Cada vez es más frecuente el pago a través de aplicaciones móviles como Bizum. Hoy lo más común es pagar a través de nuestro smartphone, ya sea por la compra de un producto, para repartir los gastos de una cena entre amigos o para hacer una transferencia. Pero todavía hay mucha gente que sigue prefiriendo el dinero en metálico. Y ahí Hacienda vigila de cerca, en la batalla que libra contra el dinero negro.
No es que el dinero en efectivo se haya convertido en ilegal, pero cada vez se extreman más las precauciones ante las evidencias del uso fraudulento que puede hacerse de monedas y billetes. En ese sentido, hay tres operaciones más o menos habituales , o comunes, que hacen saltar todas las alarmas a Hacienda ante el posible uso de dinero en efectivo sin declarar y que los bancos están obligados a notificar.
Hace más de un año que se limitó el pago máximo con dinero en efectivo, con amenaza de multa tanto para el que paga de forma ilegal como para el que recibe el dinero sin oponerse. La cantidad máxima para pagar algo en metálico es de 1.000 euros. Adquirir un producto o servicio por un valor superior solamente será posible empleando un medio de pago electrónico o telemático.
Por ello, las entidades bancarias están obligadas a informar de cualquier ingreso o retirada de dinero que implique la utilización de billetes de 500 euros. Estos billetes dejaron de emitirse en 2019 por su relación con el blanqueo de capitales, por lo que su uso, cada vez más restringido, funciona como síntoma de actitud delictiva.
Los bancos también deben informar a Hacienda de ingresos o cobros en el banco que superen los 3.000 euros, aunque no sea en efectivo, para que sea el organismo gubernamental el que investigue el origen y destino del dinero. Si la operación no está justificada, se podría considerar ganancia patrimonial no justificada a juicio de la Agencia Tributaria.
Los bancos deben notificar a Hacienda la salida o entrada en España de un pago con un importe igual o superior a 10.000 euros o su contravalor en moneda extranjera sin que esté justificado de alguna forma. Además, cualquier depósito de dinero en efectivo deberá ser declarado ante la Agencia Tributaria en la declaración de la Renta.