El único cara a cara entre Sánchez y Feijóo: ¿en qué se fijan los expertos para decir que un político ha ganado o no un debate?

  • Mientras medios y analistas desgranan las claves de la noche, nos adentramos en el interior del cara a cara: qué hace que un candidato supere al otro y cómo se preparan este tipo de pruebas, claves en el voto final

  • Luis Arroyo, sociólogo experto en comunicación pública: "Gana quien ha sido capaz de marcar el ritmo, no quien era el más listo o quien tenía más datos, sino quien ha dominado la pantalla y la escena"

  • Felipe González, tras perder las elecciones en 1996 frente a Aznar: "Nos ha faltado un debate y una semana más de campaña"

El único debate cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo ya ha tenido lugar y sobre él corren ríos de tinta. Mientras medios y analistas debaten sobre las claves de la noche, queremos adentrarnos en su interior: qué hace que un candidato supere al otro y cómo se preparan este tipo de pruebas. En España, la tradición de televisar los debates comenzó en 1993 con el cara a cara de Felipe González y José María Aznar. Desde entonces, tanto la preparación como la producción de estos espacios ha cambiado y se ha adaptado a los nuevos tiempos, marcados por debates paralelos en las redes sociales. De todo ello, hemos hablado con Luis Arroyo, sociólogo y experto en comunicación pública, asesor en varios gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y presidente del Ateneo de Madrid y de la consultora Asesores de Comunicación Pública.

Dominar la escena

¿En qué se fijan los expertos en comunicación política para decir que uno o otro ha ganado un debate televisado? "Se fijan en quién ha sido capaz de marcar el ritmo, no quién era el más listo, quién sabía más, quién tenía más datos, sino quién ha dominado la pantalla y la escena, quién se ha superpuesto al otro o a los otros. Eso es algo intangible, pero se constata a través de la argumentación, del gestual y a través de la solvencia, la tranquilidad, la ironía... un poco de humor... No es tanto quién tenía los mejores argumentos, sino quién estuvo mejor, en general, quién ha marcado el ritmo con sus propios temas y su propio estilo. Esa es la clave".

Para lograr la ansiada victoria hay algunas competencias que ayudan de manera decisiva. "Hay tres clarísimas. Primero, la solvencia: alguien que sabe. Segundo, la confianza: alguien de quien te puedes fiar, alguien fiable. Y tercero, la empatía: se preocupa de alguien como tú, como el oyente o el espectador. Esas tres reman a favor y luego está el control del gesto, de la mirada. Que se vea a un líder o a una líder en el sentido más amplio", sentencia Arroyo.

Por el contrario, "los nervios, trastabillarse, dudar, no estar asertivo restan. La arrogancia, el desprecio hacia el otro, mirar el reloj porque quieres irte, enfadarte, estar agresivo o, por el contrario, estar callado, dejarse dominar y no controlar los tiempos, son las cosas que más puntos pueden hacer perder", señala este experto,

¿Es tan importante la ropa?

A veces, se le da mucha importancia a la estética, la ropa y los complementos. Lo cierto es que en su entrevista con Ana Rosa Quintana, Pedro Sánchez optó por llevar un traje oscuro con una camisa rosa claro sin corbata. Los expertos en imagen sostuvieron entonces que el color oscuro significaba eficacia y seriedad, mientras que el rosa señalaba las soft-skills, la sensibilidad y la empatía. Con la combinación de ambos colores, Sánchez quería decir de sí mismo que es una persona en la que se puede confiar: eficaz cuando es necesario y sensible cuando hay que serlo.

¿Qué piensa Luis Arroyo de este código cifrado en la imagen? "La estética, francamente, no importa demasiado porque hay que tener en cuenta que el atuendo de los debates es el mismo siempre. Hemos visto alguna excepción, pero siempre se va con americana, camisa clara, vestidos sobrios en el caso de las mujeres, pocas joyas, poco oro... Siempre que estemos en esos estándares, importa bastante poco. A veces se decide en el color de las corbatas, pero la tendencia de moda es casi siempre bastante conservadora".

Coherente con la personalidad

Se habla mucho de un método de comunicación persuasiva que consiste en mover las manos acompañando los argumentos del discurso, como si al desgranar las ideas pudiéramos dividirlas para ordenarlas en un espacio imaginario.

Si echamos la vista atrás, recordaremos a unos cuantos líderes haciendo esta especie de coreografía con las manos. Para Luis Arroyo, puede ser un arma de doble filo: "Las manos no hay que moverlas ni mucho ni poco, sino lo justo. Y esto debe ser coherente con el personaje. Hay políticos que movían mucho las manos, como Jacques Chirac o Sarkozy, y Ángela Merkel o François Hollande no las movían nada. Depende, lo importante es que no quede forzado, tiene que ir acorde con la personalidad y el estilo del candidato. Cualquier sobreactuación se castigará muchísimo".

