La cerveza, uno de los aliados más fieles de los españoles a la hora mitigar las sofocantes temperaturas del verano y animar cualquier reunión social, podría tener los días contados. ¿Cómo es posible esto? La sequía, el cambio climático y la escasez de suministros podrían dejarnos sin el placer incomparable de tomarnos una caña fresquita en una terraza, en el bar o en nuestra casa.
México, uno de los principales productores mundiales, ha planteado la posibilidad de que las fábricas cerveceras del norte de este país, paralicen su producción. La razón se debe a la falta de lluvias, que amenaza con restricciones al agua, materia primera primordial para el ser humano y la elaboración de esta bebida.
El presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, ha advertido de que si la situación medioambiental no cambia no podrá continuar con el total de su producción en las próximas semanas o meses, lo que dejaría muchas zonas no solo de este territorio, incluso del planeta, sin este producto. Una mala noticia para los millones de amantes de esta bebida.
El Ejecutivo federal señaló que se revisarán las concesiones y se darán incentivos para que las fábricas se instalen en el sur del país, donde hay agua suficiente que les permitiría mantener los niveles de producción, ya que descartó que el Gobierno vaya a expedir más permisos para la operación de la industria cervecera en el norte.
México es primer país exportador de cerveza desde 2010, momento en el que sobrepasó a Países Bajos. Como productor, solo está por debajo de China, Estados Unidos y Brasil.
El ejemplo de México podría llegar a Europa y a España. Las restricciones en nuestro país han empezado con el consumo energético, pero las medidas extraordinarias que están por venir quizás acaben llegando al segundo elemento que se está viendo afectado de lleno por la falta de lluvias en Europa, el agua. De hecho, las olas de calor de este verano ya se han empezado a reflejar con la escasez de hielo, cuyo racionamiento ha comenzado por parte de fábricas e incluso supermercados.
Una medida radical para controlar el gasto de agua de las empresas sería dejar de producir cerveza para centrarse en el agua que llega a las casas, lo que podría significar que la popular bebida pasaría a convertirse en un bien de lujo si la lluvia no nos visita y los principales embalses vuelven a sus niveles propios de esta época del año. Por ahora, eso sí, México ha sido el único territorio que ha puesto sobre la mesa el freno a una de las principales industrias del país.