El fantasma de la comunicación: cómo discutir bien este verano para que la pareja gane

Hay épocas del año más propicias para las discusiones de pareja. Paradójicamente, el verano es una de ellas. Aunque tenemos más tiempo libre y más horas de luz para disfrutar del ocio, también tenemos más horas de convivencia con nuestra pareja. Admitámoslo: desaparecer muchas horas al día, como ocurre en invierno, hace que cada uno vaya adquiriendo unas rutinas que pueden hacernos funcionar en compartimentos estancos. No es raro que la incomunicación sea el gran punto de mejora de muchas parejas. Esa misma incomunicación, unida al mayor tiempo de convivencia, puede hacer que el verano se convierta en un campo de minas. La solución pasa por volver a mantener una comunicación fluida que sea aliada incluso en la más tensa de las discusiones.

Difícil, pero no imposible

Parece difícil, pero no es imposible. Los psicólogos John Gottman y Julie Schwartz Gottman han dedicado su vida profesional a entender cómo se comunican las parejas. Casados hace 35 años y fundadores del Instituto Gottman y de Love Lab, dos instituciones creadas para investigar cómo son las relaciones de pareja existosas, saben qué hay o no hay qué decir en esos momentos en que la razón se nubla y los intereses particulares priman por encima de todo.

Para estos expertos es necesario aceptar que somos imperfectos y que si hemos llegado a ese punto de disensión es que el asunto es importante para la pareja o para la familia. ¿Qué conseguimos con esto? Hacer espacio a la empatía. De esta manera, los dos miembros de la pareja se dan cuenta de que tienen los mismos intereses y los mismos objetivos. Pero reconocerse en el mismo barco no es suficiente. Muchas veces, cuando se ha llegado a un punto de incomunicación importante, lo fundamental es desbloquear la situación. ¿Cómo? Comunicándose de manera efectiva. Estos tres pasos nos ayudarán a hacerlo.

Expresar que lo sentimos

Asumir que se ha hecho un daño por el que hay que pedir perdón está en el origen de muchas discusiones. Si ofrecer nuestras disculpas siempre es complicado, lo es aún más cuando el ambiente está muy crispado, la comunicación está rota o hay un exceso de ego. Los perfiles narcisistas ponen mucho reparos a pedir perdón porque lo ven como un ataque a su línea de flotación. A estos perfiles no les gusta hacer ningún tipo de feed-back. Sin embargo, muchas veces, eso es justo lo que la otra parte está esperando.

¿Qué frases pueden hacer qué retomemos la comunicación? La mejor sin duda es un sencillo "Lo siento", declinada como creamos que encaja mejor en la situación. Las preguntas que debemos hacernos en este caso es por qué hemos herido a nuestra pareja y qué medios debemos poner para que no vuelva a ocurrir.

Compartir nuestras emociones

Para John y Julie Gottman, admitir que nos sentimos mal y que necesitamos ayuda es la primera condición para empezar a comunicarnos con transparencia y honestidad.

Lo ideal es no compartir nuestros sentimientos cuando estamos 'secuestrados' por la amígdala, la parte del cerebro más primitivo. En ese momento, habrá una carga importante de agresividad y emociones negativas. Si seguimos comunicándonos con malas palabras, a gritos o con un lenguaje corporal ofensivo, la consecuencia es que nos incomunicaremos aún más. La única opción ahí es bajar el tono de la conversación y volver al respeto.

Irse para volver

Cuando en una discusión se rebasan ciertos límites y se llega a una vía muerta, un recurso puede ser la distancia. Se trata de alejarnos del ambiente que produce la crispación como nos alejamos de un alérgeno que nos provoca malestar. En el caso de la pareja, la distancia no es definitiva y sirve para ver desde cierta perspectiva en qué posición estamosy cómo hemos llegado hasta ahí.

¿Por qué es bueno tomar cierta distancia? Los psicólogos insisten en que si no se consigue rebajar la tensión, no es aconsejable acordar nada en ese estado. Pedir un respiro, por tanto, no tiene nada de malo.

Acordar que hay que acordar

Recuperar la comunicación perdida implica que somos conscientes de que en la pareja no tiene sentido no compartir de manera fluida deseos, expectativas y, claro está, motivos de conflicto.

El acuerdo final de toda discusión es acordar que hay que comunicarse para lograr un clima de serenidad y confianza. A veces, en esos acuerdos, va implícita cierta compensación, sobre todo cuando una de las partes no ha actuado según los límites establecidos en pareja. Como señalan John Gottman y Julie Schwartz, lo más eficaz para acabar con un conflicto y volver a la normalidad es la disculpa directa, pero también podemos validar a la otra parte, reconociendo por qué se siente así, o admirarla como una forma de reconocer el rol que desempeña en la dinámica familiar. La comunicación es clave en cualquier relación interpersonal y es también el termómetro de la pareja. Cuando no nos comunicamos con quienes más queremos, se abren vías para la incomprensión y la desconfianza.