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Nuestro país es tierra de vinos. La producción de caldos se remonta más allá de donde nos llega la memoria. En el siglo X a.C. los fenicios irrumpieron en la Península buscando metales preciosos y como se asentaron, especialmente en Andalucía, introdujeron la vid y su cultivo. Existen hasta 10.000 tipos de uvas y muchas de ellas, que no se han dejado amilanar por el tiempo, dan como resultado vinos insuperables.
En Uppers vamos a centrarnos, en este caso, en cuáles son las mejores variedades de uva tinta de cada Comunidad Autónoma de España. Cada una se ha ido adaptado a las condiciones del terreno, a la orografía y al clima para diferenciarse del resto y dotar de carácter al vino; lo transforma con atributos y matices de sabores, aromas, cuerpo y textura.
En Cádiz se han documentado los primeros vestigios de cultivos en España del 1100 a.C. Mucho después, el Imperio Romano se aprovechó del potencial de Hispania para la producción de vinos, que continuó tras la invasión islámica. La actividad tuvo su parón, pero se intensificó sobre todo en Cataluña en el siglo XII cuando los grandes monasterios empezaron a plantar viñedos en esas tierras anticipándose a todo lo que se ha conseguido después. Más tarde, los Reyes Católicos promovieron el cultivo en los terrenos volcánicos de las Islas Canarias y durante el reinado de Carlos I se extendió hasta el nuevo Continente. Así, nuestra cultura y nuestra historia van ligadas al sector vinícola.
Cada uva es caprichosa y requiere unas condiciones muy concretas. En nuestro país, en una sola comunidad autónoma se cultivan ciertos tipos autóctonos e incluso se han recuperado algunas variedades que se habían dado por perdidas. También se producen otras más comunes que se extienden por casi toda la Península y por las islas porque son territorios que comparten el clima y las circunstancias necesarias.
Tal es el potencial de producción de uva que se ha vuelto a poner orden desde las altas esferas. El 9 de febrero de 2022 se publicó el Real Decreto 111/2022 que regula las variedades de vid autorizadas en las distintas regiones y Denominaciones de Origen españolas para adaptarse a la normativa desarrollada en la Unión Europea. El texto modifica y actualiza el anterior que se aprobó en 2018. Ahora hay 194 variedades autorizadas, 91 blancas y 103 tintas, sin embargo, gracias a esa recuperación de las autóctonas incrementarán en número.
A continuación, mostramos las mejores variedades de uva tinta de cada Comunidad Autónoma de España.
En Andalucía el cultivo de la uva y la producción de vino se ha ido transmitiendo de padres a hijos desde tiempos inmemoriales. Las hectáreas destinadas a la uva blanca son ingentes, pero también aquellas para la tinta con variedades como Bobal, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Garnacha Tinta, Graciano, Jaén, Malbec, Marselán, Melonera, Mencía, Merlot, Molinera, Monastrell, Mollar Cano, Moscatel Negro, Petit Verdot, Pinot Noir o Syrah.
Además, se destina gran parte del terreno a la uva tinta Tempranillo, que es la de más calidad y de la más característica de España extendiéndose por todo el país. Es más, está permitida en 38 denominaciones de origen y más de 20 vinos de la tierra. Se trata una uva de ciclo corto, porque empieza a brotar de manera tardía, de modo que resiste a las heladas de primavera. Su nombre viene de que se recoge temprano, aunque va cambiando de denominación según dónde se cultiva. En la Mancha y en Aragón es la Cencibel, en Madrid es la Tinto Fino, en Cataluña la Ull de LLebre (Ojo de Liebre), en Toro es la Tinta de Toro o en la Ribera de Duero es la Tinta del País.
La uva Tempranillo se emplea en tintos jóvenes, frescos y frutales. Además, una de sus propiedades es “la mejorante” porque es la gran aliada de los vinos de alta gama que se guardan para mejorar con el tiempo como en crianzas prolongadas en roble. En boca resultan vinos equilibrados gracias a su elevada acidez y a los taninos maduros.
En las provincias aragonesas de Teruel, Huesca y Zaragoza se cultivan las variedades tintas Aubún, Murescola, Bobal, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Caladoc, Derechero, Gonfaus, Graciano, Marselán, Mazuela, Cariñena, Merlot, Miguel del Arco, Monastrell, Moristel, Juan Ibáñez, Concejón, Parraleta, Pinot Noir, Syrah, Cencibel y Vidadillo. De estas tierras también es la Garnacha, que se ha extendido por todo el territorio menos por Galicia, Asturias, Murcia y Canarias.
Los expertos dicen que la Garnacha dota a los caldos de gran cuerpo, frutosidad, carnosidad y una marcada acidez. Son tintos muy coloridos, con aromas a flores y a frutas. También se emplea en la elaboración de rosados. La Garnacha Tintorera es oriunda de Aragón que además de ayudar a que los caldos envejezcan muy bien proporciona exquisitos aromas frutales y color, ya que esta variedad es una de las pocas cuya pulpa es tinta.
