Nuestros hijos de la generación Z, los nacidos entre 1996 y 2010, lo tienen complicado para encontrar empleo. No solo por las dificultades propias para acceder al mercado laboral, sino por su fama de generación "difícil". Según una encuesta del portal Intellligent.com, cuatro de cada diez líderes empresariales consultados creen que los recién licenciados carecen de la suficiente preparación. Además, se les acusa de actitud arrogante y de falta de motivación.
Ahora un estudio de Resume Templates sobre la juventud en EEUU, también se muestra crítico con la excesiva dependencia de los miembros de esta generación respecto de sus padres. Según la investigación, para la que se entrevistaron a 1.428 jóvenes de 18 a 27 años que buscaron trabajo durante el año pasado, un 70% de ellos admitió que pide ayuda a sus padres y madres en la búsqueda de empleo. Y lo más llamativo, uno de cada cuatro va a las entrevistas con sus progenitores.
Pero la cosa aún se pone más sorprendente en este último grupo de jóvenes. Cuatro de cada diez de estos padres se limitaron simplemente a acompañar a sus hijos a las entrevistas, pero más del 25% se sentó frente al entrevistador, casi el 20% llegó a presentarse ante el gerente e incluso un 7% se permitió responder a alguna de las preguntas que iban dirigidos al joven.
Más conclusiones curiosas. Entre los entrevistados, el 16% de los entrevistados pidió a sus padres que presentaran la solicitud en su nombre. Casi uno de cada diez hizo que sus progenitores completaran sus llamadas de selección de recursos humanos. Y el 18% de ellos les pidió que le escribieran su currículum. Al menos son agradecidos. El 83% de los recién contratados de la Generación Z atribuía su éxito en la búsqueda de empleo a sus padres.
Las conclusiones evidencian una preocupante carencia de independencia para enfrentarse a la complejidad del mercado laboral, lo que subraya la necesidad de que tanto los jóvenes como las empresas trabajen en el desarrollo de estrategias distintas para enfocar el problema. “Saber lo que hace una empresa, verificar su legitimidad y comprender lo que implica un trabajo específico son tareas que pueden ser un desafío para alguien sin ninguna experiencia laboral formal”, explica Andrew Stoner, redactor de currículums ejecutivos de ResumeTemplates.
Que los padres ayuden a sus hijos a enfocar la búsqueda de empleo no tiene nada de malo. Por ejemplo, ensayando con ellos las respuestas a las preguntas que podría formular su posible empleador, enviándoles sugerencias de trabajo, revisando que las ofertas de empleo a las que se postulen no sean fraudulentas o poniendo a su disposición su red de contactos.
Pero ir más allá, llegando al punto de presentar solicitudes de trabajo en nombre de los hijos sin llegar a involucrarles siquiera no es lo ideal. "De esta manera, los trabajadores jóvenes no adquirirán conocimientos prácticos ni experiencia con el proceso de solicitud y probablemente estarán menos interesados y preparados para las expectativas de un empleador durante el proceso de entrevista", indican desde Resume Template. Un último consejo para los padres: no contactar nunca directamente con la persona que hará la entrevista a nuestro hijo, pues es una forma casi seguro de descartarlo como candidato.