El pasado seis de febrero se cumplieron 70 años desde la llegada al trono de Isabel II, la monarca más longeva de la historia. La reina de Inglaterra, que llegó al trono con tan solo 25 años, tras el repentino fallecimiento de su padre, el rey Jorge VI, en 1952, ha decidido aprovechar la histórica celebración de su coronación para arrojar luz sobre el futuro de Buckingham y aclarar uno de los temas que más incógnitas han despertado alrededor de la corona británica: el cargo que ocupará Camilla Parker Bowles, la duquesa de Cornualles, cuando su marido, el príncipe Carlos, sea coronado rey.
A través de un comunicado oficial publicado horas antes de que diese comienzo el llamado “Jubileo de Platino”, una celebración con la que se conmemoran los 70 años de su ascensión al trono y que concentrará sus principales actos en el mes de junio, la reina Isabel II, que ha agradecido la lealtad y el cariño que los ingleses le han mostrado, ha querido expresar su “sincero deseo” de que Camilla Parker Bowles fuese reina consorte cuando comience el reinado del príncipe Carlos.
“Siempre estaré profunda y humildemente agradecida por la lealtad y el afecto que me seguís demostrando, pero, cuando llegue el momento, mi hijo Carlos será rey. Sé que le daréis tanto a él como a Camilla el mismo apoyo que me habéis dado a mí”, declaró en un mensaje dirigido a todas las naciones pertenecientes a la Commonwealth. “Es mi sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camilla sea conocida como reina consorte mientras continúa su propio y leal servicio", continuó.
Con esta decisión, que llega poco después de haberle concedido a Camila el honor de ser nombrada Dama Real de la Muy Noble Orden de la Jarretera, el título de caballería más prestigioso e importante de Reino Unido, la reina Isabel II pone de manifiesto su apoyo absoluto hacia la duquesa de Cornualles, uno de los personajes más controvertidos del país.
Según una encuesta publicada por YouGov el pasado mes de noviembre, solo un 14% de los británicos estarían a favor de que Camila recibiese el título de reina consorte, un porcentaje que pone de manifiesto el recelo que aún sigue despertando entre la población británica, que, pese a haber rebajado su desprecio hacia la duquesa, siempre se ha posicionado a favor de Diana Spencer en el triángulo amoroso que se formó entre ella, el príncipe Carlos y la propia Camila.
Tras el anuncio de la reina, el príncipe Carlos ha expresado su agradecimiento a la monarca y alabado a su esposa, con la que lleva casado desde 2005.
“Somos profundamente conscientes del honor que representa el deseo de mi madre. Mientras buscamos juntos servir y apoyar a Su Majestad y a la gente de nuestras comunidades, mi querida esposa ha sido mi propio apoyo constante en todo momento”, declaró en un comunicado oficial.
Cuando llegue el momento, Camilla Parker Bowles será coronada junto al príncipe Carlos, algo que, sin embargo, no ocurrió con Felipe de Edimburgo. El difunto esposo de Isabel II, que falleció en abril de 2021 cuando estaba a punto de cumplir 100 años, nunca llegó a ser rey, sino que recibió el título de Príncipe de Reino Unido.
¿El motivo? Las regulaciones de la corona británica, que hacen que solo los descendientes directos de la familia real británica puedan ser considerados como reyes. De hecho, si miramos a las dos reinas que, antes de Isabel II, han estado al mando de la corona, podemos ver cómo este esquema se repite.
Así, tanto Jorge de Dinamarca, casado con la reina Ana, como Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, casado con la reina Victoria, nunca fueron considerados como reyes consortes, sino como príncipes, al igual que el propio Felipe de Edimburgo.
Felipe de Edimburgo, que renunció a sus títulos como Príncipe de Grecia y Dinamarca para poder casarse con la reina, también fue nombrado conde de Merioneth, barón Greenwich y, cómo no, duque de Edimburgo, título por el que es más conocido.