A pesar de los kilómetros que separan Canarias de la Península en sus tierras se dan variedades comunes u otras específicas. Bastardo Negro, Baboso Negro, Castellana Negra, Listán Negro, Almuñeco, Listán Prieto , Malvasía Rosada, Merlot, Moscatel Negro, Negramoll, Pinot Noir, Ruby Cabernet, Syrah, Tempranillo, Tintilla, Vijariego Negro o Cabernet Sauvignon. Esta última se adapta a condiciones climáticas diversas lo que hace que se haya extendido por todo el mundo. La Cabernet Sauvignon aporta un cuerpo intenso al vino, sabores afrutados y un alto contenido en taninos.
En las tierras de Cantabria también se cultiva la Cabernet Sauvignon junto a otras variedades como Carrasquín, Garnacha Tinta, Hondarrabi Beltza, Mencía, Merlot, Syrah o Tempranillo. Otro tipo es la Graciano, una uva autóctonas de España con un enorme potencial para elaborar vinos de crianza con gran carga aromática.
Castilla-La Mancha es de tradición vinícola y una enorme producción. Se cultiva Bobal, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Coloraillo, Forcallat Tinta, Garnacha Peluda, Garnacha Tinta, Garnacha Tintorera, Graciano, Malbec, Marselán, Mazuela, Cariñena, Mencía, Merlot, Monastrell, Moravia Agria, Moravia Dulce, Crudijera, Moribel, Petit Verdot y Prieto Picudo. También son comunes Rojal Tinta, Syrah, Cencibel, Tinto de la Pámpana Blanca, Tinto Fragoso, Tinto Velasco, Frasco, Touriga Nacional o Pinot Noir. Esta última, común a casi todo el país, en realidad procede de la región de la Borgoña francesa y se utiliza para elaborar tintos dulces y afrutados y el champagne.
La comunidad autónoma de Castilla y León es la líder indiscutible española en producción de uva gracias a las perfectas condiciones climáticas y de sus terrenos. En sus provincias abundan variedades como Bruñal, Albarín Tinto, Cabernet Sauvignon, Estaladiña, Gajo Arroba, Garnacha Roja, Garnacha Gris, Garnacha Tinta, Garnacha Tintorera, Garro, Mandón, Graciano, Hondarrabi Beltza, Juan García, Mouratón, Malbec, Maturana Tinta, Mencía, Merenzao, Bastardillo Chico, Negro Saurí, Merlot, Petit Verdot, Pinot Noir, Prieto Picudo, Rufete, Syrah, Tinto Fino, Tinta del País, Tinta de Toro, Tinto Jeromo o Touriga Nacional.
La región de Cataluña es famosa por sus uvas para la elaboración del cava y espumosos pero también sus condiciones climáticas y del terreno son ideales para las clases tintas como Bobal, Bronsa, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Garnacha Peluda, Lledoner Pelut, Garnacha Roja, Garnacha Gris, Garnacha Tinta, Lladoner, Garnacha Tintorera, Garro, Mando, Gonfaus, Graciano, Malbec, Marselán, Mazuela, Cariñena, Samsó, Merlot, Monastrell, Mataró, Mourvedre, Moneu, Morenillo, Petit Verdot, Picapoll Negro, Pinot Noir, Pirene, Querol, Solana, Sumoll Tinto, Syrah, Ull de Llebre, Trepat, Vidadillo o Xarello rosado.
En esta Comunidad se cultiva vino desde la época romana sin embargo la Denominación de Origen Vinos de Madrid es muy joven en comparación con las demás porque data de 1990. La producción se centra, principalmente, en tintos jóvenes, rosados y crianza. Las uvas tintas que se cultivan son Cabernet Sauvignon, Garnacha Tinta, Garnacha Tintorera, Negral, Graciano, Merlot, Monastrell, Petit Verdot, Syrah, Cencibel o Tinto Fino.
Aunque la uva tinta Bobal plante sobre todo en Castilla-La Mancha y en Valencia también abunda en Navarra. Se desarrolla en cepas muy austeras que resisten las plagas y las inclemencias meteorológicas. Su aroma es fresco y los granos de tamaño medio, pero producen bastante mosto. Se destina normalmente a tintos jóvenes y rosados afrutados por su mayor grado de acidez que otras alternativas y por sus matices a frutos rojos. Además, aportan una menor graduación alcohólica que la media de los tintos españoles. En las tierras de Navarra se cultivas otras tintas como Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Garnacha Roja, Garnacha Gris, Garnacha Tinta, Graciano, Malbec, Maturana Tinta, Mazuela, Mazuelo, Merlot, Monastrell, Petit Verdot, Pinot Noir, Syrah y Tempranillo.
