Por muy cómodo que estés en tu trabajo siempre una mínima posibilidad de que los de arriba decidan que ya no eres necesario en la empresa y, por tanto, se efectúe tu despido. Como es obvio, un despido debe estar justificado y, en ocasiones, la que da la empresa no es suficiente y el empleado debe ser readmitido, en otras un tribunal crea jurisprudencia para casos venideros, como las pruebas que tienen que ver con cámaras de seguridad o los mensajes del correo electrónico de la empresa, aunque todo tiene unos requisitos para que el despido pueda ser efectivo.
En este caso hablamos de tres pruebas que se pueden admitir para justificar un despido, pero que, para ello, deben contar con unos requisitos. Se trata de medios por los que se vigila al trabajador, así que para que sea válida se le debe haber informado previamente de que esos mecanismos están ahí, de lo contrario se podría estar violando su derecho a la intimidad.
Prácticamente cualquier lugar de trabajo cuenta con cámaras de videovigilancia para la seguridad de los trabajadores, los clientes y del local. Además, esas imágenes pueden utilizarse como prueba para efectuar un despido, siempre y cuando se haya informado a los empleados de su existencia. Además, según la web autonomosyemprededor, en 2021 el Tribunal Supremo creó jurisprudencia sobre las grabaciones a los empleados durante las pausas laborales, algo que hasta el momento no podía hacerse, según el Estatuto de los Trabajadores.
Por su parte, las conversaciones también pueden utilizarse para respaldar un despido. En este caso, la empresa puede hacer uso de las conversaciones de WhatsApp del teléfono de la empresa o del correo electrónico, así como de otras herramientas de comunicación que proporcione la compañía, como Teams. El empleado debe ser consciente de que son herramientas prestadas por la empresa y su uso es meramente profesional, por lo que pueden ser revisadas.
En otro orden de cosas, cuando se tiene un vehículo de empresa los datos que extrae el GPS pueden ser utilizados siempre y cuando se haya informado al empleado. En 2023 el Tribunal Supremo le dio su respaldo a la vigilancia del GPS de un coche de la empresa para justificar un despido disciplinario de un empleado que había usado el vehículo cuando estaba de baja para trayectos que nada tenían que ver con su desempeño laboral.