El Papa Francisco pide en la cuenta de Twitter @vaticannews_es que recemos por su antecesor, Benedicto XVI, por encontrarse "muy enfermo".
Y, de repente, te asalta la duda. ¿Pero Benedicto XVI no había muerto? Jurarías que era así y habrías estado dispuesto a afirmarlo ante el Gran Jurado. De la misma manera, estarías dispuesto a afirmar que viste el 23 F directo en televisión. Sin embargo, esas imágenes nunca se retransmitieron en tiempo real. Hace unos días, ante la noticia del ingreso hospitalario de Pelé, algunos se preguntaban si no llevaba muerto varios años... Y otros se hicieron la misma pregunta. Son casos que muestran que a veces creemos que ha ocurrido lo que nunca ha ocurrido. Y tiene un nombre: Efecto Mandela.
Nelson Mandela murió en la cárcel. ¿No? Si alguna vez le haces esa pregunta a un grupo de gente, es fácil que muchos recuerden haber visto en la televisión la noticia de que Mandela falleció en prisión. Y, sin embargo, salió de la cárcel y se convirtió en presidente de Sudáfrica. Murió en 2013 y su funeral fue uno de los más mediáticos del mundo.
La anécdota de su no-muerte dio origen al Efecto Mandela, término acuñado por la bloguera e investigadora de lo paranormal Fiona Broome. Define a esos falsos recuerdos colectivos que, de manera misteriosa, toda la sociedad comparte. Dicho de otra manera: da por sentado que ha ocurrido lo que nunca ocurrió. Lo sorprendente es que no se da con todo, sino ante eventos o personajes de gran alcance público que han ido perdiendo influencia a lo largo del tiempo.
No hay consenso, pero algunos expertos explican que los recuerdos se construyen periódicamente a lo largo de la vida, pero son modificados por estímulos externos o internos. Por tanto, cambian y pueden modificarse. Un clásico de esto es el recuerdo que tenemos de una persona fallecida al que teníamos cuando estaba viva.
De la misma manera, no siempre recordamos todo de manera fidedigna; pueden crearse 'agujeros' de memoria que llenamos con lo que nos informan otras personas. Si son de nuestra confianza, rellenamos ese agujero con esa información, ¡y listo!
Sin embargo, las explicaciones más certeras hasta el momento son una combinación de factores sobre el mismo concepto: nuestra memoria es frágil y se forma a base de recreaciones. Entre las causas más plausibles del Efecto Mandela están las siguientes: a.