El dato de tu nómina que debes revisar para saber qué pensión de jubilación te queda

La nómina es el documento más importante que nos pueden entregar en el trabajo. No solo es el que acredita lo que cobramos mes a mes, sino que deja constancia de la relación laboral existente entre nosotros y la empresa. El problema es que, a pesar de su relevancia, muchos trabajadores no se molestan siquiera en revisarla. Sin embargo, comprobar que todos los datos están correctos puede evitarnos algunos problemas en el futuro.

De hecho, hay un dato dentro de la nómina que tiene una incidencia directa sobre la pensión de jubilación. Nos referimos a la base de cotización del ciudadano a la Seguridad Social, ya que tiene efectos sobre las prestaciones de jubilación y las ayudas del Estado en caso de tener que ir al paro.

Para entender este concepto hay que recordar que todos los trabajadores tienen la obligación de cotizar a la Seguridad Social para así tener derecho a la asistencia sanitaria y a la protección de este sistema, traducible en prestaciones económicas en caso de desempleo, jubilación o incapacidad temporal, entre otras circunstancias. Dependiendo de lo que aportemos a la Seguridad Social el importe de la prestación será mayor o menor.

Cómo se calcula la base de cotización

La base de cotización de la nómina se obtiene del salario bruto y sirve de base para realizar los cálculos del importe que debe pagar la empresa y el trabajador a la Seguridad Social. El resultado de restar esas deducciones al salario bruto es el salario neto. Por otra parte, las bases de cotización son diferentes según el régimen en que se encuadre el trabajador: régimen general, régimen de autónomos, régimen de trabajadores del mar, sistema especial de trabajadores agrarios o de empleados de hogar.

Tipos de cotización

Cada mes el trabajador aporta a la Seguridad Social un porcentaje de su sueldo en función de distintas contingencias. La empresa, por su parte, contribuye con otro porcentaje por esas mismas contingencias, que si nos ceñimos al régimen general son las siguientes:

  • Contingencias comunes (para las bajas laborales por enfermedad común o accidente no laboral): al empleado se le retiene un 4,70% de su salario bruto mensual y la empresa aporta otro 23,60%.
  • Horas extraordinarias de fuerza mayor: el trabajador contribuye con un 2% y la empresa con un 12%.
  • Resto de horas extra: los porcentajes son 4,70% y 23,60%, respectivamente.
  • MEI (Mecanismo de Equidad Intergeneracional): la empresa aporta el 0,67% y el trabajador el 0,13%.
  • Desempleo: el trabajador aporta el 1,55% de su sueldo y la empresa un 5,50%.
  • Formación profesional: el trabajador contribuye con un 0,10% de su salario, mientras que la empresa entrega el 0,60% restante.
  • Cotizaciones por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales: el régimen general solo se nutre con las aportaciones exclusivas de la empresa.

Cálculo del importe de la pensión

Como decíamos antes, esa base de cotización que aparece en la nómina - normalmente en el pie de la misma- sirve para determinar el importe de la pensión de jubilación. Esa cuantía se obtiene haciendo un cálculo sobre las cotizaciones que el trabajador ha realizado en los últimos 300 meses, antes de la fecha en la que se inicia el retiro laboral, añadiendo la parte proporcional de las pagas extraordinarias.

También es importante verificar que en la nómina es correcta la categoría profesional de cotización. Cada una de ellas cuenta con unas bases de cotización mínimas y máximas distintas, por lo que conviene comprobar que tenemos establecida la que nos corresponde. Hay once categorías y son las siguientes:

  • Ingenieros y Licenciados
  • Ingenieros Técnicos, Peritos y Ayudantes Titulados
  • Jefes Administrativos y de Taller
  • Ayudantes no titulados
  • Oficiales administrativos
  • Subalternos
  • Auxiliares Administrativos
  • Oficiales de primera y segunda
  • Oficiales de tercera y especialistas
  • Peones
  • Trabajadores menores de 18 años, sea cual sea su categoría profesional
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