La voz es uno de los indicadores más claros de nuestro estado emocional. A través de ella mostramos cómo nos sentimos. No es casualidad que nos tiemble la voz al emocionarnos, que hablamos en un tono apagado cuando estamos tristes o que la furia se exprese con chillidos.
Actores, cantantes y comunicadores saben que la voz ayuda a construir una identidad. Por eso, conocer sus recursos, cómo 'colocarla' y qué tono es más adecuado o persuasivo forma parte de su día a día. Para las personas que no trabajan con ella, el poder de la voz puede pasar desapercibido, aunque saber explotarla es algo muy útil en la vida social y profesional. De esto sabe mucho el formador especializado en temas de comunicación Jordi Gracia.
En una de sus publicaciones de Instagram, el experto habla de las posibilidades de una voz bien gestionada y comparte un tip definitivo para ser percibidos con más carisma a través de nuestro tono vocal.
Su recomendación puede parecer paradójica: se trata de bajar el volumen en el que hablamos. Podría parecer algo contrario a lo que entendemos por carisma, esa personalidad poderosa y envolvente que parece poder con todo. Pero, según la psicología de la voz, el experto no va desencaminado.
Un grupo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) liderados por el lingüista Rosario Signorello ha decubierto la forma en que los oradores carismáticos usan sus voces para dominar, entusiasmar e influenciar a una audiencia importante, más allá del contenido del propio mensaje. Para los expertos en comunicación, la voz es un instrumento con un impresionante poder de influencia y persuasión. Algunas personas nacen con esta capacidad, pero los investigadores están seguros de que al menos algunos de estos elementos acústicos pueden aprenderse y pueden trabajar a nuestro favor.
En entornos como la política o los negocios, el poder de la voz es exponencial. El estudio de UCLA mostró, por ejemplo, que los votantes suelen preferir a los candidatos con las voces más graves. Por su parte, los CEOs con tonos de voz más profundos suelen manejar empresas más solventes y estar más años en sus cargos, respecto a los que tienen voces más agudas, según un análisis de la Escuela de Negocios Fuqua, de la Universidad de Duke.
En general, alguien con un tono de voz grave siempre es percibido como grande y dominante, mientras alguien que emplea un tono más alto es percibido como pequeño y sumiso. Según los expertos, los estados emocionales se asocian a diferentes tonos de voz. Así, la alegría, el bienestar, la sorpresa y la cólera suelen expresarse en tonos altos, aunque con diferencias de 'tempo' (emisión del sonido más rápido o más lento), mientras que la tristeza y el sobrecogimiento se emiten en tonos graves. El orgullo, por su parte, es de tonos agudos y un 'tempo' reposado, lo que no suele atraer la atención del oyente.