La cocina es uno de los rincones más agradables de la casa, y también el que más atención y limpieza necesita, junto con el baño. Frente al salón o al dormitorio, con los que podemos dejar pasar un poco más de tiempo para darles un repaso, el lugar donde cocinamos admite cero excusas. ‘El tajo limpio’, que dicen muchas de nuestras abuelas, refiriéndose al espacio de preparación y a todos los utensilios (tablas de cortar, encimeras, cuchillos)
Una cocina en perfecto estado dice mucho de la persona que cocina en ella, y lo mismo sucede con las bayetas y estropajos que utilizamos para mantenerla decente. Tarde o temprano van a dar señales de estar grasientos, no limpiarán tan bien como al principio, y tendremos que decidir qué hacemos con ellos. ¿Es mejor sustituirlos por unos nuevos cada mes, o podemos tener un método de limpieza definitivo para no andar gastando tanto dinero en repuestos?
Para los del segundo club existe un truco de limpieza excelente. Es además contraintuitivo: limpiar y desinfectar los estropajos en el microondas.
¿Cómo se hace?
Seguramente nunca te hubieras imaginado que tu microondas es uno de los mejores aliados que existen para freír a las bacterias de tus estropajos y desinfectarlos por completo. Pero así es. Podemos alargarles un poco la vida útil con unos sencillos pasos. Tiene cierto sentido: meterlos en el horno es un método un tanto aparatoso y desagradable, y nada recomendable. Sin embargo, el microondas es el aparato perfecto para subir la temperatura hasta un punto que mate a cualquier microorganismo. Aprovecha también para limpiar tu lavavajillas sin usar productos químicos.
Lo primero que debemos mirar es que no haya ningún resto metálico en el estropajo o la bayeta, para no comprometer la integridad de nuestro microondas. Como te habrás imaginado, para este método de limpieza están absolutamente descartadas las ‘nanas’ o estropajos metálicos que utilizas para rascar la suciedad más incrustada de tus cacharros. A menos que quieras que tu microondas arda como Juana de Arco, claro.
Vamos a servirnos de la propia humedad del estropajo, la que se mantiene constante durante todo el día si fregamos un par de veces cada jornada. Si está seco, mójalo. Con esto evitarás que pueda arder mientras pasa el tiempo de ‘cocinado’ en el microondas, es decir: el intervalo que subes la temperatura para que mate a cualquier ser microscópico o foco de bacterias.
Este método de desinfección no es infalible, como demuestra el estudio Effective household disinfection methods of kitchens ponges. La desinfección será parcial, y como mencionábamos arriba, alargará un poco la vida útil de tus estropajos y bayetas. Plantéate establecer la regularidad con las que los cambias por otros nuevos: mínimo una vez al mes, y más recomendable todavía, cada dos semanas.