Torrijas, buñuelos, pestiños... los dulces típicos de Semana Santa pasan de generación en generación. Sus sabores puede que te lleven a muchos momentos de tu vida y ahora quieres que tus hijos, sobrinos o nietos disfruten también de esos recuerdos gastronómicos tan propios de estas señaladas fechas. Por eso repasamos algunos de los postres más típicos de la Semana Santa y te damos algunos datos por si quieres cocinarlos junto a los tuyos.
Si hay un postre típico y que llega a todos los hogares durante la Semana Santa son las torrijas, y mira que su receta no tiene ciencia alguna. Pero como tradicionales que somos los españoles, esperamos todo un año para tomarlas.
Las hay de muchos tipos, pero la original es la que se hace con rebanadas de pan. Se reboza bien en huevo batido y a freír, una vez lista, solo queda echarle lo que quieras por encima. Lo normal es darle un toque dulzón con azúcar y canela, pero como para gustos colores, se deja a libre elección de cada uno.
Lo bueno de las torrijas es que puedes ir variando. ¿Por qué? Pues porque si cambias el huevo batido por leche, por café o por leche con cacao, haces la misma receta pero con un sabor distinto. ¿No se te había ocurrido? Con un simple cambio pueden servir sobre la mesa varios tipos de torrijas, así tus comensales tendrán difícil elegir que sabor quieren catar.
La mona de Pascua es famosa en toda España, pero especialmente en Cataluña, Valencia o Murcia. La tradición marca que el domingo de Resurrección el padrino le regala una mona a su ahijado, y al día siguiente, el lunes de Pascua, toda la familia se reúne para comerla. Aunque cada vez la mona de Pascua ha ido evolucionando más y más y se recubren de chocolate o se hacen formas distintas, su masa tradicional está elaborada con harina, azúcar, huevos y sal, y se le da forma de roscón. ¿Fácil verdad?
Si hay un postre para chuparse los dedos, esos son los buñuelos de viento. Una receta fácil sin mucha complicación. Estas bolas de masa frita se pueden rellenar de lo que quieras, como crema pastelera o chocolate. Una vez fritos, lo tradicional es seguir con la línea de las torrijas y pasarlos por azúcar y canela. ¿No se te hace la boca agua?
Seguramente te estarás preguntando dónde están los pestiños. Pues ha llegado su turno. Su masa no tiene mucha complicación, el problema puede venir a la hora de darles forma. Pero si tienes algo de maña en la cocina, los pestiños no son un problema para ti. Y por supuesto, el toque final va al gusto de cada uno. Hay quien los prefiere solo con azúcar, otros son mas de rehogarlo con miel, o también darle un toque más personal añadiendo matalahúva a la masa.
¿Te estás preguntando qué postre hacer esta Semana Santa? Pues ahí va otro bien sencillo: los roscos. Están buenísimos y cada uno puede darles su toque personal según sus gustos. Que lo prefieres con un toque de limón, pues le añades ralladura de limón a la masa; que prefieres sabor a naranja, pues un chorrito de su zumo... Esta claro que lo bueno de estos postres es que es muy fácil acercarlos a los gustos de cada uno.
Si pasas la Semana Santa por Málaga no puedes irte sin probar unos borrachuelos malagueños. Su nombre viene por el vino que se le añade a la masa, pero tranquilo, que por comerte unos cuantos no vas a tener resaca al día siguiente.
Este quizá sea el postre más laborioso de esta lista, pero con buena compañía, seguro que no hay receta que se te resista. Los borrachuelos más famosos son los rellenos de cabello de ángel, pero como es un sabor que no es del agrado de todo el mundo, siempre puedes cambiar y rellenarlo de lo que más te guste.
Sin duda la Semana Santa es un atentado contra la operación bikini, pero como un capricho al cuerpo de vez en cuando no le hace daño a nadie, es el momento de permitirse ese salto de la dieta. Además, si son postres caseros, mucho mejor. ¿Ya sabes cuál va a ser el primero en probar?