Existen estrategias que permiten lograr que el dinero rinda y alcance para pagar los gastos cotidianos, las deudas y ¿por qué no? también ahorrar. Mantener el hogar en orden conlleva un sinfín de tareas a realizar diariamente. Un trabajo no retribuido que nos hace invertir mucho tiempo y en ocasiones dinero. Una de las tareas domésticas que más atención requiere es la de realizar la compra. Sin embargo, tener todos los productos que necesitamos controlados es algo complicado. Por lo que se dan muchos casos en los que volvemos a casa, comenzamos a colocar cada objeto en su lugar y nos damos cuenta de que nos hemos olvidado de algo.
Para evitar situaciones como ésta se suele optar por escribir una lista de la compra con todos los artículos que nos hacen falta. Para ello, existe un método de lo más eficaz y sencillo de realizar: la compra inversa. Es un método de ahorro que sirve para gastar menos al hacer compras de la despensa o planear la comida del día. Esta estrategia consiste en darle un giro al listado artículos de despensa con el objetivo de aprovechar mejor el dinero con los alimentos que ya tienes.
Hacer la lista de compra inversa, es precisamente eso hacerla “al revés”. La forma habitual de hacer la lista de la compra es basándote en lo que necesitas, por ejemplo, programando menús semanales y comprando en base a ellos. Pues con la lista de la compra inversa vamos a cambiar esta forma de hacer la lista. Lo que haremos será comprar o hacer nuestra lista no basándonos en lo que necesitamos sino basándonos en lo que ya tenemos en casa.
Hacer la lista de la compra inversa te ayudará a saber bien qué tienes, por ejemplo, en el congelador. Puede que algunas de las cosas que hemos comprado y se han quedado en el fondo, a medio gastar, salgan a la luz y puedas así aprovecharlas.
Si vas a usar este sistema, debes ser sistemático y marcar en tu calendario un día al mes o cada 2 meses para hacer esta tarea.
En este punto ya sabemos de qué alimentos disponemos y cuales debemos consumir, por ejemplo, en la semana siguiente. Ahora viene la parte de hacer la lista inversa, basándote en ese listado de alimentos que ya tenemos. Piensa y programa los menús de la semana y apunta en la lista para ir a la compra solo lo que te falte para completar tus menús.
Cabe destacar que una de las grandes ventajas de ese sistema es que iremos al supermercado con una lista lógica y con productos absolutamente necesarios. Además, si acudimos a hacer la compra con el estómago lleno será más difícil que caigamos en tentaciones y no compraremos caprichos superfluos. Ahora bien, si de verdad nos hace especial ilusión comprar algo en concreto, podemos hacer una excepción que valga la pena.