Se llama 'nesting' y podría ser para siempre: el fenómeno que explica cómo la pandemia ha cambiado los hogares

  • Las preocupaciones colectivas sobre la higiene, el bienestar y la inmunidad seguirán influyendo en la forma en que vivimos, al menos, durante la próxima década

  • El 'nesting' nos invita a disfrutar de nuestro hogar y convertirlo en un espacio mixto en el que el ocio sea realice sin salir a la calle

  • "Las casas tendrán entradas donde la descontaminación pueda tener lugar al pasar del mundo exterior al espacio interior"

No hay duda de que en los últimos ocho meses nuestra vida ha cambiado radicalmente. Primero fue el confinamiento el que marcó nuestro diario y después, cuando poco a poco se fueron relajando las medidas, el miedo ha empezado a ganar terreno. Ángel tiene 63 años, es periodista y vive en Toledo. Antes de la pandemia salía todos los días a la oficina, en Madrid, y después iba directo a ver a su madre, que vive en una residencia, o al gimnasio. No pisaba su casa hasta las ocho de la tarde, como mínimo. Ahora, las tornas han cambiado. Teletrabaja todo el mes, a excepción de dos días, la residencia de su madre está cerrada y hace deporte en casa. Solo sale a dar una vuelta con la moto los fines de semana y va a la compra. Su caso es solo un ejemplo representativo del de miles de personas en nuestro país que, en edad especialmente de riesgo frente a la covid-19, han cambiado sus rutinas y han convertido su casa en el principal espacio de vida. Te descubrimos el 'nesting', por qué se ha convertido en una tendencia y el impacto que el coronavirus ha tenido en nuestros hogares.

'Nesting': tu casa, tu templo del presente y del futuro

Antes de la pandemia, vivíamos en la era de la 'hipervisibilidad', en la que imperaba el presencialismo constante, los desplazamientos continuos y la economía de la experiencia, es decir la basada en acciones físicas. Durante el confinamiento, sin embargo, hemos centrado nuestra atención, como no podía ser de otra manera, en nuestro mundo más interior y nuestra casa se ha convertido en lugar de trabajo, colegio, gimnasio, restaurante, hospital e incluso lugar de vacaciones. Esto nos ha obligado a acotar áreas diferentes y a redistribuir los espacios.

Es decir, hemos reconvertido nuestro hogar y debemos encontrar en él la felicidad plena. Esto es lo que se conoce como 'nesting', un término que viene de la palabra inglesa ‘nest’ que significa nido. Es una filosofía que nos invita a quedarnos en casa y poder hacer lo que nos gusta, o simplemente no hacer nada, eso sí, sea lo que sea, sin planificarlo. Promueve la desconexión dentro del hogar durante las horas libres del día.

Este concepto está calando tanto en la sociedad que, según un estudio de las empresas Beko y The future Laboratory, ha llegado la 'Era del Nesting'. "Los últimos nueve meses han cambiado nuestras vidas para siempre, y las empresas y los gobiernos tienen un importante papel que desempeñar para ayudarnos a adaptarnos a este nuevo orden mundial. El hogar en particular experimentará un cambio radical, ya que nos replanteamos dónde y cómo vivimos y buscamos soluciones que reflejen la creciente preocupación por la higiene, la sostenibilidad y el bienestar", apunta Hakan Bulgurlu, CEO de Beko.

Los cambios actuales, ¿se mantendrán a largo plazo?

Durante los próximos diez años esta tendencia seguirá en pleno apogeo y los hogares que conocíamos antes no volverán a ser iguales, afirma el estudio. A raíz de esta nueva forma de vida se desarrollarán, además, tres tendencias que necesitarán de una innovación tecnológica importante. "Ahora más que nunca, las empresas y organizaciones deben estar preparadas para un futuro en el que ayuden a la humanidad a sentirse segura, apoyada e inspirada. Si no están preparadas para esto, en muchos sentidos, merecen convertirse en agentes pasivos del nuevo paradigma por la forma en que negociamos, vivimos, trabajamos y jugamos", afirma Chris Sanderson, cofundador de The Future Laboratory.

Lo primero que hemos visto en las tendencias de mercado es una revolución urbana. Ahora existe un nuevo leitmotiv a la hora de elegir la zona en la que vamos a desarrollar nuestra vida ya que no tenemos una dependencia de las grandes urbes. "Un mayor enfoque en la salud, la higiene y la recuperación conducirá a un éxodo urbano que volverá a dar vida a los suburbios, las áreas urbanas circundantes y las zonas rurales; a la vez que proporcionará a las ciudades la oportunidad de enfocarse más en el ser humano”, asegura el estudio.

En este sentido serán varias las generaciones implicadas en el cambio. Por un lado, los Uppers, que probablemente en su infancia ya descubrieron la vida rural de mano de sus padres y abuelos, vuelven a sus orígenes para disfrutar de la naturaleza y de su próxima jubilación. Por otro, "los jóvenes, hasta ahora atraídos por el mundo urbano, están descubriendo que los altos alquileres, los salarios relativamente bajos y el impacto de la vida en la ciudad tienen un efecto perjudicial en la salud. Esto hace que los Millennials y la Generación Z busquen zonas rurales y adyacentes a la ciudad en busca de una mayor calidad de vida", una idea inculcada por sus familias.

Una vez que entendemos que el mundo rural empieza a ganar protagonismo, la transformación de las casas no puede ser algo temporal, como lo ocurrido durante los primeros meses de confinamiento, sino que debemos entenderla como un espacio mixto capaz de facilitar con fluidez diferentes modos de trabajo, descanso, recuperación y juego. “Los hogares a partir de ahora tendrán propiedades multimodales en los que el uso del espacio y la funcionalidad se sitúan en primer lugar".

Por último, debemos entender que tenemos un nuevo concepto de higiene que, hasta ahora, desconocíamos. Se ha producido, a raíz del coronavirus, una preocupación colectiva que requiere innovaciones sanitarias para los hogares. "La casa del futuro es un espacio a prueba de pandemias, diseñado para reducir la exposición a los virus, a los agentes contaminantes y maximizar, así, la higiene personal. "Al igual que el lavabo, un lugar para lavarse las manos al entrar en casa, se desarrolló a raíz de la gripe española, las casas tendrán entradas donde la descontaminación pueda tener lugar al pasar del mundo exterior al espacio interior", asevera el informe.

Estamos, por tanto, en el comienzo de una nueva era en la que las prioridades de nuestra vida han cambiado y también la forma de entenderla. La población de riesgo, especialmente, está modificando su forma de vida y el hogar debe entenderse como un lugar feliz en el que disfrutar del nesting y de la familia sin correr ningún riesgo, ni en el presente, ni tampoco en el futuro.