Millones de personas en todo el mundo utilizan aplicaciones y sitios web de citas online. Muchas de ellas han logrado, así, encontrar el amor. Otras, sin embargo, ha sido víctimas de las llamadas 'estafas románticas', un delito que no deja de aumentar.
El fraude amoroso se produce cuando alguien cree que ha conocido una persona afín en una aplicación o sitio de citas y, en realidad, es un estafador con un perfil falso. El estafador manipula o engaña a la otra persona para ganarse su confianza a lo largo del tiempo. El objetivo es hacerse con su dinero o sus bienes más preciados o recabar la suficiente información personal sobre ella para robarle la identidad.
Por desgracia, este tipo de delito es muy frecuente. En 2016, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos recibió más de 11.000 quejas sobre estafas románticas y de citas. En 2020, la cifra ascendió a 52.593. En 2020, las pérdidas por las estafas de citas llegaron a los 300 millones de dólares en Estados Unidos y a los 68 millones de libras en Reino Unido.
La pandemia del coronavirus fue el escenario perfecto para los estafadores de citas, ya que limitó las reuniones sociales e hizo que la gente pasara más tiempo en internet. El terreno para el fraude amoroso estaba abonado. Afortunadamente, hay cuatro claves, como explican desde la plataforma de citas online My Sugar Daddy, que nos pueden enseñar a descartar qué propuestas son las menos deseables.
Es importante que los usuarios estén atentos a las señales que puedan indicar que un perfil es falso. Algunos indicadores comunes de este tipo de perfiles incluyen fotos poco realistas o enfocadas a partes específicas del cuerpo, así como información contradictoria en su biografía o que el texto esté redactado de una forma que indique que la persona no es del país del que supuestamente procede.
Podemos verificar que es un perfil real pidiendo a la persona que comparta su perfil de otras redes sociales. ¿A quiénes sigue y quiénes le siguen?
Es esencial proteger la privacidad y seguridad en todo momento. Así, es importante evitar revelar detalles personales sensibles, como la dirección o la información financiera. Lo mismo ocurre con el teléfono móvil personal. Si la persona con la que se está hablando solicita rápidamente un teléfono móvil para seguir hablando fuera de la aplicación sin apenas conocerse, es también una señal de alarma.
Una de las mejores maneras para garantizar la seguridad en una primera cita con alguien que no se conoce en persona es optar por encontrarse en un espacio público y concurrido, como las cafeterías, los restaurantes o los parques. Un entorno público no solo proporciona la seguridad necesaria al tener personas a nuestro alrededor, sino que también es clave para comprobar que la información recogida hasta el momento en las conversaciones previas es verídica y que ambas partes tienen las mismas intenciones sobre el encuentro.
Si, además, informamos de este encuentro a nuestro entorno de confianza, así como cualquier información relevante sobre la otra persona, ya que aporta seguridad y supone una capa adicional de tranquilidad para llevar con éxito esta primera cita.
Por último, fijar límites ayuda a que ambas personas tengan una idea clara de hasta dónde se puede llegar según la circunstancia. La clave de cualquier relación es la comunicación y la confianza, por lo que hablar de antemano sobre las expectativas de la cita puede ayudar a evitar malentendidos y permitir que ambas personas disfruten al máximo de la experiencia.