"Ya no aguanto más": cuándo dar un ultimátum a tu pareja
Redacción Uppers
Elegir el momento es básico para poder expresar nuestras necesidades.Getty.
Los ultimátums en las relaciones de pareja son advertencias para que la otra parte actúe de una manera específica
¿Cuándo hay que dar un ultimátum? Cuando, por ejemplo, aparecen conductas de alto riesgo como las adicciones o en la relación aparecen dinámicas dañinas
Cuando realmente hay que expresar la necesidad de un cambio tajante, no debe hacerse de cualquier forma
"Se acabó". Quien haya mantenido una relación y no haya pronunciado esas palabras alguna vez puede sentirse afortunado. Un paso antes de querer abandonar la pareja es intentar que cambien las condiciones. En ese momento aparece el ultimátum, la amenaza que altera toda la dinámica sentimental.
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Los ultimátums en las relaciones de pareja son advertencias para que la otra parte actúe de una manera específica. En caso de no hacerlo, esa relación -supuestamente- se romperá. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esto no sucede, ya que el nivel de dependencia establecido dentro de la pareja es muy alto.
Las consecuencias son un deterioro de la convivencia de manera temporal. Lo habitual es que la parte que formula el ultimátum deje de hablar a su pareja durante unos días. Es lo que se conoce como ley de hielo.
Muchas veces, el ultimátum, la amenaza de no proseguir la relación si no se cumplen ciertas condiciones, no expresa bien la necesidad real: la de poner fin o límites a una situación injusta para uno de los miembros de la pareja. En cualquier caso, tanto para denunciar la falta de límites como para dar un ultimátum, en el caso que sea necesario, es aconsejable observar ciertas pautas. ¿Cuándo puede ser necesario un ultimátum? Cuando, por ejemplo, aparecen conductas de alto riesgo como las adicciones. También si en la relación aparecen dinámicas dañinas que obligan a un cambio completo.
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Cuando realmente hay que expresar la necesidad de un cambio tajante, no debe hacerse de cualquier forma. Valorar el momento en que se aborde el tema es importante. Los expertos recomiendan seguir este itinerario:
Piensa en las razones. Dar un ultimátum, obviamente, es poner la relación al borde de su supervivencia. Antes de hacerlo, debemos asegurarnos que hemos hablado de límites razonables.
Valora tus sentimentos. Si el ultimátum no responde a una razón real, sino por un acceso de rabia, esto puede volverse en contra. Puede que perdamos toda la credibilidad delante de nuestra pareja.
La gran pregunta: ¿qué se gana y qué se pierde? Hay que pensar en las opciones reales. A veces, el ultimátum puede ser el empujón definitivo para tomar una decisión. Pero en otras ocasiones, puede ser contraproducente.
Buscar el momento apropiado. Cuando hay que comunicar una decisión importante, es clave encontrar el momento adecuado. Idealmente, la conversación debería ser tranquila y serena. No tiene sentido poner límites en medio de una discusión.
Pedir cosas razonables. Las parejas se conocen, saben lo que es realista pedir o no. Si el ultimátum plantea algo poco razonable, solo se conseguirá frustración para ambas partes. De la misma manera, no se puede forzar a nadie. Lo que se pida debe estar en el ámbito de lo que cada persona esté dispuesto a hacer. Las convicciones éticas, aquí, son importantes.
Prepararse para una negativa. Este punto está relacionado con lo anterior. Si la petición es desproporcionada, lo lógico es que no se llegue a realizar. En ese caso, también hay que prepararse para acabar la relación. Y este es quizá el máximo riesgo del ultimátum: quien lo impone puede estar dispuesto a olvidar, pero quien debe cumplirlo o no puede sentir que se ha ejercido demasiada presión y tal vez prefiera abandonar la relación.