Como nos recuerdan el cine y la publicidad, la del 14 de febrero es la semana del amor. Decimos 'semana' porque durante los días anteriores y posteriores a San Valentín, los encuentros amorosos se multiplican, ya sean con la pareja oficial o con la extraoficial. Según datos de Ashley Madison, la plataforma de contactos extramatrimoniales, se trata de la semana en la que se cometen más infidelidades. La misma plataforma sostiene que 1 de cada 3 españoles son, han sido o serán infieles. Haciendo una proyección de datos, serían 16 millones de españoles los que podrían conocer la infidelidad de primera mano.
Aunque el concepto de infidelidad está más o menos claro, dependiendo de los acuerdos de cada pareja, la manera en cómo se vive es una cuestión más delicada. No todo el mundo está capacitado para vivir esa duplicidad. "Hay personas que justifican la infidelidad. Después de estar en pareja muchos años hay, en muchos casos, una insatisfacción en el terreno sexual. Esta suele ser la primera causa de infidelidad. El perfil de tipo racional separa sexo y amor. Estas personas asumen las infidelidades de manera más natural. Luego, hay otros perfiles más emocionales que vinculan sexo y amor. También hay perfiles de moralidad muy alta: no quieren ser infieles y prefieren romper la relación principal", explica la psicóloga y terapeuta de pareja Lara Ferreiro.
El sentimiento de culpabilidad suele estar presente en los inicios de la relación paralela. "Al principio, la duplicidad se vive con mucha culpa. Pero, luego, como la relación con los amantes es siempre de refuerzo positivo (nunca hay problemas, siempre son planes apetecibles), la conducta se consolida. El amante suele tener seis meses de ciclo. A los seis meses se cambia, no se suele pensar en una relación para toda la vida", asegura la autora de 'Adicta a un gilipollas'.
La manera en la que se aborda la doble vida que supone la infidelidad es clave para poder mantenerla. A veces, el infiel deja pistas no del todo involuntarias: una carta a la vista, el móvil descuidado, cargos en una tarjeta bancaria que no se pueden justificar... Estos aparentes olvidos dan que pensar: ¿hay un momento en el que el infiel quiere que le pillen?
Ferreiro lo confirma: "En terapia, algunos pacientes me dicen que si les pillan, les hacen un favor". Al margen de que llevar una doble vida puede ser extenuante, las razones de este auto-boicot suelen ser de índole sentimental. "Muchas veces, el infiel quiere que le pillen no tanto por la culpa o el remordimiento, sino porque quieren dejar a la pareja oficial y empezar una nueva vida con el o la amante porque se han enamorado. Para muchas personas, la infidelidad está vinculada solo a lo sexual, pero, en algunas ocasiones, te puedes enamorar", señala la experta.
Al margen de que se busque o no, es frecuente que las personas infieles vayan dejando señales de que hay otra relación en curso. La psicóloga Lara Ferreiro establece las más importantes: