Las personas con pelo fino y fosco lo saben muy bien: a partir de otoño, la humedad ambiental crece y el cabello suele mostrar un aspecto encrespado y sin textura. Es el efecto despeluchado del que huimos como la peste. En la huida, abusamos de la crema o acondicionador y el resultado es que el pelo 'pesa' y anulamos cualquier volumen.
Como en tantas rutinas de belleza, si queremos que algo cambie, tenemos que cambiar la manera de hacerlo, aunque eso implique hacerlo al revés. Así llegamos al lavado inverso, la nueva técnica de higiene capilar que promete resultados espectaculares.
No le prestamos atención y es uno de los gestos de belleza más importantes, tanto en hombres como en mujeres. Nos referimos al lavado de pelo, normalmente nos damos una champunada deprisa y corriendo con un producto corriente seguida por un aclarado, en general, escaso. Con restos de jabón, solemos añadir productos para desenredar, texturizar, dar brillo, alisar, rizar… Un festival de cosmética capilar que no favorece la salud ni el aspecto del cabello. En esta nueva rutina, la secuencia cambia.
En esta técnica, primero se utiliza el acondicionador y luego el champú. Aplicamos el acondicionador en el cabello mojado para que las cutículas absorban los activos hidratantes, insistiendo en medios y puntas, dejamos unos minutos para potenciar su acción, lo aclaramos y, finalmente, lavamos el pelo. En el lavado hay que insistir en la raíz y masajear bien el cuero cabelludo, también en la zona de la nuca y alrededor de las orejas. Si vemos que aún hay residuos de acondicionador o el pelo se ha ensuciado especialmente, podemos repetir la operación.
Dejar el acondicionador en último lugar puede ser perjudicial para el cabello, especialmente en los más finos. Invertir el orden significa que el cabello obtendrá aún todos los beneficios hidratantes del acondicionador, pero sin engrasar el cuero cabelludo. Cuando el acondicionador no se aclara bien, puede dejar residuos que terminan arruinando el volumen.
Pero, atención, si para ti el volumen lo es todo y tienes el pelo muy fino, quizá el lavado inverso no es tu mejor aliado. De hecho, los expertos recomiendan hacer un lavado estándar y aplicar un serum al final del proceso, con el pelo húmedo, que hidrate y no 'pese'. Con todo, hay ventajas en el lavado inverso por las que merece la pena probar.
Al aplicar el acondicionador primero, los principios activos del producto tienen más tiempo para actuar sobre la fibra capilar. El resultado es un cabello con una hidratación mucho más profunda, con un aspecto más sano y brillante.
Los acondicionadores son lipofílicos, lo que significa que se disuelven en grasas y aceites, y pueden hacer que tu pelo acumule más grasa de lo normal. En el lavado inverso lo que hacemos precisamente es retirar este exceso de grasa con un detergente como es el champú mezclado con el agua caliente. El pelo dura limpio y fresco más tiempo.
Al lavar el cabello de forma inversa, es mucho más fácil de peinar aun estando húmedo. El cabello también gana grosor y textura, lo que es bueno tanto en pelos lisos como rizados. Lo mejor es que, a diferencia de otros productos capilares, que pierden efectividad con las horas, el efecto del lavado inverso es duradero. Respecto al encrespamiento, con el peso natural del pelo y la grasa que genera, la melena permanece más estable respecto a la humedad.
Uno de los efectos colaterales de los acondicionadores mal aclarados cuando se aplican al final del lavado es la aparición de granitos en la espalda. Esto ocurre especialmente en el caso del cabello masculino. Los residuos de bálsamo en la espalda congestionan los poros, dando lugar a granos e incluso brotes de acné.
Es la consecuencia lógica de limpiar cualquier bálsamo o elemento graso que hayamos aplicado al cabello. Sin estos residuos que añaden peso al pelo, el volumen aumenta sin necesidad de acudir a la ayuda del calor de una plancha, que puede dañar el cabello, o productos innecesarios.
Si quieres darle más volumen a tu pelo, cuando lo cepilles, baja la cabeza y comienza a peinarlo de arriba hacia abajo. El mismo efecto ocurre si lo secamos boca abajo, mejor con aire frío o no muy caliente. Este tip es igual de efectivo entre hombres y mujeres. Porque ellos también, cada vez más, miman su cabello.