Arroz largo, bomba o vaporizado. Hasta hace pocos años, poco más se podía encontrar en los lineales de los supermercados. Quizá por aquello de que cada vez somos más sibaritas, la oferta va aumentado y ya es habitual que veamos en las tiendas arroz basmati, integral, arroz para sushi o especial para risotto. Aun así, todos los arroces que tenemos a nuestro alcance son solo un mínimo porcentaje de las variedades que existen en el mundo. El arroz es uno de los alimentos más consumidos en el planeta y en cada zona se cultivan tipos muy diferentes.
Tantos, que hay alrededor de 10. 000 variedades distintas. A grandes rasgos, podemos dividirlas en arroces de grano largo, grano medio y grano corto, pero cada tipo tiene sus peculiaridades. Y en función de estas cada uno es más adecuado para preparar una u otra receta. Este alimento acompaña a la humanidad desde hace más de 5. 000 años y según datos del Instituto Nacional de Estadística, en nuestro país se consumen unos 5,4 kilos por persona y año, muy lejos de la media de consumo mundial, que está en 55 kilos al año.
En general, podemos decir que casi todos los tipos de arroz tienen un aporte de nutrientes similar. El que presenta unas características más diferenciadoras es el arroz integral ya que, al tener el salvado, aporta una mayor cantidad de fibra y silicio. En realidad, todos los tipos de arroces pueden ser integrales ya que esto depende de la forma de procesarlo después.
Para paellas
Los arroces de grano redondo son los ideales para este plato. La cantidad de almidón que tiene ayuda a formar la capa superficial que suele formarse en los arroces secos hechos en paella. Absorbe muy bien el caldo de la cocción. Al preparar una paella con este arroz obtendremos un arroz realmente sabroso. Así, el arroz Bomba es la mejor opción para preparar paella cuando no somos cocineros expertos. No se pasa y los granos quedan sueltos y consistentes. Para preparar una paella con él, necesitarás 18 minutos de cocción. Y si lo dejas reposar antes de comerlo, absorberá mejor aún los sabores.
Para Sushi
Para preparar sushi lo mejor es elegir el arroz glutinoso que se vende específicamente y de categoría superior. En otras categorías, puede existir presencia de granos rotos que hagan que la cocción no sea estable. Es un arroz de la variedad japónica, lo que ya nos orienta acerca de su procedencia. Tiene una gran cantidad, lo que le confiere esa presencia pegajosa tan característica. Y que sea así de pegajoso es lo que hace posible preparar con él nigiri y makis sin que los granos se disgreguen.
La manera tradicional de cocinarlo es tapado en 1,2 partes de agua por cada parte de arroz, después de haber sido lavado repetidas veces y dejándolo reposar entre 30 minutos y una hora, antes de cocerlo. Por suerte, encontrar arroz para sushi es muy sencillo. En cualquier hipermercado podrás comprarlo.
Para risotto
Un buen risotto con arroz Lido es una maravilla. El arroz de grano redondo (tipo japónica) desprende una gran cantidad de almidón durante su cocción. Bien trabajado nos ayudará a conseguir esa consistencia cremosa típica del risotto. El vialone nano, el carnaroli y el arroz arborio, son variedades ideales para preparar un buen risotto. Con un arroz bomba también podemos prepararlo.
Para ensalada
El arroz de grano largo es ideal para las ensaladas. Se cuece rápidamente y permanece suelto y entero. Las mejores son basmati y jazmín, por su grano y su aroma. El arroz vaporizado también puede ser una buena opción, ya que el tratamiento que recibe hace que quede muy suelto una vez cocinado. El arroz nerone se caracteriza por su color negro que una vez cocinado se convierte en granate oscuro. Tiene propiedades antioxidantes y un aroma muy agradable. Es un arroz integral y necesita una cocción larga, de unos 50 minutos. El arroz rojo también es un arroz integral y necesita una cocción de 45 minutos. Si se deja en remojo previamente (esto también es válido para el arroz nerone, se puede acortar el tiempo de cocción).