La vida tiene sus pequeños infiernos. Todo el que tiene un abrigo viejo lo sabe. Pocas cosas hay más molestas en el día a día que tratar de ponernos una prenda que nos gusta y que la cremallera se rompa o se atasque, más si, como suele suceder, estamos a punto de salir de casa y apenas tenemos tiempo para arreglarla. Cambiar de atuendo suele ser lo siguiente. Mal humor, y más prisa por llegar a terminar el asunto que toque.
Como vamos con la lengua fuera y sacar tiempo para llevar a arreglar la cremallera se antoja una tarea difícil, los hay que dan la prenda por perdida. Sí, es fácil pensar: “No me merece la pena”. “No se puede arreglar”. Es eso, o esperar a sacar hueco y dejarla en manos de alguien especializado que pueda sustituir la cremallera por una nueva.
Por suerte, en Internet existen multitud de hacks y tutoriales para solventar este pequeño inconveniente. Uno de los más populares es el truco del tenedor, con el que vamos a poder arreglar la cremallera rota en menos de cinco minutos.
Lo primero que vamos a necesitar es una superficie estable en la que colocar el tenedor y encajar en la cremallera los bordes de la prenda que queremos arreglar. Es mejor hacerlo así para evitar que la prenda baile o el tenedor nos tiemble en la mano y sea más difícil. Una mesa vale perfectamente.
A partir de aquí, es muy sencillo.
Puede darse el caso de que la cremallera está atascada y no logremos moverla de su posición. Hay dos posibilidades: que le falte lubricación o que el cursor se haya enganchado en la tela. Para el primer problema, lo más fácil es aplicar sobre los dientes un producto lubricante que permita a los bordes deslizarse con más facilidad. Para el segundo caso, con cuidado, solo hay que tirar de la cremallera en un sentido y de la tela atascada en el contrario. Si no aplicamos fuerza excesiva y lo empeoramos, terminará por salir.