzada online marcada por los nervios, la crispación y la constante actualización de una página que, debido a la grandísima afluencia de usuarios, no para de caerse. Echando un vistazo por distintas páginas de reventa a día de hoy, ascienden a 600 euros.
Diciembre de 2019. Jordan y Dior anuncian una colaboración de la que ya se estaba hablando mucho: las zapatillas Air Jordan I High OG Dior. ¿Precio de salida? 1.700 euros para la zapatilla baja y 1.900 para la alta. ¿Existencias? Apenas 8.500 pares en todo el mundo. Hoy, el portal de reventa Farfetch las vende por 17.219 euros.
Lo mismo ha ocurrido con tantos otros modelos limitados, como las Nike Air Presto x Off White Black, que salió al mercado por 150 euros y hoy alcanza, en determinados puntos de reventa, los 2.000 euros. Es la fiebre por las sneakers una opción de inversión a corto y medio plazo capitalizada por los jóvenes y en la que parece que los séniors no han llegado a confiar demasiado, quizá en parte por el desconocimiento.
Esta forma de negocio suele responder a un patrón común. Marcas o artistas generan sinergias y anuncian zapatillas únicas, exclusivas, con muy pocas existencias. Comienza a generarse hype, es decir, expectativas, a través de spots publicitarios y otras acciones. Llegada la fecha de lanzamiento, el precio de salida, con excepciones, no suele ser excesivo. El stock se termina rápidamente y, pasado un tiempo, comienzan a aparecer anuncios de venta con el precio inflado. Así, las personas que las adquirieron en el momento a un precio razonable venden a un precio mayor y llevan la diferencia.
¿Quién copa este negocio? Principalmente los jóvenes. Vinculados a las tendencias urbanas, son ellos los que están siempre pendientes de los últimos lanzamientos. En esto ha tenido mucho que ver el boom Desde los propios artistas, que reciben algunos de estos pares exclusivos regalados por las marcas (obsequiar a un artista masivo con ropa garantiza una gran difusión del producto, debido a la ingente cantidad de seguidores que tienen, mayoritariamente jóvenes) hasta las letras de sus canciones (me envían a casa las Adidas x Prada / La vida está muy cara como Jordan x Dior), se ha generado una suerte de obsesión alrededor del tema.
¿Tiene futuro la reventa de sneakers ¿Es una opción de inversión fiable? Tengo dinero ahorrado y no sé qué hacer con él, ¿me interesa meter dinero en esta nueva tendencia? ¿Hablamos de una moda pasajera o de una alternativa solvente a tener en cuenta? Para hacernos una idea de qué supone este negocio y qué riesgos debemos tener en cuenta consultamos a Franc Carreras, profesor de Marketing Digital en ESADE Executive Education, que cuenta con un MBA en la Columbia Business School de Nueva York.
Las expectativas y la escasa oferta. "Cuando limitas la oferta y hay una demanda creciente, se disparan los precios y se genera un deseo que se retroalimenta. Además, con las redes sociales, se permite que el objeto de deseo se difunda muy rápido. Con ello, se crea un círculo vicioso que beneficia a unos y perjudica a otros", señala Carreras.
Obviamente, al que más rápidamente se hace con el par de zapatillas en cuestión. "Beneficia a los intermediarios, los que compran barato y venden caro. También a las marcas: hablamos de publicidad gratuita que hace de los objetos algo muy deseable". El que las quiere de verdad termina perjudicado. "Perjudica a los consumidores, porque no satisface la demanda y solo unos pocos tienen acceso a estas piezas. El consumidor individual termina pagando más".
La figura inversora es el intermediario. La rapidez en la adquisición es la premisa principal. "Para el que quiere hacer negocio, lo difícil es conseguir las unidades. El riesgo es especular entrando tarde. Si compras cuando la pieza comienza a tener un valor alto, las expectativas pueden no cumplirse. Siempre hay alguno que termina quedándose con el objeto que ha comprado a un precio muy caro y no lo puede vender", advierte el experto.
En opinión del experto, no se trata de una buena idea pensar en invertir a largo plazo. Quizá en periodos cortos de tiempo, la adquisición y posterior venta de estos activos sí tenga sentido, pero la volatilidad y el hype como sustento hace que no tenga un gran recorrido, principalmente por la inestabilidad. "No le veo futuro. Es un negocio marginal y pequeño, no es una línea de negocio. Pasará de moda. Este tipo de fenómenos tienen un recorrido limitado, la fiebre actual no es tan atractiva como para pensar a largo plazo. Se trata de un movimiento cíclico".