Cómo eliminar manchas de óxido en casa sin productos químicos

Con el paso del tiempo y determinadas circunstancias las manchas de óxido aparecen sin verlas venir y quitarlas no es moco de pavo. Grifería del baño, fregadero, metales de la cocina microondas, o en los utensilios de cocina, en el suelo… son solo algunas superficies y elementos víctimas de dichas manchas. Además, si aparecen en la ropa también suelen generar un gran quebradero de cabeza pues no son fáciles de eliminar y nadie las quiere ver. 

Este óxido hace su aparición por diferentes causas, aunque la más frecuente es el exceso de humedad al que están sometidos los suelos o componentes del baño y la cocina. Eliminarlas con cualquier producto abrasivo puede peligroso, generar más daños que soluciones y no acabar con ellas del todo; pero existen una serie de productos naturales y otros artificiales que son los verdaderos aliados para acabar con las manchas de óxido de la mejor manera. 

El vinagre, si se lleva casi a su punto de ebullición, se puede aplicar también junto con bicarbonato o sal en un paño y eliminar estas manchas. El zumo de limón, unido el bicarbonato, también acaba con las manchas.

La lejía, el amoniaco y la pintura son opciones aceptables y poco abrasivas a pesar de tener componentes químicos. El amoniaco debe mezclarse con agua tibia, meterlo en un pulverizador y aplicarlo sobre la mancha, entonces se deja actuar unos minutos para retirarlo con paño húmedo.

Para ir a la mancha específica, en Uppers te detallamos cómo eliminar el óxido en cualquier tipo de superficie cuando aparece:

Cómo quitar el óxido del metal

  • Bicarbonato. Enjuaga el objeto y retira bien toda el agua que pueda quedar. Echa el bicarbonato cubriendo todas las partes oxidadas, el polvo se pegará a las zonas que han quedado más húmedas. Déjalo reposar como mínimo una hora o toda la noche. Después frótalo con un cepillo de cerdas de metal o con un estropajo de acero inoxidable hasta que todo el óxido vaya desapareciendo. Enjuaga y seca con un trapo de cocina o toalla, cerciorándote de que no quede nada de humedad. 
  • Coca Cola. Los refrescos de cola tienen sustancias ácidas, como el ácido fosfórico, que al entrar en contacto con el metal reaccionan con el oxígeno ayudando a eliminar la corrosión. Sumerge el objeto en cuestión en suficiente Coca Cola para que lo cubra por completo y déjalo actuar toda la noche. Al día siguiente sácalo y con un trapo o toalla vieja limpia el óxido que quede.
  • Vinagre. Sumerge el objeto en vinagre y déjalo actuar toda la noche. Después con un estropajo de aluminio o un cepillo de metal raspa el óxido hasta que se haya ido por completo. 
  • Detergente para los platos y patatas. Este método funciona de maravilla para manchas de óxido leves que están en superficies de fácil de acceso. Corta la patata por la mitad y cubre la parte interior con detergente para los platos. usa la patata a modo de estropajo, frotando en la zona oxidada. 
  • Limón y sal. Este truco funciona muy bien para manchas menos rebeldes, por ejemplo, las típicas que acaban saliendo por diferentes zonas en los cuchillos de cocina. Cubre completamente la zona oxidada con una capa gruesa de sal y después exprime encima el zumo de limón. Hazlo reposar dos o tres horas y frótalo con la cáscara.

Cómo quitar el óxido del suelo

  • Bicarbonato. Actúa eficazmente eliminando el óxido y en combinación con otros ingredientes su efecto es todavía mayor. 
  • Pasta de dientes y bicarbonato. Cubre la mancha con una capa fina de pasta y échale un poco de bicarbonato encima. Después frota suavemente haciendo movimientos en círculo con un cepillo de cerdas suaves. 
  • Bicarbonato y agua. Haz una pasta mezclando estos dos ingredientes y cubre la mancha. Deja que actúe y que vaya quitando el óxido. Luego con un cepillo de dientes viejo o con un trapo frota para ayudar a quitar el óxido que quede.
  • Vinagre blanco y bicarbonato. Puedes hacer la pasta con vinagre en vez de con agua. 
  • Vinagre blanco solo. Vierte una buena cantidad sobre la zona del suelo que tenga óxido. Después de dejarlo actuar unos 15 minutos, límpialo con un trapo. Repítelo hasta que la mancha se vaya aclarando y por fin desaparezca completamente.
  • Vinagre y sal. Prepara una pasta espesa echando bastante sal al vinagre y aplícala encima de la mancha de óxido. Déjala reposar como mínimo una hora y límpialo con un trapo.
  • Limón y sal. Pon zumo de limón recién exprimido en la zona que tenga la mancha de óxido, espolvorea sal encima y déjalo reposar. Luego frota con fuerza con un cepillo de cerdas blandas o un viejo cepillo de dientes.
  • Limón y bórax. Haz una pasta consistente mezclando bien un poco de zumo de limón con un par de cucharadas soperas de bórax. Aplícala en la superficie manchada de óxido. Después de una hora aproximadamente limpia con un paño y verás como las señales de corrosión han desaparecido. 

Cómo quitar el óxido de la ropa

  • Limón con sal o bicarbonato. Puedes usar estos ingredientes para tratar prendas blancas o confeccionadas con fibras naturales sin blanquear como el lino. Comienza espolvoreando sal en la zona con óxido, a continuación, exprime un limón y viértelo en la tela hasta cubrir la mancha. Deja actuar la mezcla durante diez minutos. A continuación, pon a secar la prenda al sol unas horas hasta que la mancha haya desaparecido. Después enjuágala con agua tibia o fría y lávala normalmente. 
  • Vinagre y sal. Perfecto para manchas que lleven mucho tiempo en prendas blancas o en telas naturales sin blanquear. Echa sal en la zona y a continuación vinagre en cantidad suficiente para cubrir la mancha. Limpia el óxido que vaya saliendo con una toalla blanca que no esté sucia o una esponja. Deja la prenda secando al sol, enjuágala con agua templada o fría y después échala a la lavadora como siempre.
  • Detergente para fregar los platos. Añade una pequeña cucharada de detergente a un vaso de agua tibia, revuelve bien y viértelo sobre la mancha de óxido. Déjalo actuar diez minutos y enjuágalo con agua fría y lava normalmente.