Desactivar al adversario

La preparación de un debate de este calado requiere un intenso trabajo en el equipo de cada candidato. Importan los titulares de la opinión publicada, los datos objetivos y la manera de comunicarlos. Los líderes han debido estudiar a fondo los temas de los que ha constado el debate:  economía, política social e igualdad; pactos y gobernabilidad; políticas de Estado, institucionales e internacional. ¿Cómo se afronta este desafío? "Los candidatos preparan con sus equipos las fichas de cada área. Cada bloque una serie de intervenciones y no más. Por tanto, hay que preparar esas intervenciones concretas. Hay que preparar también bien la desactivación de los ataques del adversario y eso se hace con un equipo muy reducido de gente, tres o cuatro personas como mucho que preparan esas fichas", asegura Luis Arroyo.

Una vez que se tienen los conceptos claros, llega el momento de la confrontación. "En la preparación clásica de cualquier debate siempre se hace un ejercicio de sparring en el que hay otros colaboradores que hacen de adversarios en el debate. Ahí también se miden los tiempos", sostiene este experto.

Oratoria: aciertos y errores

Como profesional de la comunicación política, Luis Arroyo tiene su particular ranking de líderes más y menos persuasivos, así como de los puntos fuertes y los puntos de mejora de nuestros políticos. El experto accede a participar en un ejercicio de aciertos y errores de oratoria.

Mejor orador de los presidentes del gobierno

"No hay duda de que los dos mejores oradores que ha tenido el gobierno español han sido en primer lugar Felipe González, que llegó a tener un ocho sobre diez entre los ciudadanos y ciudadanas españoles, y eso es muchísimo (nadie ha sido más valorado por la población que Felipe González). No tenía unas piezas retóricas de una belleza extraordinaria; sin embargo, era un encantador, era genuino. El segundo, por supuesto, es Suárez por lo que supuso de modernidad, de juventud con un discurso nuevo. Mirando ahora el papel nos parece un discurso arcaico, pero era un hombre extraordinariamente atractivo para la época en la que se movió".

Mejor debate de política internacional

"Debates memorables de la política internacional ha habido muchos. Recuerdo el de Sarkozy con Segolène Royale: fue una belleza. Los de Mitterrand también fueron espectaculares. En América Latina también ha habido grandes debates. Pero, por supuesto, el debate histórico de excelencia es el primero que se produjo por lo que tiene de mito: el debate entr Nixon y Kennedy, que inauguró toda la tradición de debates en Estados Unidos y de buena parte del mundo. Hubo un debate que no fue presidencial, pero tuvo muchísima audiencia, que fue el de Sarah Palin y Joe Biden, candidatos a la vicepresidencia. Fue un debate fascinante por las bajas expectativas de Sarah Palin, que sobrevivió muy bien"

Mejor debate de políticos españoles:

"Destaca el segundo debate de Felipe y Aznar. El primero fue un desastre para Felipe González, pero el segundo se lo preparó muy bien y resultó histórico. Este debate fue en el año 93 y ganó las elecciones. En el año 96, cuando ya sí perdió con Aznar, dijo "nos ha faltado un debate y una semana más de campaña". En el 96 Aznar no quiso mantener ningún debate".

Puntos fuertes y débiles

Para que un político resulte confiable es fundamental que su estilo de comunicación sea coherente con su personalidad. Como explica Luis Arroyo, cualquier impostación "se castigará muchísimo". Eso no significa que los candidatos se expresen con total libertad. De hecho, es importante preparar la imagen que dan ante la opinión pública. Para ello, pondrán en valor sus puntos fuertes y detectarán los débiles, los que tendrán que corregir o al menos minimizar. Veamos en qué destacan y en qué fallan desde el punto de vista comunicativo los principales políticos españoles.

Felipe González

"Era y sigue siendo un killer en cuanto a su solvencia. El punto negativo es que puede abrumar al adversario y eso penaliza".

José María Aznar

"Aznar era muy metódico, muy ordenado. El punto débil, su evidente falta de carisma y de gracia. Resulta antipático a la audiencia y eso es grave".

Mariano Rajoy

"A Rajoy le ocurre exactamente lo contrario que a Aznar. Resulta afable, cercano. Es como el padre o el abuelito encantador. El punto débil es que se vaya de las fichas, que no se ordene o que le falte un poquito de solidez".

José Luis Rodríguez Zapatero

"Su punto fuerte es la propia narrativa de un presidente con principios muy sólidos en la defensa del bien común y de la gente corriente. Cuánto se cree su propia posición política es su punto fuerte. ¿Punto débil? Puede ser esa bonhomía. Quizá un lenguaje corporal algo mecánico".

Pedro Sánchez

"Su punto fuerte es que es extraordinariamente ambicioso, en el buen sentido del término. Es muy disciplinado, se prepara muy bien, sigue su método con rigor. El punto débil es que puede parecer arrogante. Esto le podría pasar factura."

Alberto Núñez Feijóo

"Lo mejor es que es un hombre aparentemente moderado, tranquilo. El punto débil es que es propenso a meter la pata, a la pifia".

Yolanda Díaz

"Su punto fuerte es que puede resultar muy simpática y cercana, muy positiva. El punto débil es precisamente que puede resultar poco concreta. A veces se le ve cuando alarga las frases con un 'Bueno...', 'Eh...' Puede indicar falta de solvencia".

Santiago Abascal

"El punto fuerte de Abascal es su posición política, durísima, tremenda. El punto débil es que por esas posiciones políticas genera el rechazo del 90% de la población española, a la que no le gusta ese posicionamiento neofascista".