¿Parece improbable que una pareja sea inmadura después los 50? No solo puede suceder, sino que incluso es más normal de lo que parece, como lo es ser infiel casi de recién casado.
No estar a gusto o la necesidad de mayor viveza pueden ser puntos clave para ser infiel, según explica un estudio de la Universidad de Binghamton (Nueva York). En Europa, una de cada dos personas declara haber engañado a su pareja. "Clara-mente" -como diría una cantante que lo vivió en sus propias carnes- esto puede afectar, entre otros puntos, a la confianza entre los miembros de la pareja. Tailandia, con un 56% y Dinamarca e Italia, con un 46% y 45% respectivamente, conforman el pódium de los países “más infieles”.
Por su parte, España (39%) se sitúa en el octavo lugar. ¿Cómo se dibuja el mapa de la infidelidad en nuestro país? Un estudio de Diversual, sex shop online, sobre fidelidad y hábitos sexuales señale en qué lugares de nuestra geografía se es más o menos fiel. La provincia con menos mayores de 60 fieles es Palencia (16,67%). Por el contrario, los menos infieles están en Tarragona. Casi el 40% (39,77%) afirma no ser infiel.
Un 54,98% tiene claro que es más sencillo encontrar pareja para tener sexo con las aplicaciones para ligar. Sin más, en algunas aplicaciones extraconyugales como Gleeden, quienes las usaban eran personas comprometidas que buscaban mantener relaciones sexuales, pero sin que se conociese su identidad.
José María, de 52 años, ganadero, se casó por primera vez con su novia de los últimos 12 años y ponía la mano en el fuego respecto a que nunca se sentiría atraído por otra mujer. “He tenido dos relaciones largas antes de mi mujer; de hecho, tengo dos hijas de una de mis exparejas, pero nunca di el paso de oficializar algo hasta hace poco", confirma.
Asegura que se casó porque a su pareja de entonces le hacía mucha ilusión ese trámite por la iglesia y de blanco. “Estaba tranquilo con ella y nos conocíamos bien. Creí que sería para toda la vida", señala. A los tres meses de casarse, José María tuvo un accidente de tráfico y conoció a una mujer que lo atendía en el hospital. Ella era enfermera. "Todavía me pregunto qué sucedió porque parece como un sueño. Mi mujer iba a verme y se preocupaba por mí, pero Carmen, una enfermera, sintió un flechazo al verme y al poco entendí que yo sería capaz de dejarlo todo por ella", afirma.
Añade que del modo en que lo miraba y trataba (no como profesional) no lo hacía nadie. “Se interesaba por mi vida y por cómo era y me hizo conectar profundamente”, manifiesta. Al poco de recibir el alta hospitalaria, José María le prometió a Carmen que serían pareja, pero antes quería hablar con su mujer. "Le conté y se lo tomó muy mal. Me dijo que no quería verme más. Al día siguiente saqué mis cosas de casa y me instalé con Carmen. Entiendo que le hice daño, pero sé que hay cosas que no se pueden hacer del modo perfecto porque surgen así", comparte.
Es frecuente que la infidelidad esté presente en parejas maduras, según sostiene Laura Moreno, psicóloga y sexóloga. “Es así porque la mayoría de las relaciones son monógamas y es muy fácil conectar con el aburrimiento de la convivencia y los problemas cotidianos o la insatisfacción y eso suele conducir a una falta de deseo (no sólo sexual) y a querer buscar la novedad”, refiere.
Para ella uno de los motivos principales suele ser la crisis que se experimenta según se cumplen años. Apunta que es común que pasados los 40-50, la persona se sienta menos atractiva, menos deseada y ello puede repercutir directamente en la autoestima. “El cansancio de la rutina y el trabajo, la falta de aventura, no sentirse joven y precisamente, conocer a alguien nuevo, iniciar un romance o tener un flirteo, ayuda a volver a percibir lo que uno fue, a tener ganas de jugar y experimentar y eso, aporta mucha vida y excitación", argumenta la profesional, quien incide es que es algo independiente a que se trate de la primera boda después de los 50.
¿Cuánto daño puede hacer una infidelidad? Según explica la psicóloga, las infidelidades se pueden perdonar si ambas partes así lo convienen y si se toman las medidas adecuadas. En su opinión, a veces, una infidelidad puede salvar una relación. Sin embargo, reparar el daño de la deslealtad y la traición, no es sencillo. "Sí considero que se puede mirar la infidelidad como un trance que abre oportunidades de cambio y no como el final de la relación", resalta.
Megan Maxwell, escritora, autora de obras como ‘¿Tú lo harías?’ (Esencia, 2023) o ‘Hay momentos que deberían ser eternos’ (Esencia, 2021), considera que la edad es un simple número y no influye el tener más o menos años para que una relación salga mejor o peor. Indica que todo depende de cómo es uno, de la estabilidad emocional y de cómo quiera vivir. "Nunca entenderé a aquellas personas que se casan y pretenden llevar la misma vida de cuando estaban solteros y sin pareja. Tener una pareja es tener una responsabilidad en muchos sentidos y el problema es de quien no lo ve así y quiere decidir sin contar con la otra parte", subraya contundente, aunque asume que existen distintos tipos de relación.“Entiendo que hay parejas de muchos estilos: las que quieren exclusividad entre ellos y las que, aun queriéndose, se dan el permiso mutuamente para hacer lo que quieran. Aplaudo a los segundos, al menos son sinceros con ellos mismos”, aclara.
Para Maxwell el problema surge cuando se une una persona que quiere exclusividad con otra que no: “Es ahí cuando nunca se debería oficializar un matrimonio. Si ambos no están en la misma onda o no están dispuestos a cumplir con lo que están firmando, ¿qué sentido tiene casarse?”.