La cirugía estética sigue siendo un asunto de mujeres. Sin embargo, el interés de los hombres por pasar por el quirófano aumenta año tras año, según se desprende de distintos informes de la Sociedad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE). Solo en 2022, el número de intervenciones quirúrgicas estéticas aumentó un 215% respecto a las primeras mediciones de 2013. La novedad es que si antes los hombres tardaban en decidirse a operarse y respondía más a la solución de un complejo físico, ahora tiene que ver también con el hecho de verse mejor.
Se trata de la intervención más demandada en 2022, con un 19,9%, casi un 8% más respecto a 2021, año en el que ocupaba la cuarta posición. La blefaroplastia es la cirugía de párpados, un tratamiento quirúrgico que persigue rejuvenecer la mirada porque corrige las ojeras, las bolsas y los párpados caídos. Según los expertos, la obligatoriedad de llevar mascarilla durante la pandemia hizo que los ojos y la mirada sean los protagonistas del rostro y nuestra carta de presentación, así que la solicitud de blefaroplastia creció de forma acelerada, principalmente entre hombres de mediana edad.
La zona de los párpados, ojeras y contorno de ojos es una de las que más acusa la edad, aunque la genética y el estilode vida (por ejemplo, un descanso inadecuado) puede favorecer el descolgamiento. Por eso, una vez realizada la operación es importar adoptar ciertos hábitos para asegurar el resultado.
Operarse para quitarse pecho ha sido hasta ahora la operación más demandada, aunque la diferencia con la blefaroplastia es mínima (19,6%). La finalidad es disminuir los acúmulos de grasa o tejido en el pecho masculino para reducir su tamaño, aplanarlo y mejorar su contorno. Los efectos de la ginecomastia son visibles al cabo de un mes, aunque se puede hacer vida normal desde el día siguiente a la intervención. De la misma forma que sucede en muchas operaciones de estética, lo que los profesionales sanitarios recomiendan es no hacer ejercicio físico durante un tiempo.
El aumento de la cantidad de tejido de las glándulas mamarias suele producirse por un desequilibrio hormonal y puede darse tanto en hombres jóvenes como en adultos, a veces como efecto secundario de algunas enfermedades o la toma de algunos medicamentos.
La rinoplastia (18,1%) es la tercera operación de cirugía estética más demandada por los hombres. Principalmente, se emplea para resolver la giba ósea que es la deformidad del dorso de la nariz y que altera la armonía facial. Pero también se ocupa de las desviaciones del tabique nasal, de malformaciones congénitas como el labio leporino o incluso de tumores vasculares.
En este tipo de intervenciones sí que se requiere más tiempo de recuperación para retomar el día a día. Lo habitual es descansar una semana y en 15 días ya empieza a ser visible el cambio.
Mostrar una figura con la grasa justa es el objetivo estético de muchas mujeres y cada vez de más hombres. Con un 13,5%, la liposucción ocupa el cuarto lugar entre las cirugías masculinas más demandadas, ya que reducir la grasa, sobre todo a partir de los 50, es complicado, incluso con una dieta adecuada y con ejercicio.
La liposucción, sin embargo, pierde casi cuatro puntos entre las intervenciones más demandas respecto a 2021 (16,8%). Las liposucciones más frecuentes se dan en la papada, el abdomen, el pecho, la cintura y los flancos de la espalda. El avance de la tecnología aplicada a la medicina y a la estética ha posibilitado que las cirugías sean cada vez más sencillas y se reduzca el tiempo de recuperación, aunque sigue siendo de los más altos. Tras la intervención se tiene que llevar una prenda de compresión entre dos y cuatro semanas. En cuanto a sus efectos, se perciben cuando transcurren de uno a tres meses. Es importante destacar que no es una cirugía para adelgazar, sino para definir una zona del cuerpo.
La mayoría de los hombres llevan el pelo corto, lo que inevitablemente deja las orejas a la vista. Tenerlas de una forma y de una posición estéticas es prioritario. Por tanto, la otoplastia es una de las intervenciones más frecuentes entre los hombres con un 11,6%, prácticamente igual que en 2021 (10,5%). El primer mes después de la intervención es necesario llevar una diadema o banda ancha de pelo sobre las orejas durante el descanso nocturno. No obstante, el paciente puede retomar sus rutinas prácticamente al día siguiente, con excepción del ejercicio, una actividad no recomendada hasta que transcurren entre dos y cuatro semanas después de la operación.