Poner freno a las indirectas: cómo darte cuenta de que tu pareja está siendo pasivo-agresiva contigo
Marta Legasa
Meg Ryan y Andy García en un fotograma de 'Cuando un hombre ama a una mujer' (1994).Uppers.
Utilizar un sentido del humor peculiar, ser frío en los elogios o minimizar las necesidades del otro son los comportamientos típicos de las personas pasivo-agresivas
Las cinco frases más usadas por las personas pasivo-agresivas
Cuando vivimos en pareja apreciamos la transparencia de la relación y la posibilidad de mantener un vínculo honesto. Por esa misma razón, nos hierve la sangre cuando nuestro compañero o compañera está enfadado por algo y no lo admite. O cuando nos someten a un 'tratamiento de silencio', no nos hablan pero solo dicen que están cansados. O cuando nos dicen algo bueno, pero con total falta de calidez. Otro comportamiento similar es hablar de algo común con un sentido del humor muy peculiar, con mucha hostilidad. Si te muestras sorprendido, te dirán que eres demasiado sensible.
Si te has visto en una de estas situaciones, estás padeciendo un comportamiento pasivo-agresivo por parte de tu pareja. Las dos maneras de gestionarlo son desde la validación ("Vamos a hablar de esto que te molesta tanto") o desde la evitación, hacer como si eso nunca hubiera ocurrido. Ambas maneras son perfectamente funcionales, pero entrañan riesgos, especialmente en el caso de la evitación.
Las parejas que prefieren evitar el conflicto lo hacen porque anteponen el bien común. Creen que al dejar pasar el tema conflictivo, habrá menos daños en su relación de pareja. La principal ventaja de este estilo es que no se pierde el tiempo con problemas irrelevantes.
Sin embargo, también tienden a ocultar los problemas reales, esos que a veces se manifiestan a través de pequeñas discrepancias. Como explica el psicólogo y terapeuta de pareja John Gottman, incluso aunque parezca pequeño o insignificante, los problemas no se pueden ignorar. No desaparecen con el paso del tiempo. Cuanto más tiempo finjamos que no pasa nada, más rencor se generará en el otro miembro de la pareja. La hostilidad también irá en aumento. Lo que empezó siendo como algo bienintencionado terminará siendo una espiral de agresión porque si al principio no habrá una intención de mostrar la disconformidad, si esta persona se siente ignorada, terminará por mostrarse muy hostil.
El comportamiento pasivo-agresivo suele pasar desapercibido en el día a día. Pero hay ciertas frases que lo delatan. Esto no quiere decir que siempre que se pronuncien haya un comportamiento de este tipo; a veces, pueden ser expresiones naturales en el contexto. Pero si una persona las usa habitualmente, puede que haya entre vosotros un conficto de esta naturaleza. ¿A qué frases nos referimos? Existen cinco muy típicas.
"Lo haré ahora". Parece que tu pareja es diligente cuando le pides algo; sin embargo, procrastina todo lo que te importa. 'Casualmente' siempre hay razones para no hacer lo que se le pide.
"No lo entendí así". Quizá realmente no entendió lo que pedíamos, pero lo que se esconde muchas veces es la falta de interés hacia nuestros intereses. Eso de no leer nunca bien whatsapps o mails, interpretar mal todos los recados o decir, directamente, que nunca se ha hablado de ese tema... Son banderas rojas de que estamos ante un comportamiento pasivo-agresivo.
"Eres demasiado rígido y perfeccionista". Es una derivada de lo anterior: no escuchar con interés lleva a hacer las cosas de manera superficial o, incluso, mal. Cuando se les expone esta realidad, su reacción es echar la culpa a la otra parte: se es demasiado perfeccionista.
"Está bien así". Esta frase, como cualquiera, cuya finalidad es cortar la comunicación es de las más usadas en una dinámica pasivo-agresiva. ¿Por qué? Este tipo de personalidades tienen dificultades para expresar sus sentimientos. Por tanto, cualquier 'muleta' comunicativa que les sirva para ello será de gran utilidad.
"Es bastante obvio". Esta frase persigue que el interlocutor se sienta inferior. El objetivo siempre es el mismo: menospreciar e intimidar. La persona que la dice, al menos en ese momento, está en un plano de prepotencia. ¿Y qué relación sana puede construirse en condiciones de inferioridad?
¿Qué hacer?
A veces no hay un comportamiento abiertamente pasivo-agresivo, pero, como explica John Gottman, el instinto no suele fallar. Si no sientes que sus sentimientos o la manera en la que se dirige a ti es cariñosa o sincera, si crees que eres objeto de crítica constante, es probable que estés inmerso en una dinámica pasivo-agresiva.
¿Cómo actuar? El terapeuta John Gottman comparte las siguientes acciones:
Plantea abiertamente el tema. Hay que elegir un tiempo y un espacio para hablar con calma del problema que atañe a la pareja. Es clave no tener obligaciones ni distracciones a la vista.
Escribe una carta sobre eso que te preocupa. Cuando es difícil tener un espacio de comunicación, una opción puede ser escribir un texto con el que hacer partícipe a la otra parte. La intención no es solo describir la causa de la disconformidad, sino plantear una cita o un escenario donde superar las dificultades.
Practica la escucha activa. Tanto en el caso de la conversación a dos o con la carta, analiza meticulosamente las reacciones que despiertan. Cuando el destinatario, la parte de la pareja que agravia, se muestra conmovido o dispuesto a reconocer las áreas de mejora, hay camino por recorrer juntos. Si, por elcontrario, no hay indicios de cambio, tal vez habría que plantearse si merece la pena compartir la vida con quien no se muestra interesado por nuestro bienestar.