El encanecimiento del cabello es el resultado de un proceso de envejecimiento natural que sin embargo, puede verse influido por muchos factores. Algunas las vemos aparecer pronto y en otras pasada cierta edad. Se trata de una cuestión genética, pero este proceso también depende en parte de la nutrición, los desequilibrios hormonales, el estrés y algunos tipos de patologías.
Si tu decisión es la de dejar de teñirte para que las canas se vean de una vez por todas, prepárate para un período de transición en el que probablemente no te verás en tu punto máximo: “Para las que tienen el pelo rubio este paso será un poco más fácil, mientras que las que tienen el pelo castaño u oscuro pueden jugar con aclaraciones y cortes inteligentes que faciliten esta transición”, explican los expertos de Dalire, firma sevillana de champús sin sulfatos.
Antes de decidir qué tipo de tratamiento necesitarás, es importante conocer tu cabello: saber si tiende a ser seco o graso, qué tipo de canas tienes, si gris ceniza, plateado o blanco brillante. Por ejemplo, un gris ceniza quedará mejor iluminado por unas mechas rubias platinadas, mientras que para cabellos que ya están bastante uniformes es mejor apuntar a la armonía total.
Si tu cabello es de un bonito blanco puro, será necesario potenciar los reflejos plateados y eliminar los reflejos amarillos que dan la exposición al sol y los agentes externos. Además de un champú especial anti-amarillo, como, por ejemplo, todos los champús morados, lo ideal es hacerse tratamientos altamente nutritivos que hacen que los cabellos blancos, generalmente más finos y frágiles, estén más nutridos e hidratados.
Otro tip para evitar la tonalidad amarilla es apostar por mascarillas nutritivas y aceites vegetales, como el aceite de argán. Por otra parte, mejor olvidarse de las ceras y geles para peinar, que atraen el polvo y la contaminación, haciendo que el cabello blanco se vuelva amarillo más rápido. Además, hay otros consejos para cuidar del cabello gris.
El cabello blanco tiende a ser seco y fino, por lo tanto más quebradizo, encrespado y propenso a romperse. La hidratación se vuelve más esencial que nunca, especialmente si el cabello es ondulado o rizado. Confía en una mascarilla nutritiva que repare, fortalezca y combata la sequedad.
Los cabellos blancos son más frágiles, por lo que antes de usar el secador será mejor aplicar un protector térmico para evitar que el cabello se seque y al mismo tiempo, protegerlo de las agresiones externas. Además, limita en lo posible el uso de plancha y otras herramientas calientes, evitando el cepillado demasiado enérgico: mejor peinarlas suavemente una vez secas con un peines desenredante.
Uno de los errores más comunes que cometemos cuando aparecen las primeras canas es aplicarse una mala coloración, con tintes de dudosa calidad. Lo mejor es utilizar la coloración más natural y orgánica posible, insistiendo también en el uso de champús y reforzadores capilares a base de aminoácidos o para revitalizar, optar por los tan de moda liposomas, la vitamina B3 o activos lípidos que son perfectos al mejorar nuestro cabello en un sentido más global, sin olvidar algún suplemento concreto y los siempre necesarios alimentos ricos en proteínas.