Hacer una transferencia de padres a hijos es una de las prácticas más habituales en España. No es nada extraño apoyar a nuestros vástagos a la hora de comprar un coche, una casa o cualquier otro gasto importante. Pero lo que mucha gente no tiene en cuenta es que estas transacciones no están exentas de fiscalidad. Si no se declaran adecuadamente pueden dar lugar a sanciones económicas.
No hay que olvidar que la Agencia Tributaria tiene como uno de sus fines la lucha contra el fraude, la evasión de impuestos y el blanqueamiento de dinero. Por eso controla los movimientos que se llevan a cabo sin discriminar a nadie. Es decir, pone la lupa tanto sobre las empresas como sobre las familias, incluidos estos movimientos entre padres e hijos. El objetivo es detectar las donaciones encubiertas.
La donación es una transmisión gratuita de bienes que no son inmuebles, como dinero, fondos de inversión o acciones, generalmente entre familiares. Es necesario tributar por ese dinero en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, aplicando la normativa de la comunidad autónoma donde haya residido más días en los cinco años anteriores a la donación.
Por eso, cualquier transferencia entre familiares que sobrepase ciertos límites monetarios puede generar una revisión exhaustiva, y de no cumplir con las formalidades requeridas, se arriesga a sanciones considerables. Hacienda pone especial atención en las transferencias superiores a los 6.000 euros, tal y como se estableció en la Ley 10/2010, del 28 de abril, de prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.
Más allá de esos 6.000 euros, otro dato que hay que tener en cuenta es que todas las entidades financieras tienen la obligación de informar a Hacienda de determinados movimientos de los clientes. Es así cuando las operaciones superan los 3.000 euros -tanto depósitos como retiros-, cuando se realizan con billetes de 500 euros o en el cobro de documentos como cheques, letras de cambio o pagarés.
Esto no quiere decir que las donaciones de cantidades inferiores a 3.000 euros no deban liquidarse en el impuesto de sucesiones y donaciones, pero normalmente no se persiguen entregas pequeñas de dinero en efectivo ni regalos de pequeña cuantía.
De lo que se trata es de prevenir prácticas ilegales y mantener un control sobre los movimientos financieros que puedan eludir los impuestos correspondientes. Las transacciones sospechosas se registran en una base de datos que permite a Hacienda rastrear posibles irregularidades y tomar medidas si es necesario.
La falta de declaración de una donación o transferencia puede ser catalogada como infracción grave por parte de la Agencia Tributaria. Según las normas actuales, omitir esta declaración conlleva una sanción mínima de 600 euros, que puede llegar a alcanzar hasta el 50% del valor de los medios de pago empleados.
Cuando la donación no sea en efectivo, sino mediante la entrega de bienes como acciones, fondos de inversión o propiedades, Hacienda también exige que se justifique el origen de los fondos y se liquide el impuesto correspondiente. Por lo tanto, al realizar una transferencia de dinero o donar bienes para evitar problemas se aconseja normalizar el acuerdo en un documento público en el que se justifique el origen de los fondos y presentar la declaración del impuesto en los plazos establecidos.