En un mundo con una esperanza de vida alta, queremos cumplir años sin dejar de vernos atractivos. La búsqueda de la belleza y la juventud es una constante a medida que se van cumpliendo años. Y esa búsqueda es común a hombres y mujeres, quienes saben que el aspecto físico es también un indicador de salud.
La medicina estética está continuamente explorando opciones que permitan cumplir el objetivo de verse sin recurrir a procedimientos quirúrgicos invasivos. En los últimos años, cada vez son más las personas, indistintamente de su género, que buscan favorecer y mejorar su aspecto con tratamientos que pasen desapercibidos. Es aquí cuando nace lo que ya se conoce como ‘Quiet Luxury Beauty’, la última tendencia que ha encontrado su lugar en el mundo de la belleza, demostrando que a menudo menos es más cuando se trata de elegancia y cuidado personal.
La 'Quiet Beauty' es el equivalente en medicina estética al lujo silencioso de la moda. El doctor Carlos López, médico experto en envejecimiento de la Clínica Íñigo de Felipe, confirma que desde hace unos año existe un cambio la demanda de los pacientes de las clínicas: “La gente tiene miedo a resultados exagerados, y por ello buscan cada vez más la naturalidad que viene de la mano de la medicina regenerativa”. Dentro del mundo de la belleza, este nuevo concepto se traduce en la búsqueda de productos de alta calidad que resistan al paso del tiempo, y en la adopción de rutinas que promuevan una apariencia natural y atemporal.
Los tratamientos no invasivos son los que no implican cirugía. Por su parte, los tratamientos mínimamente invasivos son aquellos en los que la piel se atraviesa o el paciente necesita tomar ciertas precauciones los días posteriores a cada sesión, aunque muy alejados de los cuidados que se precisan en un postoperatorio.
La tolerancia de cada paciente a un tipo de tratamiento depende de su estado físico. Sin embargo, también hay una división clara en el sector sobre lo que se considera tratamientos invasivos o mínimamente invasivos. Las técnicas invasivas y no invasivas se diferencian principalmente por el grado de penetración en el cuerpo humano. Una técnica invasiva implica la inserción de dispositivos o instrumentos médicos en el cuerpo, a través de la piel, los tejidos u órganos, para obtener información o llevar a cabo un tratamiento. Por otro lado, las técnicas no invasivas no involucran la penetración en el cuerpo humano. En su lugar, se utilizan dispositivos que se colocan en la superficie de la piel o en algunos casos, en la cavidad corporal, pero sin penetración.
Entre los tratamientos estéticos faciales poco invasivos:
Uno de los aspectos más valorados por los pacientes es la tolerancia ante el tratamiento; es decir, que sea lo más efectivo, rápido e indoloro posible. Si el tiempo de recuperación también es mínimo, el éxito está asegurado. De hecho, este tipo de tratamientos cada vez son más elegidos, en detrimento de los invasivos. Así lo confirma el doctor Carlos López: "Cada vez son más los pacientes que cambian la medicina estética tradicional por tratamientos regenerativos en los que no se incluyen tratamientos que requieren agujas ni cirugía”.
La tecnología HIFU, por ejemplo, ofrece grandes resultados para la flacidez en partes específicas del rostro, cuello o algunas partes del cuerpo de manera imperceptible. El resultado es un rostro rejuvenecido sin que destaque ningún rasgo concreto ni alteración de la expresión natural del paciente.
Los expertos destacan también cómo este tipo de tratamientos están siendo un atractivo para el público masculino. A pesar de que aún predomina el sexo femenino en el perfil de pacientes, cuando hablamos de tratamientos de regeneración naturales, los porcentajes han incrementado considerablemente en el público masculino. "Los hombres que acuden preguntando por tratamientos menos invasivos y con resultados más naturales se han multiplicado por cinco", confirma Carlos López.
Aunque el HIFU puede aplicarse en cualquier época del año y presenta una gran tolerancia, hay algunos casos en los que está contraindicado. En este caso, no se puede aplicar este tratamiento en caso de heridas abiertas o lesiones en el área que se vaya a tratar, acné severo, pacientes con marcapasos o con tratamiento anticoagulante y personas con enfermedades autoinmunes, así como diabéticos o personas con epilepsia, entre otras patologías. Para otros tratamientos, siempre hay que contrastar con el profesional de medicina estética para que asesore sobre el tratamiento más adecuado según el perfil de cada paciente.