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Se suele decir que no existe gente fea, sino gente sin posibles, y si miramos a algunos de los futbolistas más famosos del mundo podemos encontrar varios ejemplos que podrían confirmarlo. En el mundo del fútbol, los deportistas no son solo simples jugadores, sino también grandes estrellas con un enorme poder de influencia que resulta de gran interés para las marcas. Prueba de ello tenemos en Cristiano Ronaldo. El astro portugués no solo es uno de los grandes futbolistas de la historia, sino también la persona con más seguidores de Instagram, una de las redes sociales del momento.
El ‘Bicho’, que a finales de 2022 firmó un contrato millonario hasta 2025 con el Al Nassr de Arabia Saudí por el que cobrará más de 200 millones por temporada, suma más de 551 millones de seguidores en esta red social, una cifra que lo posiciona por delante de otras estrellas como la cantante Ariana Grande, el actor Dwayne Johnson o la modelo e influencer Kylie Jenner y que le convierte en un activo de enorme interés para las marcas.
Según Hopper HQ, un portal especializado en redes sociales, por cada publicación publicitaria que sube a su perfil de Instagram Cristiano Ronaldo percibe la friolera de 1,6 millones de dólares, es decir, en torno a 1,35 millones de euros, más que cualquier otro usuario de la red social. En todo un año, además, se calcula que el futbolista podría percibir alrededor de 40 millones de euros por su trabajo en esta plataforma. Casi nada.
El éxito que Cristiano Ronaldo ha alcanzado en Instagram no solo se explica por sus indiscutibles dotes futbolísticas, sino también por su apariencia y aspecto físico. Y es que en el mundo de la publicidad, la imagen lo es todo. Por eso, no es de extrañar que el astro portugués, además de sudar la gota gorda en el gimnasio, haya pasado por quirófano un par de veces para mejorar su aspecto.
El futbolista se ha retocado la nariz, se ha sometido a un procedimiento de cirugía maxilofacial para mejorar su tercio medio e inferior, se ha puesto botox para reducir las arrugas y ha pasado por una frontoplastia endoscópica para cambiar la posición de sus cejas. Además, también se ha puesto ortodoncia, se ha hecho una lipoescultura con ultrasonido para marcar aún más sus abdominales y, lo más sorprendente, ha llegado a ponerse botox en su zona genital y, en concreto, en el pene. Ni más ni menos.
Las operaciones de Cristiano tal vez puedan resultar sorprendentes, pero el ‘Bicho’ no es el único futbolista que ha recurrido a la cirugía estética para cambiar su físico.
El futbolista Héctor Herrera, que actualmente milita en el Houston Dynamo de Houston, Estados Unidos, pasó por quirófano cuando todavía en el Porto de Portugal para hacerse dos tratamientos: una rinoplastia funcional y una otoplastia, con las que, según sus palabras, pretendía respirar con más facilidad. El resultado fue un rostro irreconocible, con una nariz más recta y unas orejas más pegadas a la cabeza.
Estas operaciones son las mismas que se ha hecho Leo Messi, que a lo largo de los años ha cambiado mucho su aspecto físico, para retocar su nariz y orejas.
Sergio Ramos, que recientemente ha vuelto al centro de la noticia después de que se anunciase que no volvería a jugar con la Selección, es otro que ha recurrido a los tratamientos estéticos. El antiguo capitán del Real Madrid y actual defensa del PSG se ha puesto botox, rellenos y ácido hialurónico, ha llevado ortodoncia y se ha sometido a una rinoplastia tras sufrir un golpe durante un partido.
Iker Casillas y David Beckham son otros dos futbolistas que han querido mejorar su aspecto físico con ayuda externa. En su caso, eso sí, lo que han buscado ha sido combatir la alopecia, motivo por el que se han puesto injertos capilares. Gareth Bale, que a principios de año anunció su retirada del fútbol, también ha pasado por quirófano, en su caso para someterse a una otoplastia para quitarse las orejas de soplillo. Y como ellos, muchas otras estrellas han cambiado radicalmente su físico tras pasar por quirófano. Y es que como bien dice la gente, con dinero todo es posible. Incluso la belleza.