La crisis inflacionista y el aumento generalizado de los precios ha hecho que cada vez midamos más nuestros gastos y que busquemos nuevos métodos para ahorrar. Algunas de estas soluciones pasan por aprovechar los descuentos que algunos supermercados aplican a sus productos, mientras que otras se centran en hacer un mejor uso de los recursos de la vivienda, como el agua, el gas o la electricidad. Pero más allá de estas fórmulas, con las que podemos mantener un mejor control sobre nuestras facturas, existen multitud de trucos con los que podemos ahorrar dinero.
Uno de los más conocidos es el reto del céntimo, una fórmula de ahorro a pequeña escala que consiste, básicamente, en ir ahorrando cada día un céntimo más que en el día anterior. En concreto, este truco comienza con un céntimo, al que se le van añadiendo a lo largo de un año entero un céntimo más al día. Por ejemplo, si en el primer día se ahorra tan solo un céntimo, en el segundo se deberán ahorrar dos, mientras que en el tercero se deberán ahorrar tres, y así sucesivamente hasta generar un volumen final, al término del año, de 667,95 euros.
Dada su sencillez, el reto del céntimo es una de las fórmulas de ahorro más populares del momento, aunque no es la única. Al contrario, los usuarios también pueden beneficiarse de otros métodos de ahorro como el del sobre, que consiste en reunir todos los ingresos para dividirlos, posteriormente, en sobres en función del tipo de gasto, o el método Harv Eker, que propone dividir los ingresos según seis tipos de gastos distintos (las necesidades básicas, el ahorro, la formación, las inversiones, el ocio y los donativos).
Más allá de estos trucos, que pueden llegar a resultar difíciles de manejar, existe una alternativa bastante sencilla que puede ayudarnos a ahorrar sin necesidad de dividir nuestros ingresos según los gastos. Este truco se conoce como el truco del preahorro y consiste, básicamente, en enviar una cantidad o porcentaje fijo del salario que percibimos por nuestra nómina mensual a una cuenta de ahorro.
Al aplicar este truco, el dinero apartado nunca llega a estar disponible en nuestra cuenta corriente, sino que permanece bien guardado en una cuenta de ahorro. De este modo, es posible trabajar mes a mes en la construcción de un colchón financiero, es decir, de una cantidad considerable de ahorros a la que podamos recurrir para solventar un imprevisto financiero.
El truco del preahorro, que puede llevarse a cabo programando transferencias automáticas en nuestra cuenta corriente, puede ayudar a los usuarios a generar una consistencia de ahorro, además de ayudarles a evitar gastos innecesarios. Y es que la mayoría de personas gastan en función del dinero que tienen guardado en la cuenta, por lo que, si no ven esas cantidades en su cuenta, podrán reducir este tipo de costes innecesarios.
De cara a fijar el porcentaje de los ingresos que se debe destinar a la cuenta de ahorro, los expertos recomiendan enviar entre un 10% y un 20% de la nómina mensual para poder asumir los costes del mes con comodidad.