Es un hecho: nos vamos de vacaciones con nuestra pareja y el 'exceso' de convivencia hace estragos. Si lo pensamos bien, durante los 11 meses restantes, la relación se ciñe a una secuencia de trabajo-casa-fin de semana. El contacto no es todo lo estrecho que se supone. Y entonces llegan las vacaciones y la convivencia obligada de lo que se supone que es ocio. Pero no todo fluye y septiembre es, desde hace unos años, el mes de las rupturas.
Esta dinámica es común y ha llamado la atención de la Escuela de Salud de Harvard, y, en concreto, de la psicóloga estadounidense Courtney Warren, formada en esa universidad. La experta se ha preguntado cuáles son las principales razones que llevan a las parejas a la separación, especialmente después de vacaciones. Algo muy sorprendente es que las discusiones no son lo más importante porque, al menos, son un canal de comunicación. Precisamente es la incomunicación y el no expresar las necesidades reales lo que empuja a la destrucción del vínculo. El conflicto que separa a las personas es su resistencia a decir lo que piensan. Pero hay esperanza. Según Warren, existen ocho frases, ocho argumentos emocionales, que pueden salvar cualquier relación de pareja.
¿Cuándo fue la última vez que lo dijiste? Muchas parejas no se toman la molestia de decir de manera explícita lo que sienten el uno por el otro Suele darse en las parejas longevas, cuando parece que ya todo se da por hecho. El resultado, en la mayoría de los casos, es un sentimiento de abandono, de que ya no nos quieren o nos cuidan como antes. La relación se degrada, y el sentimiento se esfuma. Decirse un 'te quiero' en los momentos adecuados ayuda decisivamente a mantener el compromiso.
La comunicación está relacionada con la escucha. La escucha activa supone comprender de manera consciente, no para imponer nuestros criterios, sino para entender las necesidades y motivaciones de la otra parte. Escuchar de manera activa implica paciencia, humildad y compasión. Nadie suele buscar de manera consciente un desencuentro.
Para Courtney Warren, también podremos ser buenos oyentes cuando hemos logrado compartir nuestra posición. En ese caso, lo más sencillo es decir: "He dicho lo que quería hacerte ver; ahora te escucho. Estoy disponible para ti".
Después de escuchar, viene lo más complicado: entender, mostrar tu empatía. Si no validas parte de lo que tu pareja te expone, volveréis a la casilla de salida con algunos daños colaterales porque si no te muestras receptivo con lo que te cuentan, la distancia entre ambos se habrá hecho mayor. Y la otra parte no se sentirá respetada, cuidada ni valorada. En resumen, no se sentirá querida.
Si no estás de acuerdo con nada de lo que te dice, es momento de pensar que ninguna persona es igual. Lo que para ti tiene sentido para otro podría no tenerlo, pero siempre desde el respeto y la voluntad de entender a la persona con la que compartes la vida. Si hay que pedir que vuelvan a explicarnos algo, hazlo sin problemas.
"Errar es humano; perdonar, divino", dice un proverbio inglés. El dicho resume bastante bien la dinámica que forma parte de los malos entendidos entre personas. Admitir que nos hemos equivocado es difícil. Nuestro ego se resiente y lo impide en la mayoría de las ocasiones. Sin embargo, admitir que nos hemos equivocado es el mejor bálsamo para las relaciones personales. Prueba a decir "Siento haberme comportado así", "No quise hacerte daño" o "Mi intención no era herirte". Un simple "Lo siento mucho" puede ser la mejor prueba de amor.
La psicóloga de Harvard insiste en que las parejas que practican el perdón mutuo son las que más duran. ¿Por qué? Porque pedirse perdón es expresarse mutuamente que hay una relación por la que merece la pena luchar y comprometerse.
Tu pareja es tu aliado, no tu enemigo. La rutina diaria, las discusiones y el estrés pueden empujarte a estar siempre a la defensiva, pero si hay una elección voluntaria en la vida es la de con qué persona queremos transitar por el mundo. Tenemos pareja para sentirnos queridos, cuidados y apoyados. Perdonarse es el acto por el que refrendamos que queremos seguir juntos en el viaje de la vida.