La uva Monastrell es una variedad autóctona que principalmente se cultiva en Alicante además de en Murcia. Los vinos resultantes son tintos con mucha potencia, sabores dulces, gran color, cuerpo y de alta graduación alcohólica. Igualmente es terreno de otros tipos de tintas: Bobal, Bonicaire, Embolicaire, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Forcallat Tinta, Garnacha Tinta, Gironet, Garnacha Tintorera, Garro, Mando, Graciano, Malbec, Marselan, Mazuela, Mencía, Merlot, Miguel del Arco, Mondragón, Moravia Dulce, Crudijera, Moravia Agria, Morenillo, Pampolat, Petit Verdot, Pinot Noir, Prieto Picudo, Syrah, Cencibel, Tinto Fino, Tinto de la Pámpana Blanca, Trepat, Valencí Tinto o Vidadillo.
En Extremadura, donde también es tradición el cultivo de uvas para la producción de cava y vinos espumosos, se apuesta por variedades tintas como Bobal, Bruñal, Albarín Tinto, Baboso Tinto, Cabernet Sauvignon, Casteláo, Garnacha Tinta, Garnacha Tintorera, Graciano, Gran Negro, Jaén, Malbec, Mazuela, Merlot, Monastrell, Morisca, Petit Verdot, Pinot Noir, Cencibel, Tinto de la Pámpana Blanca, Touriga Nacional y Trincadeira. Entre ellas además destaca la Syrah que es originaria de la región francesa del río Ródano. Aporta aromas afrutados que recuerdan a frutos rojos y a violetas. Igualmente tiene propiedades mejorantes y combina con variedades como la Monastrell o la Garnacha para logar caldos de alto nivel.
En Galicia está pisando fuerte la uva blanca Godello que es autóctona de la región junto a albariño y ribeiro. Sin embargo, sus tierras y el clima son perfectos para tipos de uvas tintas como Brancellao, Bruñal, Albarín Tinto, Caíño Bravo, Caíño Longo, Caíño Tinto, Castañal, Espadeiro, Torneiro, Ferrón, Garnacha Tintorera, Gran Negro, Juan García, Mouratón, Loureiro Tinto, Mencía, Merenzao, María Ordoña, Pedral, Dozal, Sousón o Tempranillo.
Las Baleares también es terreno de mucha variedad de uvas. Por ejemplo, destaca la Merlot, que es común a otras regiones de la Península. Aporta un rojo vivo a los tintos y sobre todo aromas frutales que tras envejecer se transforma en trufa, tabaco y flores silvestres. En estas islas además se cultiva Escursac , Esperó de Gall, Fogoneu, Garnacha Tinta, Gorgollassa, Mancès de Tibús, Manto Negro, Monastrell, Pinot Noir, Syrah, Tempranillo, Callet, Callet Negrella o Petit Verdot.
La región es un paso habitual del Camino de Santiago y muchos siglos atrás en los monasterios, que tenían la costumbre de producir vino, se lo ofrecían a los peregrinos que hospedaban. De este modo, los vinos de La Rioja fueron haciéndose conocidos por todo el mundo. Ya en 1560 los productores de vino de Rioja crearon una etiqueta común que garantizaba su procedencia. La uva tinta Tempranillo es la más emblemática de la comunidad y como el clima es frío se logra la acidez necesaria para crear los mejores tintos en monovarietal o en ensamblaje con otras uvas. También se cultiva la Graciano que es autóctona del lugar, Garnacha Tinta, Mazuelo y Maturana Tinta.
Del País Vasco proviene la uva tinta autóctona Hondarrabi Beltza. Produce tintos de poca graduación alcohólica, limpios, bravos, rudos y de un color violáceo. En boca presentan aromas frutales y una gran intensidad. Otras tintas son Bobal, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Garnacha Tinta, Graciano, Malbec, Maturana Tinta, Mazuela, Merenzao, Merlot, Monastrell, Petit Verdot, Pinot Noir, Syrah y Tempranillo.
Las tierras asturianas también son propicias para variedades tintas como Bruñal, Albarín, Carrasquín, Garnacha Tinta, Garnacha Tintorera, Graciano, Merlot, Pinot Noir, Syrah o Verdejo Negro. Otras de las variedades es la Mencía que igualmente se cultiva en las comunidades vecinas de Galicia, Cantabria y Castilla y León, al igual que en Castilla-La Mancha. Como sucede con la Tempranillo, la Mencía dota a los tintos de un alto grado de alcohol y suele ser habitual para embotellar vinos jóvenes o de corta crianza, aunque igualmente destaca por su capacidad de envejecimiento. El resultado final son vinos potentes y equilibrados, de color intenso y con notas aromáticas frutales como la cereza o la frambuesa, sabores florales, a hierba seca e incluso a regaliz.
En Murcia se cultiva la uva tinta Monastrell en su mayoría de modo que es la estrella de las tres Denominaciones de Origen: Yecla, Jumilla y Bullas. Los terrenos pardos y calizos y el clima templado permiten cosechas excepcionales. Otras tintas que se cultivan son Bonicaire, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Forcallat Tinta, Garnacha Tinta, Garnacha Tintorera, Graciano, Mencía, Merlot, Moravia Dulce, Crudijera, Petit Verdot, Pinot Noir, Rojal Tinta, Syrah y Cencibel.