"Los baby boomers van a tener que liquidar sus viviendas para poder obtener complementos a sus pensiones, que sus hijos se despidan de recibirlas en herencia, porque las pensiones que dé la Seguridad Social, no van a ser suficientes para llegar a fin de mes". Así de rotundo se ha mostrado el experto en pensiones Jose Antonio Herce, en un foro sobre ahorro previsional organizado por BBVA. Puedes oír la referencia a partir del minuto 57 del video.
Según Herce, "los baby boomers se van a empezar a jubilar masivamente en los próximos años y no tienen ahorros constituidos, por lo que necesitarán complementos de 300 o 400 euros a sus pensiones para llegar a fin de mes", ha afirmado.
Para el economista, "la Seguridad Social podrá darles el 80% de su base reguladora, pero no va a ser suficiente. Bastante bueno será, a costa de un déficit enorme, que lo siga haciendo como hasta ahora".
Según el experto, el ahorro de los boomers está en el ladrillo. "Deberíamos tener una vez y media de PIB en ahorro previsional, pero en su lugar tenemos vivienda, 3,5 veces el PIB, unos 4 billones de euros. Si ese dinero fueran ahorros previsionales en vez de viviendas, tendríamos pensiones de dos mil y pico euros, sin necesidad de Seguridad Social" ha explicado.
Y da una solución sencilla: ahorrar desde jóvenes. "Es muy fácil ahorrar cantidades insignificantes cada mes para acabar en 30 años con un capitalito de 60.000 o 70.000 euros la víspera de la jubilación. Con unas docenas de euros al mes, lo hacemos. Y 60.000 euros en renta vitalicia son 300 euros al mes, de por vida", calcula Herce.
Que los boomers tengamos que vender la casa o no para llegar a fin de mes cuando lleguemos a la jubilación depende de que el sistema esté más saneado, y pueda ofrecer prestaciones similares a las actuales.
Pero Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico del BBVA y ponente en el foro, pinta oscuros nubarrones. "La reforma planteada por el Gobierno hace al sistema más generoso, pero menos sostenible". Según el analista, tenemos actualmente un déficit contributivo en las pensiones de 27.000 millones de euros. La derogación del IRP, (el mecanismo para que las pensiones subieran al año un 0,25% independientemente del IPC), y del factor de sostenibilidad, (que vinculaba las pensiones a la esperanza de vida), supone un aumento de gasto de otro 3,5% del PIB en los próximos 20 años. A la contra, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional y ampliar el periodo de cálculo de 25 a 35 años como se plantea el Gobierno, tan solo reduciría el gasto en un punto del PIB en el mismo tiempo, 20 años, según el experto.
Actualmente, hay un desequilibrio actuarial, esto es, se cobra mucho más de pensión que lo que se cotiza. Según Rafael Doménech, cada vez que una persona entra al sistema lo hace con un déficit actuarial de entorno al 40%, esto es, recibe a lo largo de su vida un 40% más de lo que ha cotizado.
Doménech ha asegurado que revalorizar las pensiones con la inflación es deseable pero se debe hacer “en un sistema que ya esté diseñado sostenible”, con unas pensiones iniciales que “sin déficit actuarial”, permiten la revalorización en función de la inflación sin poner en peligro la sostenibilidad del sistema. Si no fuera así, su sostenibilidad no será posible.
Ante esta situación, ambos ponentes coinciden en que para que el sistema siga siendo sostenible, al margen del ahorro, es que los nuevos pensionistas que se incorporan al sistema lo hagan con pensiones más bajas. Aunque no se han dado cifras de cuánto habría que bajar la pensión inicial, esto es lo que haría que los boomers tuvieran más difícil llegar a fin de mes. La otra alternativa es propiciar que aquellos que quieran, puedan seguir trabajando más allá de la edad de jubilación, con más facilidades que hasta ahora.
Además, la inflación desbocada hace que mantener el poder adquisitivo de los pensionistas al subir las pensiones conforme al IPC sea "una locura", en palabras de Jose Antonio Herce. Una inflación del 6, 6,5 o 7% como está previsto este año no la va a aguantar el sistema. Cada punto de aumento de inflación suponen 1.700 millones de euros de aumento de gasto. Si subimos un 6% la masa de pensiones estamos hablando de más de 10.000 millones de euros que se quedan en el gasto en los años venideros. "Es una locura. No tenemos recursos para pagarlo y la respuesta es que los pensionistas entren en el pacto de rentas como los asalariados y los empresarios. De lo contrario tendremos un problema descomunal de transferencias de poder adquisitivo de unas generaciones a otras", afirma Herce.