Al pensar en infidelidad, lo primero que viene a la mente no es precisamente la segunda oportunidad. Sin embargo, nada es imposible y las profesionales consultadas consideran imprescindible analizar cada caso para poder tomar decisiones. Dar algo por zanjado en caliente o por el qué dirán puede resultar un gran error. Algunas parejas nos cuentan cómo lo vivieron y qué les ayudó a sujetar las riendas de la situación.
La infidelidad no siempre tiene que suponer el fin de una pareja. Muchas veces influye demasiado el entorno y tajante alude al suceso como algo imperdonable y si no ya está Verónica, funcionaria, de 52 años, para dar fe. Ella se arrepiente de no haber procurado resolver el gran bache que tuvo con su expareja. “Mi exmarido me fue infiel y la verdad es que no le dejé ni explicarse. Me dolió tanto porque llevábamos solo un año de casados y mi familia me dijo que era un impresentable y que no lo querían en la familia”, cuenta.
Sus padres, sus amigas... Verónica se rodeó de gente que le recomendó pedirle a su pareja que se fuese de la vivienda conyugal y separarse. “Por mi parte hubiese intentado arreglarlo, ir a terapia, no sé, pero no dejarlo así. No tuve apoyo. Mi marido por aquel entonces me pidió perdón, pero yo no cedí porque acabé convencida de que podía ser capaz de repetirlo”, añade.
En la actualidad está más serena y no volvería atrás, pero tampoco sabe si hubiesen podido solucionarlo. “Pedí el divorcio muy enamorada, pero desconfiaba de él y mis seres queridos se encargaron de repetirme a diario que estaba haciendo lo correcto. Si me volviese a pasar algo así creo que primero me escucharía a mí misma y luego a los demás”, considera.
No se puede certificar que las personas que son desleales a sus parejas son todas iguales ni que el modo de proceder sea el mismo. Por supuesto, expertos en relaciones recuerdan que también hay que tener en cuenta los códigos que se establezcan en cada unión. Una investigación publicada en la revista Time reflejó que, el 54% de los encuestados, aseguró que cabrían circunstancias para justificar una infidelidad. Sin embargo, la idea de deslealtad pesa mucho en el concepto de infidelidad. Sexólogos como Suzannah Weiss señalan que ser infiel representa “romper un acuerdo” en la pareja.
Por otro lado, el pasado año, desde el Instituto de Investigación en Relaciones Interpersonales, el 65% de las personas preguntadas consideraron que seguir sin un motivo concreto en redes sociales a personas del sexo opuesto, podía tratarse de una infidelidad emocional.
Siguiendo con las redes sociales, los investigadores de la Universidad de Indiana comprobaron gracias a otro estudio en 2017, que los usuarios de la red social Facebook (más hombres que mujeres) la utilizaban para tener conversaciones románticas o sexuales con otros en los podían pensar como algo más cuando entendiesen que su relación no seguiría bien.
Marco, de 58 años, profesor de zumba fue infiel a su pareja y madre de sus dos hijos a los once años de casados. “No sé qué me pasó. De un día para otro deseaba otra vida con otra mujer. Cuando se cruzó en el camino, nada más me importaba. Dejé de pensar en los míos”, relata.
Cuando la mujer de Marco supo de su desliz amoroso, le dio un ultimátum. “Me dijo que pensase en lo que estaba haciendo, que pensase en si era sólo sexo o algo más. La verdad es que sentía una conexión sexual total, pero si pensaba en convivir con ella no quería cambiar la vida que tenía”, aclara.
Estuvo dando largas a su mujer durante varios meses hasta que un día quiso terminar con la nueva historia. “Cuando vi que mi mujer me daba mi tiempo, mi espacio, cuando me permitió que yo solo pensase en qué hacer sin meter a los niños de por medio, entendí que era una mujer increíble y yo tan sólo un egoísta. No quise quedarme con el “qué hubiese sido” y luchar por lo nuestro”, subraya.
Finalmente, la pareja decidió darse una segunda oportunidad e ir a terapia para resolver aquello que no les hacía estar bien. Actualmente siguen juntos como familia y esperan mejorar cada día.
Para Pilar Jiménez Pérez, psicóloga especializada en terapia de familia, pareja y sexual, en situaciones de infidelidad, el asesoramiento profesional resulta, en la mayoría de casos, indispensable y representa una gran oportunidad para poder revisar la relación y verlo como un crecimiento, pese a lo doloroso de la situación.
“Asimismo, el apoyo por parte de la familia y/o amistades puede en unos casos ser muy positivo, pero en otros, un problema. Las personas pueden posicionarse o emitir juicios y, además, teniendo en cuenta que cada persona se rige por una escala de valores distinta, es posible que se pueda interferir de manera negativa en el proceso”, asevera.
La experta considera que habría que poner el freno en el caso de infidelidades recurrentes o cuando la persona que ha sido infiel no siente culpa. “En muchos casos tiene que ver más con las características individuales de la persona infiel, que con la relación”, señala.
Por último, recomienda no interpretar la ruptura como una derrota personal: “Hay que considerar que el verdadero fracaso sería quedarse en una relación que no funciona y no nos hace felices”.
María Carreras Cristóbal, psicóloga sanitaria, también entiende que acudir a terapia cuando sucede una infidelidad puede ayudar a quien ha sido infiel y a la otra parte. “Yendo a terapia el que ha engañado a su pareja puede llegar a entender los motivos que le han llevado a hacer lo que hizo y la otra persona puede expresar lo que siente”, destaca.
La experta concreta algunos beneficios de la terapia:
Además, para Carreras perdonar y dar una segunda oportunidad a la pareja depende de:
"El tiempo dirá si es posible recuperar la confianza en la pareja”, asegura la psicóloga. Añade que resulta muy poco probable que, con sólo la implicación de uno de los miembros de la pareja, la situación mejore. “Cuando hay una ruptura de ciertas normas (ya sean implícitas o explícitas) como puede ser llevar a cabo una infidelidad en una relación monógama, se suele tener la sensación de que la confianza se ha roto y puede generar mucha inseguridad y rencor en la persona que ha sufrido el engaño”, dice.
La experta confirma la necesidad de reflexionar juntos sobre lo que ha supuesto la infidelidad en la relación, identificar lo que ha provocado en cada uno de ellos y comprobar si están dispuestos a reparar ese daño juntos.