¿Y si la personalidad comenzara por la cabeza? No por lo que se aloja en ella, sino por lo que pende de ella; es decir, el pelo. Más o menos largo; más o menos liso; más o menos abundante… El cabello es uno de los atributos más valorados para referirnos a la belleza de alguien. Pero el paradigma está cambiando: un pelo bonito ya no es solo un pelo joven. La cana también es bella. Y tenerlas para que luzcan en todo su esplendor requiere tiempo y cuidados específicos.
El empoderamiento del pelo gris y del pelo blanco ya es una realidad. Movimientos como Body Positive, que resalta la belleza más allá de los cánones, han sido determinantes. Y algunas marcas de cosmética se han apresurado a coger la bandera de la naturalidad.
Natural, pero no descuidada. 'El poder de las canas' es la campaña que Pantene lidera en toda Europa para poner en valor el pelo silver. Un estudio realizado por la firma sostiene que para el 70% de las españolas las canas nos hacen parecer envejecidas y desaliñadas. Pero a la vez, para ese mismo 70%, una mujer que presume de pelo canoso simboliza conceptos positivos como 'estilo' y 'seguridad'. ¿No decíamos al principio que la personalidad empezaba por la cabeza?
"Dejarse canas siempre se ha visto distinto entre hombres y mujeres. Hace años los hombres que se dejaban el cabello con canas eran más atractivos que antes de tenerlas, pero con las mujeres pasaba lo contrario: se asociaba a la vejez", explica Isabel Salomón, directora de la peluquería y centro de estética Stylo.
Si te preguntas por qué salen las canas, lo cierto es que el pelo blanco va asociado al envejecimiento capilar. Se trata de una reacción en cadena que comienza con la disminución de una enzima (MSR) cuya acción inhibe otra enzima necesaria para la producción de melanina, la sustancia que da color a nuestro pelo. Una vez que comienza, es prácticamente irreversible, aunque algunas marcas cosméticas saquen al mercado tratamientos para evitar la canicie, asegurando que reactivan la producción de melanina.
Instagram está lleno de cuentas con mujeres bellísimas, de radiantes cabelleras blancas. Pero desde que decides dejarte canas hasta que realmente consigues una melena aceptable pasa tiempo. "Depende de la longitud del cabello", explica Isabel Salomón, "pero normalmente transcurre un año hasta que se consigue una melena o media melena blanca". ¿Somos capaces de superar esta travesía del desierto? No siempre.
Hay incluso mujeres que se han hecho un corte de pelo radical para no verse con las canas a medias. Es el caso de Paloma (56 años), que pasó de melenón castaño-rojizo al típico corte masculino al 1. "Estaba harta de gastar dinero en tintes, de perder tiempo en la peluquería dándome potingues que además le sentaban mal a mi pelo y a mi cuero cabelludo", explica. "Empecé a leer los inconvenientes de los tintes normales, los vegetales eran otra esclavitud… Quise dejar todo eso y dejarme canas, pero me veía fea. Un día me corté el pelo en modo yaya-flauta, y estoy encantada", afirma esta mujer, para quien el corte de pelo no ha supuesto ningún trauma. De hecho, ha aprovechado este momento para recuperar un estilo de vida más relajado, de acuerdo a sus prioridades.
Si no quieres llegar al corte radical ni tampoco a abandonar tu objetivo, los profesionales pueden ayudar. Para la directora de la peluquería Stylo, "cuando la raíz empieza a crecer, hay que acercarse a la peluquería. Hoy hay muchas alternativas para pasar esos meses, en los que el color está en peor estado, como suavizar la raíz con productos naturales para que se vea con un tono bonito".
Cuando conseguimos tener el pelo enteramente blanco, hay que continuar con los cuidados. La calidad del cabello canoso es radicalmente distinto al pelo con melanina: es más fuerte, rebelde y poco manejable. Su calidad es más basta y el tacto, más áspero.
No son cualidades que se asocien al pelo bonito, por eso hay que saber que el pelo canoso pide tantos o más tratamientos que el pelo sin canas. "Con el cabello blanco, empiezan los verdaderos cuidados. Tenemos que utilizar un champú anti-amarillo que neutralice los colores que cada pelo produce por su naturaleza y su tono de color: más grises, más cenizas, más amarillentos... Depende de la base natural del cabello. Después, siempre hay que aplicar una mascarilla para nutrir porque a las canas suele faltarles hidratación", afirma esta peluquera madrileña.
Los cuidados no acaban aquí: "cada dos meses es conveniente pasar por el salón de belleza para valorar si aplicamos un baño de brillo porque todos los cabellos no brillan igual. Con el paso de los años van perdiendo su queratina", resume Isabel Salomón, entre cuyos clientes hay un porcentaje significativo de mujeres de canas largas.