Hasta hace solo unos años la tendencia principal durante las vacaciones era cogerse un apartamento o un hotel. Sin embargo, hace unos años comenzaron a surgir los pisos turísticos que han logrado introducirse de lleno en el mercado siendo la opción favorita de muchos viajeros durante sus vacaciones. No obstante, su presencia tiene más de una polémica que ha desembocado en que ciudades como Barcelona anuncien que los prohibirán a partir de 2028. ¿Qué futuro tienen este tipo de medidas? Javier Ruiz analiza qué se está haciendo y qué se puede hacer en una nueva entrega de ‘MoneyTalks’.
Las polémicas sobre los conocidos como Airbnb llevan tiempo entre nosotros y el tipo de medidas como las de Barcelona, a priori, parece que no serán de todo efectivas teniendo en cuenta que son a largo plazo. En este sentido, se trata de no renovar licencias y que así vayan cayendo progresivamente los pisos turísticos.
En todo caso, uno de los principales problemas que trae la proliferación de los pisos turísticos es su impacto directo en el alquiler de viviendas, haciendo que suba y que para una pareja o familia sea cada vez más complicado encontrar un lugar en el que vivir, o vecindarios que ven como su convivencia se ve afectada ante la llegada de este tipo de pisos vacacionales.
En España Barcelona es la única ciudad que ha optado directamente por la prohibición, mientras que otras localidades han establecido una serie de normas o de requisitos para poder poner la vivienda en alquiler turístico, como en Santiago de Compostela, donde quieren establecer un límite de días anuales.
Teniendo en cuenta que a España llegaron en 2023 más de 85 millones de turistas y que en 2024 se estima que se podría llegar a superar los 90 millones. Un gran numero de visitantes que buscan alojamiento y, de prohibirse los pisos turísticos, podríamos encontrarnos con un problema por falta de plazas de alojamiento.
Nuestro país podría encontrar dificultades para alojar a la gran cantidad de turistas que cada año eligen a España como su destino vacacional o a los españoles que se mueven por nuestro país. Es más, la prohibición de los pisos turísticos podría encarecer aún más las vacaciones al calentar y aumentar los precios de los hoteles en zonas como Madrid, Barcelona o los archipiélagos canario y balear.