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En España tres de cada 100 propietarios (el 3%) tienen una vivienda vacía, según datos de Fotocasa Research. Entre los principales motivos para mantenerla desocupada están las preocupaciones o miedos frente a impagos, ocupaciones o destrozos en los inmuebles, la entrada próxima de un amigo o un familiar o la falta de acuerdo con otros herederos sobre el uso que se le ve a dar. Sin embargo, mantener una casa vacía sale más caro de lo que se cree. Puede que entre 2.000 y 3.000 euros anuales dependiendo del tamaño y la ubicación.
A pesar de estar desocupadas, las viviendas generan unos gastos fijos que sus propietarios tienen que afrontar. "De comunidad, de mantenimiento, ciertos suministros o un seguro son algunos de los dispendios que seguiremos pagando aun sin habitar el inmueble", explican desde el portal inmobiliario pisos.com. Veámoslos al detalle.
El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) "es un tributo directo de carácter real que grava el valor de los bienes inmuebles en los términos establecidos en esta ley", tal y como establece el artículo 60 de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales. Es obligatorio y se debe pagar todos los años, independientemente de que la casa esté habitada.
Su coste varía en función del valor catastral de la propiedad y del tipo impositivo que aplica el municipio en el que se encuentra ubicada. Este oscila entre el 0,4% y el 1,3% del valor catastral en el caso de los inmuebles de naturaleza urbana. Por tanto, su coste puede oscilar entre unos 100 y más de 800 euros al año.
A veces el propietario también está obligado a pagar las tasas de basura y alcantarillado, que varían según el municipio y que podrían llegar a superar los 300 euros anuales.
Pese a que la vivienda esté vacía, es muy común mantener ciertos suministros. Por ejemplo, el eléctrico, especialmente si se esperan visitas para su alquiler o venta o si se prevé volver a estar habitada próximamente. Su mantenimiento implica pagar una cuota fija mensual, de entre 20 y 50 euros mensuales, según la tarifa elegida.
Igualmente se suele mantener el suministro de agua, importante si se quieren prevenir problemas de fontanería. Esto implica un gasto fijo que puede oscilar entre los 10 y los 30 euros al mes. Y si se decide mantener activo el suministro de gas eso supondría entre 10 y 25 euros mensuales.
El seguro de hogar es una protección contra posibles contratiempos, como averías en la electricidad, goteras o plagas, es decir problemas que pueden surgir en cualquier momento incluso con la vivienda vacía. Es probable que el propietario quiera mantener esta póliza, que puede oscilar entre 150 y 600 euros al año, dependiendo del valor de la propiedad y de la cobertura contratada, según calcula el portal inmobiliario.
La mayoría de propietarios tienen que hacer frente también a las cuotas de la comunidad, destinadas al mantenimiento de instalaciones y servicios comunes como áreas exteriores ,portería, limpieza o seguridad. Su coste es muy variable, pero puedo ir desde los 20 euros a los más de 300 al mes. Contratar una alarma también es un gasto adicional con una cuantía muy variable, pero que puede suponer otros 40 o 50 euros más al mes.